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Eleonora Pineda (derecha) acompaña a Rocio Arias, ambas ex congresistas involucradas en las investiagciones por parapolítica en Córdoba.

VERDAD ABIERTA.

Eleonora Pineda saldría libre en noviembre

La ex parlamentaria, Eleonora Pineda, fue sentenciada a 45 meses de prisión, pero podría salir libre en noviembre por haber admitido su culpabilidad por el delito de concierto para delinquir. Pineda fue una de las firmantes del polémico pacto de Ralito.

23 de octubre de 2008

Eleonora Pineda, quien se encuentra recluida en la Cárcel del Buen Pastor en Bogotá desde hace 18 meses, fue sentenciada por el juez octavo especializado de Bogotá a siete años y medio de prisión, después de haberse declarado culpable por haber firmado el 'Pacto de Ralito'. Pero como se acogió a sentencia anticipada, su apoderado, Abelardo de la Espriella, considera que ya cumplió la mitad de la pena y con las rebajas, en noviembre podría salir libre.

Eleonora Pineda era una política cordobesa desconocida hace unos ocho años, cuando firmó el acuerdo de Ralito, el polémico documento en el que paramilitares y políticos de la Costa acordaron hacer una alianza para “refundar” la patria y lograr elegir a sus amigos políticos en cargos públicos, en el 2001. La fimra de ese documento abrió la puerta la proceso conocido como la parapolítica.

En ese entonces se desempeñaba con concejal en Tierralta, pero en el 2002, de la manera sorpresiva, obtuvo 80 mil votos y se convirtió en Representante a la Cámara avalada por uno de los movimientos que apoyaban al presidente Álvaro Uribe.

Sin embargo, fue una de las purgadas de las listas uribistas en 2006. Apoyó el proyecto presentado por Rocío Arias para evitar la extradición a Estados Unidos de personas que firmen acuerdos de paz o se desmovilicen. La iniciativa no fue aprobada. También patrocinó la visita de los jefes paramilitares al Congreso el 28 de julio de 2004 y fue la primera en saludarlos en el Capitolio.

Esta política fue una de las pocas que reconoció haber firmado el pacto a plena conciencia. “¿Cómo no hacerlo si era a favor de la paz?”, dijo en una oportunidad. Nunca ha negado que sea amiga personal de algunos miembros de las AUC como, por ejemplo, de Salvatore Mancuso.

El acuerdo de Ralito
El texto fue suscrito por cuatro ex jefes paras, dos ex gobernadores, cinco ex alcaldes, seis ex congresistas y siete líderes regionales, entre los que se encontraba Pineda. Todos ellos, excepto los jefes paras, fueron llamados a indagatoria desde el 20 de marzo por la Fiscalía General, órgano competente para investigar a quienes ya perdieron su fuero de congresistas.

El 28 de marzo de 2007 la Corte Suprema de Justicia llamó a indagatoria a los cinco parlamentarios firmantes del acuerdo de Ralito entre los que se encuentran, William Montes, Reginaldo Montes, Juan Manuel López Cabrales, Miguel de la Espriella y José de los Santos Negrete.

La ex congresista Eleonora Pineda admitió haber asistido a la reunión, pero insistió en la versión de su ex colega en cuanto a que el encuentro fue para impulsar el inicio de los diálogos de paz. Pineda, quien sorprendentemente sacó como candidata a la Cámara 82.082 votos en Tierralta (Córdoba), asegura que tal éxito se debe a que en este municipio ella alcanzó una silla en el Concejo municipal un año antes, gracias a los 748 votantes que apoyaron su candidatura. ¿Cómo se explica que en dos años sus votantes hayan aumentado en 2.170%?

Al senador Miguel Alfonso de la Espriella, reelegido en los comicios del 2002, le pasó algo similar, pues su concentración electoral estuvo en Valencia, Tierralta, San Antero y Pueblo Nuevo, también en el departamento de Córdoba, una basta zona donde se movía ampliamente el Bloque Catatumbo comandado por Salvatore Mancuso.

En su momento, la analista Claudia López, quien estudió en detalle el mapa político de Colombia, sostuvo que el acuerdo firmado en esa reunión buscaba consolidar el apoyo en torno a un solo proyecto nacional para salvarse de cualquier castigo trascendental si prosperaba el proceso de paz.

“Los ‘paras’ necesitaban un status de negociación y evitar presiones para la extradición, por eso tomarse el Congreso era lo más importante. Se reunieron para armar una estrategia política nacional porque ya la regional no funcionaba mucho y lo hicieron en ese lugar porque allí tenían más influencia”, dice López, quien agrega que esos mismos acuerdos se hicieron en Antioquia, los Santanderes, Meta y Casanare.

Con el acuerdo de Ralito, el país entendió por qué durante las crisis del proceso de desmovilización los paramilitares reclamaban el cumplimiento de los compromisos de Santa Fe de Ralito. Mientras el país pensaba que la alusión era exclusivamente a la mesa de negociación instalada por el gobierno en ese corregimiento de Córdoba, más de un congresista debió entender con claridad el mensaje: había que sacar adelante propuestas como una ley con penas blandas para los miembros de las autodefensas que dejaran las armas para cumplir con la promesa de ayudarlos. Con razón desde el inicio mismo de las desmovilizaciones se habló sobre cartas marcadas por parte de las autodefensas.