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YA TENGO EMPACADA LA PLATA

SEMANA revela las conclusiones que los organismos de inteligencia sacaron de la intercepción telefónica a Miguel Rodriguez y a uno de sus abogados.

14 de agosto de 1995

EL MARTES 11, EL PAIS SE desayunó con un nuevo narcocasete. Pero esta vez no se trataba de financiación de campañas políticas, sino del posible soborno a funcionarios judiciales, destinado a garantizar que, como en efecto ocurrió, un juez civil fallara en favor de William Rodríguez Abadía, hijo de Miguel Rodríguez Orejuela, una tutela para sacar el nombre y la fotografía del sindicado narcotraficante de los anuncios televisados de recompensas en los que se ofrecían 1.500 millones de pesos a quien entregara información que condujera a la captura de Rodríguez.
Cuatro días antes, amplios sectores de opinión habían reaccionado con indignación ante la decisión del juez 25 civil de Bogotá, Néstor Quintero Alvarez, de tutelar los derechos del hijo de Rodríguez y ordenar a Inravisión que retirara del aire los anuncios con el rostro y el nombre del hombre más buscado de Colombia. El hecho de que el juez Quintero hubiera desconocido sin explicación alguna varias jurisprudencias de la Corte Constitucional que reconocen la facultad del Estado para divulgar los mensajes de recompensa, despertó sospechas desde un principio.
Y esas sospechas parecieron confirmarse con la divulgación del casete, en el cual Rodríguez conversa el 21 de junio con alguien que según los organismos de inteligencia puede ser el abogado que en estos momentos coordina todas las acciones judiciales del jefe del cartel. Rodríguez le dice a su interlocutor -identificado hasta ahora como 'Alfonso'- que tiene listos los que parecen ser 300 millones de pesos en efectivo para garantizar que el proceso de la tutela interpuesta por su hijo William llegue a feliz término. Más adelante, conversan sobre la entrega de los que parecen ser otros 100 millones para una gestión que no resulta fácil de establecer. Rodríguez negó lo anterior en carta enviada a diferentes medios de comunicación, aunque reconoció que su voz es la que aparece en la grabación.
SEMANA solicitó a dos oficiales de los organismos de inteligencia que le ayudaran a descifrar la mayor cantidad de datos del casete. El resultado es interesante, pues de los principales apartes de la charla, que se analizan a con tin uación , se extraen importantes conclusiones.

ALFONSO: Buenas noches.
MIGUEL RODRIGUEZ: ¿Cómo le va mijo? ¿cómo está?
ALFONSO: Bien hermano y usted ¿qué tal? (...)
M. RODRIGUEZ: Pues ahí no más regular mijo, regular.
ALFONSO: Ah bueno y ¿qué más?
M. RODRIGUEZ: NO por ahí mijo pues oyendo huevonadas.
ALFONSO: Oyendo sí, ahí maricadas (...)
M. RODRIGUEZ: Sí, uno habla con una gente una cosa y va y hacen otra (...) Qué cosa tan hijueputa hombre, usted viera cómo se le rogó el favor, y la vaina era totalmente diferente (...) Pero entonces uno cree que una persona de esas es sensata, con la investidura que tiene, que no quiere protagonismo, sino el bien, la paz (...) Resulta ahora que lo que quiere es protagonismo y cagarse mas en uno.

Para los organismos de inteligencia, este primer aparte de la charla se refiere a las declaraciones que esa misma mañana, el 21 de junio, hizo a las emisoras de radio el padre Bernardo Hoyos, ex alcalde de Barranquilla, con respecto a su encuentro con Miguel Rodríguez días antes. Todo indica que el disgusto de Rodríguez con el sacerdote radica en que el sindicado narcotraficante deseaba que Hoyos transmitiera un mensaje al alto gobierno en privado y no que lo convirtiera en una historia pública, ni que lo utilizara en busca de protagonismo.

(...)

M. RODRIGUEZ: Tengo la carta y no he podido filmar ese hijueputa casete de la recompensa, porque no lo han puesto ni ayer ni hoy hermano.
ALFONSO: Bueno, eso vale huevo, eso vale huevo, mándeme eso, o que venga el pelado.
M. RODRIGUEZ: NO, y además de eso tengo la plata también.
ALFONSO: Porque el hombre ya ofició allá.
M. RODRIGUEZ: Vea mijo, mañana al mediodía está eso allá.
ALFONSO: Por eso es que el hombre ya ofició allá, entonces ahoritica empiezan.
M. RODRIGUEZ: ¿Ofició a dónde, mijo?
ALFONSO: A Inravisión.
M. RODRIGUEZ: Sí, sí, no, tranquilo.
ALFONSO: Pero entonces sin tener la base allá metida, esa es la angustia que tengo.
M. RODRIGUEZ: NO, no, mañana está eso al mediodía allá, yo ya tengo empacada la plata y todo.
ALFONSO: Ah bueno (...) Pero entonces de todas maneras el hombre ya ofició.
M. RODRIGUEZ: NO, YO lo que voy a mandar es lo que más le debe estar interesando a él es su billullo.
ALFONSO: Claro, para matricularlo hermano.

