| Foto: Foto: Felipe Rincón - Terra

SECUESTRADOS

"No saben lo asombroso que es volver a la civilización"

Así lo aseguró el sargento Pablo Emilio Moncayo durante una rueda de prensa que brindó tras su liberación en Florencia (Caquetá). "Soporté muchas cosas todos estos años por amor a Colombia", dijo.

Carlos García, enviado especial de SEMANA a Florecia (Caquetá)
30 de marzo de 2010

 
 
Once meses después de que las Farc anunciaran su liberación, el sargento del Ejército Pablo Emilio Moncayo, plagiado por la guerrilla el 21 de diciembre de 1997, volvió a la vida este martes.

En sus primeras declaraciones a los medios, Moncayo reconoció el trabajo de todos aquellos que lo trajeron a la libertad, pero reservó las "gracias" más sentidas para su padre, Gustavo Moncayo, a quien le quitó las cadenas con las que todos estos años simbolizó su secuestro. "Quiero agradecer a mi papá su labor titánica inalcanzable", dijo el sargento.
 
Moncayo también expresó su gratitud al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a los habitantes de su pueblo natal, Sandoná (Nariño), a Colombianos y colombianas por la paz, a la tripulación de los helicópteros de la Fuerza Aérea de Brasil, al equipo de la Cruz Roja Internacional, a la senadora Piedad Córdoba y a la Iglesia Católica.

Sostuvo que es un orgullo para él, "haber portado el uniforme a lo largo de todo este tiempo, viviendo muchas cosas, muchísimas, todo por amor al pueblo colombiano".

Sobre la marcha realizada por su papá para pedir su liberación, el uniformado sostuvo que fue duro escuchar a través de la radio esa circunstancia.
 
El sargento Moncayo se declaró feliz por el reencuentro con su familia y calificó como “asombroso” el cambio de todos sus seres queridos. “Sin embargo, siguen siendo aquellos seres amorosos. Siempre me han brindado su apoyo”, añadió.

Y sobre el mundo que encontró dijo: “Todo ha cambiado. La tecnología me deja admirado, lo poco que visto hasta ahora”.

Un llamado

El militar aprovechó la rueda de prensa para transmitir un mensaje de dos de sus compañeros que continúan secuestrados: Édgar Yesid Duarte y José Libio Martínez.

“Ellos solicitan que alguna organización no gubernamental de carácter internacional ayude a gestionar su libertad. Ellos dos, particularmente, me manifestaron que sus vidas corrían peligro. Yo traigo ese mensaje para que alguna organización tome nota”, dijo.

Sobre el sargento Martínez, quien ahora es el secuestrado más antiguo en poder de las Farc, afirmó que se encontraba tranquilo. “Lo ha caracterizado una tranquilidad inamovible”, contó y destacó la fortaleza que durante estos 12 años le transmitieron sus compañeros de cautiverio.

Al preguntarle su opinión sobre las Farc, Moncayo dijo que lo que él piensa no cambiará el rumbo de la historia del país, pero quiso dejar claro que “existe en Colombia una realidad”. “Parecen invisibles, pero ahí están. Y no se puede negar”, añadió. 

Un operativo extenso y polémico 

A las 5:45 de la tarde del martes, cuando el helicóptero Cougar de la Fuerza Aérea de Brasil aterrizó en el aeropuerto de Florencia (Caquetá), terminó el operativo humanitario que le devolvió la libertad al sargento Moncayo. Fue una misión extensa y polémica que duró más de seis horas.

Ya el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) había anunciado minutos antes el éxito del operativo a través de un comunicado. "El CICR expresa su gran satisfacción porque ambas misiones humanitarias se hayan podido llevar a cabo con éxito, gracias a los esfuerzos conjuntos del Gobierno y la Fuerza Pública de Colombia, del Gobierno de Brasil, de los miembros de la Comisión de Colombianos y Colombianas por la Paz, de la Iglesia, así como de las Farc", dijo.

Aunque inicialmente estaba previsto que la comisión humanitaria, encabezada por la senadora Piedad Córdoba, dos delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y monseñor Leonardo Gómez Serna, partiera sobre las 9:00 de la mañana del martes desde el aeropuerto de Florencia (Caquetá), el clima hizo necesario que se aplazara por dos horas la misión. Finalmente, sobre las 11:15 de la mañana, la aeronave que transporta la comitiva humanitaria finalmente despegó y cumplió con éxito su objetivo.

Durante el operativo trascendió que las Farc le entregaron a la senadora Piedad Córdoba las coordenadas donde supuestamente están los restos del mayor Julián Ernesto Guevara, muerto en cautiverio. Esta información fue confirmada por la congresista a su regreso.

Sobre este hecho, el CICR reiteró su disponibilidad, en cualquier momento, “para facilitar la liberación de otras personas privadas de libertad, así como la entrega de los restos mortales del mayor de la Policía”.

En medio de la expectativa por el retorno del uniformado también hubo polémica. La cadena venezolana Telesur divulgó las primeras imágenes y fotos de Moncayo mientras esperaba la llegada de la misión humanitaria y cuando ya estaba reunido con ella.

La publicación del material provocó la reacción del Gobierno nacional, que argumentó que dentro de los acuerdos establecidos en torno al operativo humanitario estaba la no divulgación de imágenes de la misión.

