El colegio El Rosal, en el barrio Rafael Uribe, está hecho para atender a 3.620 alumnos, pero por los pleitos entre el distrito y los contratistas no ha podido ser inaugurado.

BOGOTÁ

Bogotá invirtió 24.000 millones en nuevos colegios que no arrancan

Tres megacolegios públicos están abandonados o a medio construir por disputas entre contratistas, interventores y la ciudad. 8320 niños de bajos recursos no tendrán acceso a esos cupos el próximo año.

Lorenzo Morales, editor de Semana.com
16 de diciembre de 2008

Mientras la Alcaldía inaugura colegios en un lado de la ciudad, en el otro, varios proyectos de megacolegios se los come la maleza y el oxido. En total, el dinero invertido en estas obras suma más de 24.000 millones de pesos y hoy están paralizados por disputas entre contratistas, interventores y el Distrito.

Con estas tres obras paralizadas, más de 8.000 niños están perdiendo la posibilidad de tener un cupo en el colegio el próximo año.

El primer caso es el del colegio El Rosal en la localidad de Usme. Este ya está terminado, pero lleva más de un año abandonado debido a fallas en el terreno que se ha hundido cerca de 30 centímetros y hoy la loma amenaza con venirse sobre el colegio. La inversión de este colegio fue de 12.000 millones de pesos, según consta en el contrato. Tiene 36 aulas, biblioteca, coliseo, laboratorio y comedor escolar y es uno de los más grandes del Distrito.

Con este colegio se hubiera podido abrir para el próximo año 3.620 cupos para niños de la zona en dos jornadas.

El otro caso tristemente notable es el del colegio Ramón de Zubiría, en Suba. La obra, que apenas está desarrollada en un 20 por ciento, lleva paralizada cerca de dos años. Ese colegio costó 5.705 millones de pesos y buscaba darle cupo a 2.820 alumnos.

Otro colegio cuya construcción también está paralizada es el Libano II, igualmente en la localidad de Usme. El colegio está a mitad construido y desde el 24 de septiembre la obra está paralizada. El Distrito adjudicó la obra a finales de 2006 pero la licencia de construcción tardó. El costo es de 6.584 millones de pesos.

“Claramente hay negligencia en los diseños y en la interventoría a los diseños”, dijo a Semana.com el representante a la Cámara por Bogotá, Simón Gaviria quien hizo la denuncia. “No me puedo imaginar como no se previó algo tan elemental como estabilizar el terreno donde está el colegio El Rosal”.

En el fondo, las obras se encuentran paralizadas por un pleito entre el Distrito y los constructores. Mientras estos últimos alegan que la administración les adeuda dinero y sólo si les paga continúan las obras, la Secretaría de Educación dice que las obras fueron detenidas por incumplimiento en los requisitos técnicos.

“El Distrito nos debe más de 30.000 millones de pesos que si nos vamos a un pleito se pueden volver cerca de 50.000 millones porque hay costos adicionales por perjuicios y actualización de precios”, dijo  a Semana.com Edgar Oliveros, representante legal de la constructora de El Rosal y vocero de contratistas de otros colegios. Oliveros dice haber construido más de 15 colegios en la ciudad desde 1994.

La Secretaria de Educación sostiene que las obras están paralizadas porque no cumplen las especificaciones técnicas y o los plazos en las entregas.

“De las 300 obras que tenemos en ejecución, un 15 por ciento presentan problemas de este tipo, pero estamos decididos a sancionar a los constructores mañosos”, dijo Carlos González, director de construcciones de la Secretaría de Educación. González explicó a Semana.com que los niños de esos barrios son reubicados en otros colegios o en sedes alternas tomadas en alquiler. "Ninguno está desatendido", dijo.

El pleito entre el Distrito, contratistas e interventores que mantiene parados estos tres colegios en barrios marginados de la ciudad no parece tener pronta solución. El pleito fue trasladado a la Sociedad Colombiana de Ingenieros, la cual actuará como árbitro, pero su concepto puede tardar más de cuatro meses. Mientras tanto las aulas seguirán vacías y los niños soñando con estrenar colegio.