El que ensucia, paga

Al parecer la manera más rápida y eficaz de educar a la ciudadanía respecto a la importancia del aseo y la limpieza en el espacio público, es tocándole el bolsillo. Prácticas que se han vuelto tan comunes como dañinas, como arrojar papeles desde un vehículo, sacar la basura en horarios no autorizados, permitir la deposición de heces de mascotas en prados o pagarle a un reciclador para que vote los escombros donde le parezca y no en un lugar apropiado, entre otros, serán sancionados con multas que van desde uno hasta veinte salarios mínimos.

El representante a la Cámara y autor del proyecto de ley, Juan Carlos Valencia Montoya, busca crear cultura ciudadana sancionando a aquellos ciudadanos, peatones, conductores y empresas que no tengan cultura de aseo y de limpieza urbana.

La medida cobija a personas naturales y jurídicas que incurran en faltas contra el medio ambiente y la sana convivencia. Además, los lugares para los que aplica la norma incluye los que están al aire libre o en recintos cerrados de uso público.

El comparendo ambiental se aplicará con base en denuncias formuladas por la comunidad, o cuando un agente de tránsito, policía o funcionarios relacionados de imponer el comparendo, sorprendan a alguien en el momento de cometer la infracción.

Cómo se haría efectiva 
 
Con la primera falta, el infractor recibirá una citación para asistir, durante cuatro horas, a una charla de educación ambiental. En caso de reincidir, tendrá que prestar un día de servicio social, realizando tareas relacionadas con el buen manejo de la basura.
 
Si vuelve a infringir, en caso de ser persona natural podrá recibir una multa hasta de dos salarios mínimos, y si es persona jurídica de hasta 20 salarios. Si después de lo anterior no aprendió la lección, el inmueble podría ser cerrado y suspendido o cancelado el registro o licencia, si se trata de un establecimiento de comercio, edificio o fábrica.

La puesta en marcha de la norma contempla un plan pedagógico para la ciudadana y las empresas involucradas con la recolección de basura, además de la instalación en el espacio público de recipientes que permitan una buena disposición de residuos.

El proyecto del comparendo ambiental tiene un buen trasfondo de cultura ciudadana. Lo que no se aprecia son los dientes de la norma para ejecutar la citación o la multa. Si bien es fácil hacer el comparendo al momento de la infracción, ¿cómo se obliga a que el infractor cumpla con la sanción? Le queda al Congreso responder la pregunta.