Home

Justicia

Artículo

Daniel García Arizabaleta, actual director de Invías. | Foto: Guillermo Torres

INVESTIGACIÓN

Una carretera de mentiras

¿Por qué después de que la Procuraduría lo destituyera y la decisión quedara en firme, el director de Invías sigue en su cargo? La revisión detallada de su expediente muestra que acomodó reglas y su hoja de vida a sus ambiciones. También que está en la entraña del uribismo desde la campaña del 2002.

28 de enero de 2009

Al mirar el detalle del expediente en que la Procuraduría se basó para ordenar la destitución de Daniel García Arizabaleta, actual director del Instituto Nacional de Vías (Invías), queda claro que  toda su carrera pública ha estado sembrada de mentirillas.
 
No son grandes defraudaciones, sino esguinces a la ley cuando esta le estorbaba en sus aspiraciones. Y lo más grave, que quizás llevó al Ministerio Público a inhabilitarlo por 15 años (una sanción muy severa) es el hecho de que acudió a esta mañas no sólo una sino muchas veces.

La cadena de falsedades se inició desde agosto de 2002, cuando presentó su hoja de vida para trabajar en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República con el cargo de asesor.

En ese entonces, declaró bajo juramento haber sido empleado del sector privado por cinco años y tiempo completo. Esta experiencia supuestamente se inició desde el 10 de junio de 1996, cuando se vinculó como empleado a la empresa Inversiones García Arizabaleta y terminó el 26 de mayo de 2002, cuando ejerció como jefe departamental de la Asociación Primero Colombia (que le hizo campaña al entonces candidato a la Presidencia, Álvaro Uribe). (Ver hoja de vida)

De estas dos vinculaciones, sólo documentó la que tuvo con la empresa Inversiones García Arizabaleta, que es una sociedad que tenía con su familia. En la constancia que presentó, con la firma de su padre, Daniel García Chávez, como gerente, documentó experiencia laboral por 5 años y un mes.

Según su padre, Daniel hijo trabajó como empleado en los cargos de auxiliar de arquitectura y en la dirección de gerencia de tres proyectos que se hicieron a partir de 1998, cuando ya estaba graduado como arquitecto. Además, se desempeñó como subgerente de la sociedad entre enero de 2000 y enero de 2001 (ver constancia).

De Primero Colombia no presentó ningún documento que acreditara su trabajo allí. 

Ocupar una asesoría en la Presidencia exige una experiencia profesional de 5 años. Esto es haber ejercido la profesión, ya graduado y con los documentos requeridos para ejercerla, por un lustro. Si se tiene menos experiencia, no se puede ocupar un cargto tan alto.

García dijo entonces que tenía la experiencia requerida, pero la Procuraduría encontró varias inconsistencias.  Para empezar, la empresa familiar estaba en liquidación desde 1999, según consta en este documento de la Cámara de Comercio de Cali. O sea que el hoy director de Invías no pudo ser subgerente de la sociedad entre 2000 y 2001, porque la empresa no estaba funcionando.

Además, en una visita que la Procuraduría le hizo a la empresa, el padre aseguró que su hijo no era empleado de la compañía, sino que ejercía actividades de tipo familiar. “Los negocios se ventilaban a nivel de familia, normalmente a la hora del almuerzo donde estábamos todos reunidos”, dijo. Y comentó que la única empleada de la empresa era la secretaria. “La secretaria Asceneth Quintero López fue la única persona que acompañó la sociedad en el transcurso de la vida de la sociedad”, declaró. (Ver testimonio del padre). O sea que el funcionario no podía acreditar experiencia profesional ni cargo alguno dentro de la empresa familiar, porque nunca fue empleado formal.

Fuera de eso, en su testimonio, el padre explicó que las obras en las que supuestamente trabajó Daniel García no se hicieron a partir de 1998, sino entre 1993 y 1997, cuando su hijo era apenas un estudiante universitario. (Ver documento). 

Si Daniel García trabajó en esos proyectos, dicha experiencia no cuenta como profesional, porque apenas se graduó como arquitecto el 12 de diciembre de 1997. Así lo confirma la Universidad de San Buenaventura de Cali en esta carta.
 
Cuando se presentó al cargo en la Presidencia dijo que había trabajado en la empresa familiar de tiempo completo, algo difícil si además estudiaba. Volvió a decir lo mismo cuando se presentó al cargo de Director de Coldeportes. (Ver hoja de vida). Acreditar tiempo completo cuando en verdad fue medio, duplica el número de tiempo de experiencia laboral.
 
Fuera de eso, supuestamente ejerció como director o gerente de proyectos sin tener tarjeta profesional, cuando es requisito para ejercer dichos cargos en la profesión de arquitectura. (Ver carta del Consejo Profesional Nacional de Arquitectura).

La verdadera experiencia profesional que acreditaba era la de Asesor de la Presidencia de la República, que era de 16 meses, mucho menos que lo exigido para el cargo.
 
En consecuencia, el funcionario no cumplía, y aún no cumple, la experiencia como profesional que exigen los cargos públicos en los niveles Directivo, Asesor, Ejecutivo y Profesional.

