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ANÁLISIS

Presidenciales: la carrera apenas comienza

Si bien el voto en blanco baja en los últimos resultados, la mayoría de candidatos no despega. Análisis de Pedro Medellín, consejero editorial de SEMANA.

21 de marzo de 2014

A menos de nueve semanas de la elección presidencial, la carrera apenas está por comenzar. Es lo que se puede deducir de la cuarta medición de la Gran Encuesta Elecciones Presidenciales 2014, realizada por SEMANA, RCN Televisión, RCN La Radio y La FM. Los candidatos parecen en calentamiento. Ninguno arranca. Nadie logra despertar entusiasmo movilizador en los votantes. Ni siquiera logran agitar un debate programático o, al menos, una discusión pública sobre lo que debería ser el próximo gobierno. El ambiente de elecciones todavía no llega.

Eso explica, al menos en gran parte, que el 46 % de los encuestados “aún no sabe por quien votará” (27 %), o “votaría en blanco” (19 %). Si bien la proporción es menor a la observada en el mes de enero del 2014, cuando estaba en 50 % (23 % de indecisos y 27 % de voto en blanco), lo cierto es que la caída en 8 puntos de los votantes en blanco se ha compensado con el aumento en 4 puntos de los indecisos. Y esa es una buena noticia para los candidatos. El voto en blanco afirma su tendencia descendente.

Pero no todo son buenas noticias para los aspirantes. Con la excepción de Clara López y Enrique Peñalosa, que vieron aumentar su intención de voto en 5 % y 3 %, respectivamente, los demás candidatos no despegan. Y el presidente Santos pierde 4 puntos de intención con respecto a los datos reportados el mes pasado y uno con respecto a enero. Y no son buenas noticias porque no logran despegar o superar el techo del 25 % que es crucial, si se quiere de verdad aspirar a un buen resultado en una elección presidencial.

Aquí los datos que deben alertar a los partidos que presentan candidatos están por los lados de los votantes del liberalismo, cuya indecisión ha aumentado en 12 puntos entre enero y marzo de este año; los del Centro Democrático, que subió en 11 % y los independientes, en 9 %. Por su parte, las preocupaciones en el aumento en el voto en blanco están en el Partido Conservador y en el Centro Democrático, que aumentaron en 10 y 5 puntos, respectivamente, en este periodo.

Cuando se observan los datos regionales, se encuentra que los reportes de los votantes de la costa atlántica golpean muy duramente en la intención de voto por el presidente Santos, al caer del 47 % en el mes de febrero, a sólo el 29 % cuatro semanas después. La curiosidad de este dato radica en que es precisamente en esta región en donde el Partido de la U, que apoya al presidente, sacó su más importante votación.

En el caso de Peñalosa, es evidente que el haber participado en una consulta abierta en todo el país no sólo le reportó una votación inesperada (con los evidentes beneficios de reconocimiento en la ciudadanía), sino que también le permitió posicionarse en regiones importantes como la costa atlántica y la oriental, en donde su intención de voto aumentó en 7 puntos en los dos casos.

El último dato relevante tiene que ver con los elevados niveles de desconocimiento que tienen los ciudadanos sobre los distintos candidatos. Para alguien que aspire a la Presidencia de la República, con un reconocimiento que no llega al 50 %, la tarea está perdida. Un candidato no puede esperar nada si sólo uno de cada dos votantes lo conoce o puede decir algo de él (o ella), por bueno o malo que pueda ser.

Con esta encuesta, lo que se puede decir es que la elección presidencial no se definirá en primera vuelta. Y que en la segunda vuelta, la ventaja del presidente Santos en su aspiración de reelección es muy sólida.

Sin embargo, para que Santos se consolide, debe tratar de reversar la caída en la intención de voto, especialmente en la costa y la región oriental, en donde está sufriendo duros reveses. Peñalosa tiene por delante el no poco desafío de lograr consolidar su perfil como candidato presidencial. Es decir, como una opción real. Y los demás tienen por delante la dura y penosa tarea de romper el desconocimiento que tienen sobre ellos los votantes del país. Aunque va a ser muy corta, la carrera apenas comienza.