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| Foto: Daniel Reina

ENTREVISTA

“No hubo reuniones secretas, componendas ni antesala a congresistas”

El presidente del Consejo Superior de la Judicatura, Wilson Ruiz, niega que su corporación esté haciendo ‘lobby’ en el congreso para evitar su eliminación.

21 de febrero de 2015

Semana: Si pasa la reforma de equilibrio de poderes, usted podría ser el último presidente del Consejo Superior de la Judicatura. ¿Es consciente de ese rol tan ingrato?

Wilson Ruiz:
Claro que soy consciente. Este es un año crucial para el Consejo Superior de la Judicatura. Por eso como presidente quiero dar a conocer lo que hacemos. Yo creo que nuestra imagen negativa es más por desconocimiento de nuestra labor que por otras cosas.

Semana: Esta semana el presidente Santos hizo una acusación muy grave. Aseguró que magistrados de su corporación están cortejando al Congreso precisamente para que no los eliminen. ¿Eso es verdad?


W. R.: Lo único que hemos decidido es defender la institución ante el Congreso en los debates sobre el equilibrio de poderes. En sala plena acordamos participar en esos debates, en foros académicos y en otros escenarios. Nunca se aprobó hacer reuniones secretas, componendas, antesala a los congresistas y mucho menos ofrecimientos de cargos para evitar la eliminación de la Judicatura. Eso jamás se dijo.

Semana: Pero su colega, Néstor Raúl Correa, señaló que había existido una votación no para debatir sino para hacer ‘lobby’...

W. R.: No fue así. Lo que sucedió es que se propuso en una sala plena que íbamos a mostrar los resultados de nuestro trabajo y la labor que desempeñamos. Pero se ha tergiversado esta situación llamándolo lobby, queriendo decir que nosotros iríamos a hacer negociaciones debajo de la mesa con los congresistas. Si alguien quiere denunciar que eso se hizo, que presente las pruebas e interponga las denuncias correspondientes porque eso constituye un delito, tipificado en el Código Penal como cohecho.

Semana: El magistrado José Agustín Suárez asegura que es una malinterpretación que pudo tener lugar en una reunión que ustedes sostuvieron con un diplomático estadounidense y a la que no fue Correa. ¿Usted comparte esa interpretación?

W. R.: El doctor Correa efectivamente manifestó su inconformidad por no haber estado en esa reunión, pero en sala plena tuve la oportunidad de aclararle que yo mismo cursé invitación a los 11 magistrados que junto conmigo conformamos la corporación, pero él no asistió, así que no veo cual puede ser el malestar.

Semana: De todas formas, este episodio reforzó el desprestigio de la Judicatura. Tanto, que el fiscal, Eduardo Montealegre, dijo que espera que se elimine este año…


W. R.: No podemos ocultar los cuestionamientos que nos han hecho. Pero como ya lo he dicho, muchos de ellos son por desconocimiento. Hay que recordar que antes de la Constitución de 1991 la administración de la justicia era un caos, y por eso los constituyentes vieron la necesidad de crear una institución que le diera orden. Antes los despachos no tenían ni papel para proferir sus fallos. Lo mismo sucede con la Sala Disciplinaria. A diciembre de 2014 había sancionado 15.939 abogados, 2.313 fiscales, jueces y magistrados de tribunales. Mensualmente emitimos 700 providencias, lo que equivale a 8.400 sentencias anuales buscando la transparencia de la rama.

Semana: Pero no puede negar que hay más razones para eliminar la Judicatura: el carrusel de las pensiones, el escándalo de Villarraga, el ‘yo te elijo, tú me eliges’ ¿Por qué cree que todo eso pudo pasar en la corte que usted preside?

W. R.:
En muchas instituciones, tanto del Estado como del sector privado, hay escándalos. Esos casos son objeto de indagaciones por parte de las autoridades que establecerán si se presentaron o no irregularidades. Esas investigaciones se hacen para determinar responsabilidades personales, y si las hay yo seré el primero que apoyará las sanciones que tengan lugar. Sin embargo, las instituciones continúan y por el bien del país hay es que fortalecerlas más que destruirlas.

Semana: Esta semana el fiscal anunció capturas por cuenta de ese carrusel. ¿Qué cree que va a pasar?


W. R.: Esos hechos están siendo investigados tanto por la Fiscalía General de la Nación como por la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes. Estamos a la espera de los resultados.

Semana: Por lo que me ha dicho me imagino que no comparten la propuesta de eliminar el Consejo Superior de la Judicatura…

W. R.:
Claro que no. Yo reconozco que debemos mejorar la administración de la justicia. Por ejemplo, para darle más celeridad al trámite de los procesos, asegurar la transparencia y lograr que todos los ciudadanos tengan acceso real a la justicia y no se la tomen por cuenta propia. No desconocemos que el sistema judicial colombiano necesita un cambio estructural. Si con la eliminación del Consejo Superior de la Judicatura esas metas se lograran, yo diría que bienvenida esa reforma. Pero sabemos que es al contrario y que se generaría un caos enorme.

Semana: ¿Cómo así un caos enorme?


W. R.: Las consecuencias de esa reforma no han salido a la opinión pública. Por ejemplo, todos los procesos en los Consejos Seccionales y Superior de la Judicatura quedarían en el limbo. Nosotros estamos de acuerdo con una reforma porque es claro, y en eso somos autocríticos, que existen falencias. Queremos participar en el diseño de un modelo que realmente responda a las necesidades del país. Sin embargo, la eliminación del Consejo Superior de la Judicatura como se ha propuesto no es una solución de fondo a esos males.

Semana: ¿Y qué piensa de la propuesta de crear un tribunal de aforados que juzgue a los magistrados y quitarle esa competencia a la Comisión de Acusaciones (que nunca ha juzgado a nadie)?

W. R.: Creo que en el país existen controles para que ningún funcionario actúe de manera arbitraria y para que aquellos que cometan actos irregulares sean investigados penal y disciplinariamente. Lo que hay que hacer es perfeccionar ese sistema para que funcione correctamente y de manera independiente, y no crear nada nuevo.

Semana: ¿Cree que la reforma de equilibrio de poderes va a pasar en el Congreso?

W. R.: Aún le faltan cuatro debates y cualquier cosa podría pasar.

Semana: Usted recibe este cargo después de un paro judicial de tres meses. ¿Qué lecciones le deja esa protesta?

W. R.: El paro judicial afectó a todas las personas relacionadas con la justicia. Hubo pérdidas por más de 100.000 millones de pesos, se incrementó la congestión judicial y la imagen de la Rama se deterioró. Eso, sin contar con el impacto que tuvo en quienes dependen de los despachos judiciales, como los abogados litigantes. Creo que ese paro no dejó nada bueno para nadie.

Semana: Asonal dice que volverá a parar. Por qué es tan difícil satisfacer el inconformiso de los sindicatos. ¿Qué piden y qué no se puede negociar?

W. R.: Con ellos hemos llegado a algunos acuerdos. Estoy escuchando todas sus inquietudes para que la solución sea concertada. Pero de lo que sí estamos seguros es que los despachos judiciales no pueden cerrarse, la administración de justicia no aguanta otro paro.

Semana: ¿Con todo lo anterior, usted sí cree que puede recuperar el prestigio de la Judicatura?

W. R.: Sí. Como le he dicho lo haremos informando a la ciudadanía sobre nuestra labor porque hay un desconocimiento total de lo que somos y lo que hacemos. También vamos a trabajar en mejorar algunos aspectos, que no solo son del Consejo Superior sino de la Rama Judicial en general. Voy a trabajar por una justicia más sensible a las necesidades de los usuarios.