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"Ya no aguanto más presiones"

La fiscal a quien le acaban de quitar el caso del atentado a El Nogal revela a SEMANA los episodios escandalosos que han rodeado la investigación.

7 de abril de 2003

Esta semana se cumplen dos meses del acto terrorista más grave de los últimos años: el atentado al club El Nogal. Para el común de la gente todo parecería indicar que este crimen ya estaba esclarecido. Se sabe que el autor material fue John Freddy Arellán y que la orden la dieron las Farc. Sobre lo primero no parece existir ninguna duda. Sobre lo segundo, aunque existen indicios, todavía no hay pruebas contundentes que confirmen la conexión. Y al cumplirse ocho semanas de una de las investigaciones judiciales más importantes de los últimos años causó una gran sorpresa que la fiscal Amelia Pérez fuera relegada del caso.

Públicamente la Fiscalía aseguró que se debía a la falta de resultados y a las filtraciones de información sobre el proceso. Ese argumento dejó en la primera línea de sospecha a la fiscal Pérez y puso un manto de duda sobre toda su carrera profesional. La determinación de quitarle de las manos el caso a la funcionaria que logró armar las piezas del rompecabezas sobre los responsables materiales del atentado fue bastante extraña. No muchos entendieron por qué, cuando comenzaba la segunda etapa de la investigación, la que busca dar con los responsables intelectuales, el caso ya no iba a ser conducido por la persona que más lo conocía. Pero si bien esa determinación de carácter administrativo no parece tener mucha lógica, no menos asombro causó el hecho de que la misma Fiscalía puso en tela de juicio a quien ha sido una funcionaria eficiente y valiente. En sus 16 años de carrera la fiscal Amelia Pérez no sólo tiene una hoja de vida ejemplar sino que ha dirigido algunas de las investigaciones más complejas y peligrosas en la historia judicial del país.

La reasignación del caso de El Nogal, así como sus motivaciones, causaron estupor en algunos círculos judiciales y es la causa de un fuerte cuestionamiento por parte de la Procuraduría General, el cual desencadenó un enfrentamiento con la Fiscalía. El Ministerio Público no sólo ha respaldado incondicionalmente todas las actuaciones de la fiscal Pérez sino además controvierte el manejo irresponsable que le han dado al caso altos funcionarios de la Fiscalía General a tal punto que la Procuraduría califica como "una novela criminal" algunas de las actuaciones de la Fiscalía sobre la investigación (ver recuadro).

La fiscal Amelia Pérez habló en exclusiva con SEMANA sobre el caso.

SEMANA: Cuando usted fue relevada del caso de El Nogal hace dos semanas ¿en qué quedó la investigación?

Amelia Perez: La investigación ya tenía una orientación. Para nadie es un misterio que había datos concretos hacia sitios, hacia personas, hacia lugares, los cuales debían continuar en la investigación, pero desgraciadamente la misma presión de los medios me llevó a generar conflicto dentro de la Fiscalía. Se estaba haciendo una presión muy fuerte para orientarla hacia A o B o C y yo, como lo he hecho en todas las investigaciones, sugerí que se manejara solamente lo referente a las hipótesis que teníamos. Yo pedí que no nos casáramos con absolutamente nada porque me parece que es una irresponsabilidad hacerlo. Nosotros no podemos andar diciendo que es Pedro, Juan o Luis cuando no hay una prueba dentro del expediente. Prueba de ello es que la misma Defensoría del Pueblo solicitó en muchas oportunidades que se le enviara por escrito quiénes eran responsables, zutanos o fulanos, y yo me abstuve de hacerlo porque, como se lo manifesté al mismo Fiscal, debíamos ser cuidadosos en el manejo de ese tema. No se puede entrar a señalar si no hay pruebas.

SEMANA: ¿En qué consistían ese tipo de presiones a las que usted se refiere?

A.P.: Inicialmente de los mismos medios. Yo entiendo que funcionarios diferentes a los miembros de la Fiscalía hagan aseveraciones del tipo que quieran, porque pueden hacerlo desde el punto de vista político. Pero nosotros como funcionarios judiciales no podemos hacer esas aseveraciones, eso es irresponsabilidad. Yo pienso que nosotros no podemos casar una investigación desde el principio con este grupo o con este otro. Eso no se debe hacer, eso no está bien.

SEMANA: ¿La presión era sólo de los medios de comunicación?

A.P.: No sé qué había detrás de la información que se les daba a ellos, si de esa manera se buscaba hacer una presión hacia mí para que tomara una decisión determinada. De quiénes: no sé. Por qué: ni idea. Pero obvio que todos los días me decían ya hay la prueba para vincular a este grupo o a este otro.

SEMANA: ¿Quién era específicamente la persona que daba la directriz para orientar la investigación señalando que los autores eran las Farc?

A.P.: Prefiero no hacer alusión a personas.

SEMANA: El propio fiscal, Luis Camilo Osorio, ha dicho que muy seguramente fueron las Farc?