Los organismos de inteligencia suponen que la persona de quien hablan y a quien le van a enviar el dinero es un funcionario judicial vinculado directamente al tema de la tutela interpuesta por el hijo de Rodríguez. Parece evidente que el deseo de los interlocutores es comprometer al funcionario con un determinado resultado, y por eso hablan de "matricularlo". La frase según la cual ese funcionario ya ofició "a Inravisión" podría indicar que se trata de alguien del juzgado que estudiaba el caso y que ante la tutela, ofició a Inravisión para notificarla de la demanda. El juez Quintero ha negado enfáticamente haber recibido dinero, ni siquiera una oferta, para el proceso de esta tutela.

(...)

ALFONSO: Y qué te iba a decir, no te olvides que el muchacho venga (...)
M. RODRIGUEZ: El hijo mío va a estar mañana allá.
ALFONSO: Por eso, para que sean las cosas bien, oyó.
M. RODRIGUEZ: Bueno, él está allá, pero para lo que yo quiero es que le consigan el cuestionario de lo que le van a preguntar, para que él se prepare.
ALFONSO: Por eso, es que antes de ir él allá, yo lo reúno con el hombre.

Para los organismos de inteligencia, no hay duda de que el hijo de que ellos hablan es William Rodríguez, quien interpuso la acción de tutela y debe declarar ante el juez días después. Lo que al parecer "Alfonso" le ofrece a Rodríguez es que su hijo pueda conocer de antemano el cuestionario al cual lo va a someter el juez, e incluso una reunión con el funcionario judicial a quienes ellos están comprometiendo. Según fuentes de la Fiscalía General, de confirmarse esto, podría sevir de prueba para un proceso contra el hijo de Rodríguez como cómplice en un posible delito de cohecho.

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ALFONSO: ¿Y qué más?
M. ROMIGUEZ: No, lo otro mijo, lo otro (...) Vea, ¿yo no le puedo mandar a usted otro abogado, otra persona que es de mi confianza para que usted le presente al tipo ese que hablamos, de la M?
ALFONSO: Sí, sabe que el de la M me quedaron de confirmar que parece que lo sacaron de ahí, averigüe usted por su lado a ver.

Los organismos de inteligencia consideran que "el de la M" puede ser un funcionario público que les está ayudando con algunas gestiones, pero sobre el cual tienen el temor de que haya sido retirado de su puesto.

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M. RODRIGUEZ: Ya.
ALFONSO: Mañana voy a ir hasta allá.
M. RODRIGUEZ: Pegale a eso mijo a ver, porque es muy importante para mí eso, muy importante (...)
ALFONSO: No, es que me dijeron eso hoy, yo no sé.

Los organismos de inteligencia están convencidos de que este asunto "muy importante" no es otra cosa que la negociación de la entrega de Rodríguez a las autoridades. Es "el otro" asunto distinto al de la tutela y para el cual se va a celebrar una reunión el martes siguiente a la charla.

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M. RoDRIGue: Bueno, ¿y usted con quién es que tiene el arreglo, es allá con el otro?
ALFONSO: Sí, con un amigo de él.
M. R0DRIGUEZ: ¿Con el chiquito ese?
ALFONSO: Con un amigo de él.
M. RODRIGUEZ: Ah.
ALFONSO: Con un amigo de él, es que el amigo de él es el de confianza, ¿sí me entiende?
M. R0DRIGUEZ: Pero, pero, pero, a ver, ¿el arreglo de 600 con quién es?
ALFONSO: Ah, no, ese sí es aparte, ese sí es aparte, ahí no entra ese señor.
M. R0DRIGUEZ: ¿Ese con quién es?
ALFONSO: Ese es con el de la T y con el chiquito, el Bebé.

Los organismos de seguridad creen que "el de la T" podría querer decir "el de la tutela", que estaría recibiendo al menos una parte de los 600 millones. Y en cuanto al Bebé, es un tema que las autoridades están investigando con profundidad, pues existe información adicional al casete que apunta a que se trataría de un alto ex funcionario de la Fiscalía, joven y de baja estatura ("el chiquito") que estaría ejerciendo sus influencias en favor de Rodríguez.

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M. RODRIGUEZ: (...) Tratá primero la reunión, hablá con ellos y vé cómo están las cosas (...) Y lo de las entregas aquí, siempre y cuando veas vos que las cosas están marchando y están bien, ¿no?
ALFONSO: No, no, yo primero voy y hablo y a ver, a ver si de aquí al... Yo hoy hablé con el pequeñito y le dije que el martes almorzábamos.


(...)

M. R0DRIGUEZ: (...) Lo que me interesa es lo del martes, hermano.
ALFONSO: No, no, no, lo del martes, imagínese, que es que eso es lo más importante.
M. R0DRIGUEZ: Bueno, y ahí es donde le va a ir bien a usted, ahí verá usted pues.
ALFONSO: No, pues, es que ese es el éxito mío.
M. R0DRIGUEZ: Bueno pues.
ALFONSO: Y de todo el resto de mi vida.
M. R0DRIGUEZ: Bueno mijo.
ALFONSO: Para quedar becado, ¿no?
M. R0DRIGUEZ: Bueno.
ALFONSO: Oiga.
M. RODRIGUEZ: Sí.
ALFONSO: Y con eso nos quitamos un martirio de encima.

Una vez más hablan de la entrega, por cuenta de la cual el abogado intermediario se va a ganar una gran cantidad de dinero y para la cual está previsto un almuerzo el martes con varias personas, entre otras "el chiquito", una vez más el alto ex funcionario de la Fiscalía, según los organismos de seguridad, quien entonces no sólo tendría que ver con la tutela, sino con el manejo de influencias para el proceso de entrega.-