En campaña Enrique Peñalosa y Gustavo Petro fueron duros rivales. Archivo. | Foto: Daniel Reina

POLÍTICA

Peñalosa derrota a Petro y deja fisuras en los verdes

Alianza Verde aprobó una consulta interna para escoger su candidato. Progresistas se marginan.

4 de febrero de 2014

Hace cuatro meses Enrique Peñalosa fue el gran perdedor en el Congreso Nacional del Partido Verde. El exalcalde de Bogotá, contra viento y marea, se opuso a que su partido aceptara a la corriente del movimiento Progresistas, liderada por el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.

Peñalosa no sólo fue abucheado en aquel Congreso. También tuvo que tragarse el sapo de convivir bajo el mismo techo político con quien fuera su principal contradictor en la campaña a la Alcaldía del 2011. Y desde entonces pasó, como una especie de minoría, a un partido que ya no lo tenía como su principal referente, pues pasaba a ser controlado por un sector de la izquierda, del antiguo M-19, disidente del Polo Democrático. En aquel momento, Peñalosa parecía tener un pie afuera de la colectividad.

Pero este martes, y contra todo pronóstico, Peñalosa consiguió voltear la torta al interior de la Alianza Verde. En una decisión mayoritaria, pero que contó con 10 abstenciones (las de los petristas), la Dirección Nacional aprobó hacer una consulta para elegir el candidato presidencial, y se le permitió al exalcalde de Bogotá participar en ella.

Peñalosa peleará la candidatura a la Presidencia con los senadores Jhon Sudarsky (quien  representa la línea de Antanas Mockus, que aún convive en el partido) y Camilo Romero (quien en teoría era el candidato de los Progresistas en la consulta). Y aunque esta campaña apenas empieza, todos los pronósticos favorecen al exalcalde de Bogotá, según las encuestas, derrotaría con amplio margen a sus dos rivales. 

Quizá por eso, los más felices hace cuatro meses, ahora parecen los derrotados. Los petristas perdieron el control que parecían tener en el partido. Primero, fracasaron en su intento de echar para atrás la decisión de la consulta, y luego intentaron imponerle unas condiciones a Enrique Peñalosa para que este prefiriera no participar de la misma.

Le impusieron como condición apoyar a Gustavo Petro en la Alcaldía de Bogotá, oponerse a la revocatoria, además de firmar un compromiso en notaría de que rechazaría cualquier apoyo del expresidente Álvaro Uribe.

Peñalosa sorprendió a los Progresistas diciendo que no tenía problema en reunirse con Gustavo Petro y que si hubiera querido aceptar el apoyo de Álvaro Uribe, se habría ido para el Centro Democrático. Peñalosa lo único que buscaba era legitimar su presencia en la consulta.
 
La Dirección de Alianza Verde, por mayoría, decidió matizar estos criterios. Se aprobó que frente a la revocatoria los precandidatos respetarían la posición del partido y que la política de alianzas en las elecciones presidenciales era exclusiva de la dirección del partido. Con ello dio vía libre a que Peñalosa participara.

Hace una semana los Progresistas parecían tener la mayoría para impedir la presencia de Peñalosa. Contaban con que los 18 representantes que tienen en la Dirección votarían contra Peñalosa. Necesitaban pescar al menos tres votos entre los 22 del Partido Verde. Consiguieron el de la congresista Ángela Robledo y parecían tener el respaldo de Carlos Ramón González y Néstor Daniel García, los dueños de la personería jurídica del partido, quienes fueron los que construyeron la pista de aterrizaje de los Progresistas en el Partido Verde. Pero ellos dos apoyaron la consulta.

Además, un sector de Progresistas decidió apoyar las aspiraciones de Camilo Romero a disputar la candidatura presidencial. Desde el petrismo se había intentado convencer a Romero a que desistiera de su aspiración para no legitimar la consulta. Pero el senador decidió seguir adelante, aunque no pudo recoger el apoyo de todo el progresismo para apoyar su precandidatura.

Por eso, los diez petristas de la Dirección Nacional se abstuvieron de la decisión y acogiendo su derecho de conformar tendencia dentro del partido, se marginaron de la consulta. Precisamente porque de hacerlo tendrían que aceptar el resultado y apoyar en las presidenciales a quien resultara elegido. Ellos habrían podido dar la pelea en la consulta apoyar a Romero y derrotar a Peñalosa en las urnas, pero eludieron su participación en este debate.

Luis Carlos Avellaneda, copresidente del partido en representación de los progresistas, aclaró que Camilo Romero nunca se presentó como candidato del progresismo, “nunca nos solicitó eso, nunca discutió con nosotros líneas programáticas en torno a su aspiración y él ha dicho que representa una nueva ciudadanía, una nueva tendencia, en consecuencia, es una decisión personal que él ha tomado, nosotros las respetamos, pero como no es una candidatura de progresistas no la acompañamos”.

Además justificó su marginación de la consulta en que Peñalosa sigue lanzándole dardos a Petro y porque no ha dejado claro que rechazaría una eventual alianza con el uribismo. “En Alianza Verde decidimos hacer una defensa de lo público y Peñalosa es un gran privatizador. Y este movimiento es plural pero no puede ser la expresión de la extrema derecha que representa el doctor Álvaro Uribe dentro del concierto nacional”.

Avellaneda aseguró que esta decisión de los Progresistas no afectaría la unidad de Alianza Verde, la cual quedó reflejada en las listas al Congreso. Sin embargo, anticipó que aunque no se declaren en disidencia, se reunirán en una asamblea nacional para definir el camino que adoptaran en las presidenciales. La Alianza Verde no ha cumplido cuatro meses de matrimonio y ya empieza a vivir sus primeras grandes fisuras. Enrique Peñalosa sigue siendo el punto de discordia.