A.P.: Yo lo dije a él muy clarito que me parecía muy delicado estar diciendo que fue zutano o fulano. Puede haber indicios pero eso no quiere decir que haya pruebas. Eso es muy distinto.

SEMANA: ¿Hasta el momento en que usted estuvo al frente de la investigación había pruebas concretas que vincularan a las Farc al atentado?

A.P.: Uno no puede decir sí o no cuando apenas es una investigación que sólo llevaba 40 días. Para ese momento se pudo identificar autores materiales por decirlo de alguna manera. Pero había muchas cosas por analizar, muchos cabos por atar, muchas verificaciones por realizar que no dejaron hacer. Si había un papel, inmediatamente se le entregaba a los medios y no me parece justo porque no dejaron trabajar.

SEMANA: ¿Usted descarta al narcotráfico en el atentado terrorista?

A.P.: No, yo no quise que se descartara a ninguno. Uno no puede casarse con uno solo.

SEMANA: ¿Se puede hablar de que el atentado fue una operación muy bien planeada, muy sofisticada?

A.P.: El problema no es de sofisticación porque eso sería magnificar lo que se hizo, y eso es terrible. Hay que pensar en la cantidad de víctimas que allí cayeron.

SEMANA: ¿Arellán sabía que llevaba la bomba?

A.P.: Me abstengo.

SEMANA: ¿Usted tuvo en sus manos la agenda de Arellán?

A.P.: Claro que sí. Lo que yo no tenía conocimiento era que la información se la habían dado a los medios de comunicación. Una persona de la oficina de prensa de la Fiscalía me dijo que el Presidente había reunido a los medios y les había comentado lo referente a los seguimientos que le estaban haciendo a su hijo y los resultados de la inspección judicial a la empresa de Arellán donde se encontró la agenda. Eso me pareció demasiado irresponsable. Yo entiendo que la gente tiene que proteger a sus familias y tiene que protegerse pero no tiene por qué salir en los medios a decir las cosas.

SEMANA: ¿Esa información está dentro del expediente?

A.P.: Sí, claro. Ese papel se encontró en una inspección judicial en Invernar (la empresa de Arellán).

SEMANA: Otras pruebas aparecieron en los medios de comunicación, como testigos, correos electrónicos entre guerrilleros, cuentas millonarias y grabaciones. ¿Son ciertas?

A.P.: Esas eran pruebas dentro del expediente que como tal nunca se allegaron. Nunca. La grabación de la CIA nunca la entregaron. No obstante que se ordenó que como se había conocido por los medios de comunicación esta información se buscara y se trajera la grabación, y hasta cuando yo tuve el expediente hace 15 días nunca llegó.

SEMANA: ¿Y las supuestas cuentas de Arellán en las que había miles de millones de pesos?

A.P.: Mire, pedir esa información a nivel nacional e internacional es muy dispendioso y ya estaba ordenado. Hasta cuando tuve la investigación no había llegado nada.

SEMANA: ¿Y los supuestos vínculos de los guerrilleros de las Farc 'Javier Tanga' y 'Javier Paz' con el atentado?

A.P.: Eso es manejo de prensa.

SEMANA: ¿Y el supuesto testigo que presentó la Policía que establecía la relación entre los Arellán y las Farc?

A.P.: A mí nunca me lo presentaron. Yo un día les dije a los investigadores de la Policía: "oigan, dónde tienen ese testigo que dicen en los medios porque aquí no ha llegado". Se estaban molestando pero la verdad es esa. Se habla de e-mail, de 'Javier Paz', de 'Javier Tanga' y lo que yo veo es que los medios revolvieron todo, hicieron una mezcla de informaciones que venían de otras investigaciones, como el caso de los carros bomba, o como el caso del mismo 'Javier Paz' que se venía manejando en otros procesos. Entonces todo lo volcaron dentro de El Nogal. Esa es otra forma de presión, de querer vincular a alguien cuando no había de dónde.

SEMANA: ¿Por eso hasta ahora no hay ningún detenido?

A.P.: No podemos ser irresponsables en ir a vincular por vincular. Yo no puedo vincular porque sea la novia, el hermano, el tío, el abuelo o la persona que compró el vehículo. Eso es irresponsable. Por más presiones que se ejercieron, no lo iba a hacer.

SEMANA: ¿Cómo fue el trabajo con el DAS, la Policía, el CTI y los demás organismos de investigación?

A.P.: Fue muy difícil porque cada uno quiso llevar por aparte su propia investigación de El Nogal. Desgraciadamente no entienden que la inteligencia debe ser una sola. Manejan eso de que todo tiene que ser el positivo del momento, no el resultado. Y en esas condiciones es pésimo porque cada uno trata de hacer lo suyo.

SEMANA: ¿Usted cree que dentro de la Fiscalía se supeditó el tema de la justicia a la política?

A.P.: Yo pienso que se permitió la influencia de lo que se estaba manejando a través de los medios, que indicaban fue zutano, fulano o perencejo y uno no debe permitir eso cuando está administrando justicia.

