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Embajada de Estados Unidos en Bogotá, Colombia. | Foto: SEMANA.

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Wikileaks: así seguía EE.UU. el escándalo de las chuzadas

En tres despachos de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, todos de 2009, se evidencia el interés de este país por el escándalo de las chuzadas y se revelan las explicaciones que le dio el gobierno Uribe.

9 de diciembre de 2010

Ya lo había anunciado el diario español El País. Entre los más de 250.000 cables diplomáticos de Estados Unidos revelados por Wikileaks, al menos 3.000 se originaron en la Embajada de ese país en Bogotá. Y este miércoles comenzaron a conocerse los primeros despachos.

Entre otros temas, los mensajes -en total 18, que publicó Wikileaks en su página- abordaron el escándalo por los seguimientos ilegales que desde el DAS se adelantaron contra magistrados, periodistas, políticos de oposición y defensores de Derechos Humanos.

En uno de ellos, fechado el 27 de octubre de 2010 y clasificado por el entonces embajador de Estados Unidos en Bogotá, William Brownfield (ver cable), se habla de las “hipótesis sobre el escándalo de las chuzadas”.

En el despacho se advierte que la información contenida en él son especulaciones, pero al tiempo se resalta que la fuente, cuyo nombre se omite en todo el mensaje, “cuenta con una buena trayectoria”.

Dice el cable que supuestamente el exsubdirector de operaciones del DAS Juan Carlos Arzayuz dio instrucciones a un funcionario, del que sólo se cita su apellido -Monsalve-, para seguir al magistrado auxiliar Iván Velásquez. El despacho agrega, según la fuente, que “no era la primera vez que Arzayuz y Monsalve habían conspirado para llevar a cabo escuchas telefónicas ilegales, aunque las autoridades no tenían ninguna evidencia concreta”.

En un segundo punto se lee que la fuente, a pesar de no tener pruebas, “sospechaba que el secretario de la Presidencia, Bernardo Moreno, y posiblemente el asesor José Obdulio Gaviria” supuestamente “habían ordenado la vigilancia ilegal”.
 
Precisamente, este jueves el diario francés Le Monde, uno de los medios que tiene en su poder la totalidad de los cables diplomáticos revelados por Wikileaks, publicó un informe en el que supuestamente el autor de estas afirmaciones es el director de la Policía Nacional, general Óscar Naranjo (ver artículo).
 
De acuerdo con el informe de Le Monde, Naranjo era considerado por el exembajador Brownfield “la segunda persona más popular de Colombia y sin duda el miembro del Gobierno más astuto y mejor informado. Sus opiniones y observaciones merecen, casi siempre, ser seriamente tomadas en cuenta”.
 
Pero el interés de la Embajada estadounidense venía de tiempo atrás. En otro mensaje, fechado el 22 de septiembre de 2009 (ver cable), el exembajador Brownfield cuenta detalles de una reunión con el presidente Álvaro Uribe en la que se comprometió con la investigación del escándalo de las chuzadas.“Uribe llamó por teléfono al fiscal general interino, Guillermo Mendoza, para solicitar una actualización de la investigación sobre el escándalo de las escuchas telefónicas del DAS. Uribe pone el altavoz para que el Embajador pueda escuchar”.

El informe del Fiscal daba cuenta de cómo en dos casos distintos, uno de secuestro y otro de extorsión, los seguimientos se hicieron de forma legal respaldados por sendas órdenes judiciales. Dice el informe, más adelante, que Uribe instó al Fiscal Mendoza para llamar a una rueda de prensa y explicar el desarrollo de la investigación.

En el encuentro, Uribe también habló con Brownfield sobre la reestructuración del DAS. De acuerdo con el documento, el entonces mandatario le pidió ayuda técnica para organizar el nuevo departamento que asumiría algunas de las funciones del organismo de inteligencia.

“Por razones legales, el DAS seguirá teniendo sus funciones hasta que la nueva ley entre en vigor. Sin embargo, el proceso de transferencia de responsabilidad y el cierre de la organización comenzará inmediatamente”, dijo Felipe Muñoz, director del DAS, presente en la reunión.

En un tercer cable, fechado el 16 de septiembre de 2009 (ver cable), el exembajador Brownfield cuenta detalles de una reunión con el entonces vicepresidente, Francisco Santos, y Felipe Muñoz.

En el encuentro, el diplomático le transmitió a Francisco Santos la preocupación de su país por los seguimientos ilegales del DAS, situación por la cual Estados Unidos estaba a punto de cortar toda relación con este organismo de inteligencia.
 
De acuerdo con el documento, el vicepresidente Santos le dijo a Brownfield que “en repetidas ocasiones se sentía una fuerza anti-Uribe externa o interna (el presidente venezolano, Hugo Chávez, las Farc, narcotraficantes, el gobierno cubano, los empleados corruptos del DAS, o los partidos políticos de oposición) que estaba detrás de los ataques contra el DAS”.
 
En el encuentro el embajador también manifestó su preocupación por la filtración de una llamada entre el magistrado Iván Velásquez y un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá.

Ante esto, el vicepresidente Santos y Muñoz dijeron que una investigación del gobierno reveló que la grabación fue hecha por un extraño y, agregaron, que el equipo de DAS no fue utilizado para interceptar esa comunicación. El Embajador coincidió con la versión de los dos funcionarios.
 
Al final en un comentario, el embajador Brownfield, ante una afirmación del vicepresidente Santos sobre que el DAS agonizaba, dijo: “Puede que tenga razón. El precio para restaurar su credibilidad pública (del DAS) puede ser más alto que el que está dispuesto a pagar el gobierno colombiano”.