la Unión Europea donó 4.5 millones de euros para sacar adelante este proyecto piloto.

CULTIVOS ILÍCITOS.

Plan piloto para erradicación de coca y violencia en Nariño

Más de 2.000 familias de Rosario y Leiva en Nariño están dispuestas a cambiar la coca por cultivos legales. Van a tener créditos y apoyo técnico. No les será fácil porque enfrentan a peligrosos grupos armados.

Maria Juliana Torres, especial para Semana.com
29 de octubre de 2008

A las seis de la mañana del 18 de octubre la comitiva de la Gobernación de Nariño salió de Pasto hacia Rosario por la vía Panamericana , un pequeño municipio de 11.055 habitantes, ubicado en el norte del departamento. La fría y soleada mañana dejó ver una imagen impecable del volcán Galeras; su pico reflejaba un color amarillo encendido.

A pesar de que Rosario, un pequeño municipio a 1.500 metros sobre el nivel del mar, ha sido azotado por la violencia y el narcotráfico, hoy tiene ganas de cambiar la coca por cultivos legales. Y tiene con qué hacerlo. Está localizado en medio de la cordillera Oriental, es rico en variedad de recursos naturales y sus tierras producen diversos productos agroindustriales. Sin embargo, “Rosario presenta altos niveles de pobreza, la mayor parte de sus campesinos se dedican a las actividades del campo y a la siembra de cultivos ilícitos”, explicó a Semana.com Plinio Pérez, gerente del proyecto ‘Sí se puede’, que con financiación de organismos internacionales y nacionales, busca abrir nuevos mercados y oportunidades en la región. 

“En principio ‘Sí se puede’empezará en dos municipios de Nariño, Rosario y Leiva, que tienen un total de 600 hectáreas de coca cultivadas. La Gobernación apoyará a los campesinos con garantías de un comercio justo para los productos que se siembren, y dará asistencia técnica y financiamiento para los cultivos”, dijo el gobernador Antonio Navarro Wolf quien se reunió en un colegio con el alcalde del municipio, Javier España, y sus habitantes .

El desafío es más que un problema de mercado. Varias veces los campesinos han tenido que afrontar los ataques intimidantes de los grupos al margen de la ley. Para la década de los noventa, la guerrilla se apoderó de las tierras. Allí permanecieron hasta el 2000, cuando fueron desplazados por los paramilitares. Estos últimos habitaron la zona hasta hace aproximadamente tres años, se encargaron de forjar el negocio de la coca y de cobrarles vacunas a todos los campesinos.

Ahora, aunque la época de los enfrentamientos a sangre y fuego pasaron, vive bajo la presión de un nuevo grupo emergente que se hace llamar Organización Nueva Generación (ONG), de la cual hacen parte 300 milicianos paramilitares que nunca se desmovilizaron. 

En 23 de los 64 municipios de Nariño se cultiva coca y el porcentaje de homicidios en estos territorios se ha incrementado en un 30 por ciento. Hace tres años la coca en esta región era la producción más representativa porque ofrecía la mayor rentabilidad y generaba altos ingresos.

“Para aquella época yo tenia tres hectáreas en cultivos de coca, es decir 40 mil matas. La cosecha, que era cada tres meses, me daba 280 arrobas. Por cada una de ellas pagaban 38 o 40 mil pesos, pero ahora pagan 12 o 15 pesos” explica Rubén Urreses un campesino que hace seis años llegó a este municipio a cultivar coca y ahora la cambió por la otros productos agrícolas. “ La coca ya no es negocio”, dijo.

El bajonazo en los precios fue una razón para cambiar de cultivo, pero no la única. También influyó la violencia. Luego de que los paramilitares llegaron a su casa y mataron a un hermano porque se negó a venderles seis kilos de hoja de coca, nunca más volvió a cultivarla.

Préstamos y ayuda internacional
Así como Rubén, al encuentro de ‘Si se puede’ se presentaron 3.859 familias. De estas, 2.500 se comprometieron voluntariamente a sustituir sus cultivos y firmaron actas. Sin embargo, esperan que el gobierno los apoye en la comercialización de los productos.

Una de las bases del proyecto ‘Sí se puede’, es brindarle ayuda económica, asistencia técnica y tecnológica, mano de obra e insumos a los campesinos. Para estas inversiones la Unión Europea donó 4.5 millones de euros. Además, el Banco Agrario otorgará prestamos de un máximo de un millón de pesos a los campesinos para sus necesidades. Cabe aclarar que el banco no les desembolsará el dinero directamente a los campesinos, sino se los dará a su nombre, a empresas que distribuyan insumos necesarios para cultivar.

El programa busca llegar también al municipio de Leiva donde la violencia de la coca también ha hecho estragos. El pasado 29 de diciembre en el corregimiento de El Palmar, la Organización Nueva Generación asesinó a cinco personas. Dos de ellos eran líderes políticos, un comerciante, además de un campesino y un menor de 14 años que disfrutaba de sus vacaciones.

Allí, con el dolor de la matanza aún fresco, cerca de 1.400 familias de los corregimientos de Santa Lucia, El Tablón, El Palmar, La Villa, Especial de Leiva y Las Delicias, se comprometieron a erradicar la coca e iniciar nuevos proyectos productivos.

“Pese a los problemas que aun tenemos las personas son más solidarias, no dudan en informarle a las autoridades algo extraño que este pasando en la región”, explicó Mauricio Andrés Barrero, jefe de prensa de la policía de Pasto y añadió que la fuerza pública hace ahora más presencia en la zona que nunca.

Solo se espera que el programa, que por ahora tienen garantizados recursos para mínimo para tres años, dé frutos rápidamente para que pueda llevarse a los otros municipios de Nariño. El propósito, según expresó el director del proyecto es disminuir al máximo los cultivos ilícitos, pero manualmente y de forma voluntaria. Según dijo el gobernador Navarro, él nunca ha estado de acuerdo en la fumigación con glifosato y con la erradicación forzosa. Su propósito es llegar a un acuerdo con los campesinos para que ellos se unan al proyecto y hagan parte de la transformación en la región.