SEMANA: ¿Qué tanto daño le causaron a la investigación estas filtraciones?

A.P.: Mucho, porque no se puede trabajar tranquilamente. Si se iba a hacer un seguimiento no se podía hacer porque la persona ya estaba alerta, si se iban a hacer interceptaciones pasaba lo mismo.

SEMANA: ¿A usted le pasó eso?

A.P.: Sí, dentro de la investigación eso pasó. Muchos testigos se asustaron.

SEMANA: ¿Cuántos testigos se perdieron así?

A.P.: Yo no quisiera hablar de eso porque, la verdad, se le hizo mucho daño a la investigación. Yo pedí más de una vez que se les pusiera freno a los medios. Es más, llegué a sugerirle a la jefe de prensa de la Fiscalía que hablara con el Fiscal para que hablara con el Presidente y diera la orden de bajar el tono si de verdad querían que avanzara la investigación. Y la verdad, nunca encontré eco en eso. Lo único que me dijeron es que estaban desbordados y que no había nada que hacer.

SEMANA: ¿Hubiera sido preferible que la Presidencia nombrara un vocero, como ocurre en los países desarrollados?

A.P.: Obvio. ¿Cómo pudieron trabajar en Estados Unidos el caso de las Torres Gemelas? Recordemos eso. Aquí no se dejó trabajar.

SEMANA: ¿Quién cree usted que estaba detrás de todas las filtraciones?

A.P.: No sé quién, o con qué intención malsana. O si era por hacerle daño a la investigación o por hacerme daño a mí. A mí me hicieron daño porque están denigrando de mí al decir que en la investigación no hay nada.

SEMANA: ¿Cómo se produce su relevo del caso?

A.P.: Primero tuve un disgusto con el fiscal delegado ante el DAS por el caso de Paola Briceño, la novia de Freddy Arellán, lo cual es de público conocimiento. A la joven yo la había conversado para que colaborara pero la abordaron primero los del DAS y la asustaron. Yo le comenté al doctor Camacho (director de Fiscalías Especializadas de Bogotá) y le dije que estaba muy molesta por eso porque yo le había dicho a él que no la tocara para nada. El cita al fiscal del DAS a una reunión, reunión a la que pensé que me iban a llamar, pero no fue así. Eso fue un jueves. El viernes me llama al medio día el doctor Camacho y me dice que se va a publicar la información de la agenda de Arellán que se había encontrado en la inspección judicial a Invernar. Yo les preguntó que por qué, que acaso quién había filtrado esa información. Ellos me dicen que no saben, que ya la tenían los medios, que no se explican cómo ocurrió. Yo les dije que así no se puede trabajar, que así no iban a dejar nada guardado, que nada iba a quedar reservado. Sencillamente yo les dije que en esas condiciones tendría que pedir que me relevaran de esa investigación. Al otro día salió la noticia de la agenda y se armó un escándalo. Yo llegué el lunes a la oficina y me llamó la asistente y me dijo que el proceso de El Nogal había sido reasignado. Así salí del caso. El miércoles me entero por los medios de comunicación que se estaba diciendo que a mí me relevaron del proceso por incapaz, por inepta, y la verdad eso sí me molestó muchísimo.

SEMANA: ¿Alguien le dio alguna explicación sobre su relevo?

A.P.: A mí no se me dio una explicación. Esta es la hora en que estoy esperando una respuesta. En la Fiscalía se hacen reasignaciones por labores administrativas pero si eso era lo que querían hacer no tenían porqué hacerme daño. Yo no puedo permitir que vengan a denigrar de mí. Yo creo que si eso fuera así la Procuraduría se habría quejado de mi ineptitud y de mi falta de profesionalismo y, hasta donde yo sé, no ha habido quejas en ese sentido.

SEMANA: ¿Siente que la dejaron sola?

A.P.: Siento tristeza del maltrato que se me dio. El maltrato en cuanto a la insolidaridad de la gente. Ya había vivido una misma experiencia en otra unidad y la verdad no me extraña. Yo sé que el ser humano es muy miedoso, que cuida su plato de comida. Desgraciadamente en este país no se sabe qué es la solidaridad.

SEMANA: ¿Va a pedir protección?

A.P.: Yo cuento con medidas cautelares desde el año pasado porque cuando estaba en la unidad de derechos humanos fui una de las personas objeto de amenazas. Obviamente, cuento con la protección de la Fiscalía.

SEMANA: ¿Usted había pensado en retirarse?

A.P.: Yo lo venía pensando desde hace rato pero en este momento ya no aguanto más porque la presión es muy fuerte. Me voy porque ya no aguanto más presiones.

SEMANA: ¿Se sabrá la verdad sobre El Nogal?

A.P.: Nada hay oculto entre el cielo y la tierra. Les auguro las mejores cosas a mis ex compañeros. Yo pienso que la investigación ya tenía un rumbo y creo que el que la dirija debe leer la letra pequeña y hacer todos los análisis del caso para llegar a un resultado.