"El Gobierno nacional rechaza que un medio de comunicación se preste para hacerle propaganda a un grupo terrorista y secuestrador como las Farc (...) la senadora Piedad Córdoba y monseñor Leonardo Gómez debieron exigir el respeto a la filosofía del acuerdo que era el de hacer un operativo discreto y cuya única finalidad era devolverle la libertad a un secuestrado", dijo el comisionado de Paz, Frank Pearl, en un comunicado.
 
Sobre la polémica, la senadora Córdoba sostuvo que ella no tuvo conocimiento del destino de ese material y explicó que en otros operativos era común ver a miembros de las Farc con cámaras.
 
La congresista no ocultó su enojo y se declaró “irrespetada”. Además, criticó que se ponga este tipo de temas por encima de la liberación de un secuestrado. Con ella coincidió monseñor Leonardo Gómez Serna, quien insistió en que este momento debe ser de felicidad por el retorno de Moncayo.
 


Moncayo, 12 años de sufrimiento

Moncayo nació el 26 de febrero de 1979 en el hogar de Gustavo Moncayo y María Estela Cabrera. Es el hermano mayor de Nora Elena, Carol Dayana, Yury Tatiana y Laura Valentina. La más pequeña nació cuando Pablo Emilio ya había sido privado de la libertad por la guerrilla.

La familia siempre ha tenido pocos recursos económicos. Por eso, Pablo Emilio encontró difícil empezar a estudiar en una universidad y pensó que ingresando al Ejército como suboficial podría ir aprendiendo electrónica, que fue lo que siempre le gustó.

Por eso, se entusiasmó cuando supo que lo enviarían a la base de comunicaciones de Patascoy, en Nariño, donde hay antenas que retransmiten las señales de los radios militares. Ese escenario podría ir aportándole conocimientos sobre el área de su interés.

Apenas tres meses después, el 21 de diciembre de 1997, él y 33 soldados que estaban en la base, empezaron a escuchar estruendosos estallidos. Guerrilleros de las Farc aparecieron lanzando explosivos y se inició un combate que duró hasta la madrugada del día siguiente, cuando los militares se quedaron sin municiones para seguir soportando el ataque. Los 18 que quedaron vivos se entregaron y los guerrilleros se los llevaron.

Al final del combate, las familias de los militares se enteraron de la toma de la base por los noticieros. La mayoría de parientes de los soldados viajaron hasta Pasto, al comando del batallón. Mientras esperaban llorando, llegaron los cadáveres y fue cuando se enteraron de quiénes estaban vivos. Sospecharon, con razón, que las Farc se los habían llevado.

Tres meses después, llegaron cartas y fotos como prueba de supervivencia de quienes habían sobrevivido al ataque. Más tarde, las Farc liberaron a 16 militares que habían privado de la libertad en esa toma. Quedaron cautivos Moncayo y José Libio Martínez, quien aún permanece secuestrado.

A lo largo de todo este tiempo, Gustavo Moncayo, el padre de Pablo Emilio, no ha parado de pedir la libertad de su hijo. Para llamar la atención, caminó desde Pasto hasta Bogotá y después viajó a Europa con la idea de que desde allá se promoviera y apoyara su causa.

El 16 de abril de 2009, las Farc anunciaron la liberación de este militar. “Ante la reiterada solicitud de la senadora Piedad Córdoba, de Colombianas y Colombianos por la Paz, del profesor Moncayo y de los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez, anunciamos nuestra decisión de liberar unilateralmente al cabo Pablo Emilio Moncayo y entregarlo personalmente a una comisión encabezada por la senadora Córdoba y el profesor Moncayo una vez se organicen los mecanismos que garanticen la seguridad de la operación”, dijo el Secretariado de esa guerrilla en un comunicado.

Pero hubo demora en la materialización de la libertad de Moncayo. En aquel momento, se armó una discusión entre el gobierno y quienes pedían que se hiciera lo posible por la libertad del militar. “Que no se haga un show mediático con esta noticia”, pidió el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, escéptico del anuncio de las Farc. Otros sectores decían que si se hacía un espectáculo no importaba con tal de lograr la liberación de alguien que está cautivo por más de diez años.

El 24 de septiembre de 2009, se conocieron pruebas de supervivencia del uniformado. En un video de cinco minutos que hizo público la senadora Piedad Córdoba, el militar dijo: "Señor presidente (Álvaro) Uribe: abra la puerta por favor que quiero ser libre".

En su mensaje enfatiza: "nosotros hemos puesto tiempo valioso de nuestras vidas con abnegación y sacrificio, para recibir en pago la ingratitud, el olvido. Es justo, pues, que no nos nieguen más el derecho a ser libres".

En diciembre, supuestamente todo estaba listo para que Moncayo regresara a su casa. Incluso, el secretario de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Vicente Córdoba, dijo a los medios de comunicación que su familia podía ir preparándole la cena de Navidad.

Pero todo se volvió a caer después de que las Farc entraran a la casa de Luis Fernando Cuéllar, gobernador del Caquetá, y se lo llevaran para después asesinarlo. Ante este acto de violencia, volvió a quedar en el limbo la libertad del militar.

A comienzos de 2010, empezó a hablarse otra vez de su liberación, en medio del ambiente político de las elecciones del 14 de marzo para elegir senadores y representantes y las del 30 de mayo para elegir Presidente.

Una semana antes de los comicios parlamentarios, se volvió a rumorar sobre la proximidad de su libertad, pero la Fuerza Pública respondió que desocupar una zona en momentos electorales era muy difícil.