Sin embargo, y pese a no cumplir con este requisito, presentó los mismos documentos para ser nombrado Director de Coldeportes el 3 de diciembre de 2003. Este título tenía, además, otros requisitos muy puntuales. Quien lo asumiera, debía tener “título de formación universitaria o profesional en Derecho, Economía, Administración de Empresas o Públicas, Contaduría, Ingeniería Industrial, Finanzas y Relaciones Internacionales, o en áreas afines relacionadas con las funciones del cargo”, según lo reglamentado por la Resolución 00460 del 15 de marzo de 2000. Como se lee, por ninguna parte aparece la profesión de arquitecto.

Esa norma también decía que para ser Director de Coldeportes, el funcionario que llegara al cargo debía tener formación avanzada o de posgrado y dos años de experiencia profesional.
 
Se hubiera podido pensar que las inexactitudes que puso en sus hojas de vida, acomodando su experiencia para que cuadrara con los requisitos del cargo, fue un pecado menor, y lo importante es que desde muy joven quería servir al público. Simplemente no le dio importancia a estos detalles menores.

Sin embargo, otra decisión suya, muestra que estaba conciente de que no cumplía los requisitos y además que esta era una irregularidad grave. Por eso, Daniel García modificó los requisitos el 23 de diciembre de 2003, apenas 20 días después de haber asumido el cargo como director de la entidad. En la nueva resolución, definió que el Director de Coldeportes debe ser profesional en cualquier disciplina académica. (Ver documento).
 
Eso, en teoría, ya lo hacía hábil para el cargo, pero olvidó modificar la parte de formación avanzada. Daniel García Arizabaleta es especialista en Gobierno Municipal, pero, según esta acta de grado de la Pontificia Universidad Javeriana, se graduó el 8 de octubre de 2004. O sea que cuando asumió como Director de Coldeportes no tenía estudios avanzados, como era el requisito, que él no se percató de modificar.

Aunque es legal que el director de una entidad cambie los requisitos de los cargos, en este caso la Procuraduría lo interpretó como una acción indebida porque lo hizo para su propio beneficio.

García ejerció por 32 meses como director de Coldeportes y el 27 de noviembre de 2006 llehó a Invías como director encargado. En la hoja de vida que presentó para este cargo, ya no acreditaba tiempo completo en su trabajo en la empresa de su familia, sino medio tiempo. Pues claro, ya no necesitaba tanta experiencia profesional, pues ya la tenía en el sector público. (Ver hoja de vida). Para la Procuraduría, podría tratarse de una estrategia para ir desapareciendo de su pasado esta apócrifa historia laboral e ir limpiando su hoja de vida en futuros cargos.

En ese documento, presentó una disparidad de seis meses entre la entrada y la salida del puesto en Inversiones García Arizabaleta. Ese descuadre en los tiempos “no tiene ninguna explicación lógica” para la Procuraduría, y se convierte en un eslabón más de la larga cadena de mentiras del funcionario. (Ver tabla del consolidado de sus mentiras).

De todas formas se posesionó como director encargado de Invías, aunque sin cumplir los requisitos que en ese entonces tenía el cargo. Las especificaciones eran muy puntuales también. El funcionario que asumiera el cargo debía ser profesional en Ingeniería Civil, de Transportes y Vías, Administración de Empresas o Pública, Derecho o Economía. La arquitectura no figuraba dentro de los requisitos.

También eran exigencias tener maestría relacionada con las funciones del cargo y 64 meses de experiencia profesional relacionada o tener especialización con 76 meses de experiencia. (Ver requisitos).

El 26 de diciembre de 2006, apenas un mes después de asumir el cargo como encargado, Daniel García modificó las exigencias y entre las profesiones añadió la de Arquitectura. Pero dejó el resto igual. (Ver resolución emitida por Daniel García).

El 27 de enero de 2007 se posesionó como director en propiedad, cumpliendo el requisito de la profesión. Pero ningún otro. Porque si bien tenía su especialización en Gobierno Municipal, que no tiene nada que ver con las funciones del director de Invías, no cumple con el tiempo de experiencia profesional.

Las cuentas dan que, perdonándole todas sus mentiras, sólo sumaba 51 meses y 15 días de trabajo profesional hasta noviembre de 2006, cuando asumió como encargado de la entidad. Aún le faltaba mucho tiempo para completar los 76 meses que estipulan los requisitos que, tal y como lo hizo con los de Coldeportes, modificó a medias.

Las faltas para entrar a la Presidencia y a Coldeportes ya no pueden ser sancionadas pues los términos vencieron. Pero, la Procuraduría lo destituyó de su actual cargo de Director de Invías y lo inhabilitó de ejercer cargos públicos por 15 años. Pero él se aferra a su puesto y dice sentirse tranquilo porque todo lo ha hecho bien. Y que aún le quedan instancias para apelar.
 
Y sus superiores, Ministro y Presidente, lo han respaldado porque, como él mismo lo acreditó en su hoja de vida, trabajó en la campaña presidencial de 2002 en favor del Presidente. Ese cargo que nunca sustentó con papeles es, a la postre,  el que le ha resultado valer más que todos.