Antes de comprar un vehículo, hay que pensar con cabeza fría e informarse sobre qué se va a negociar y con quién.

LÍNEA CIUDADANA

Infórmese antes de comprar un carro

El sueño de muchas personas es comprar un vehículo. Lamentablemente, son altos los índices de insatisfacción después de adquirirlos. Muchos malestares se pueden prevenir tomando precauciones antes de creer todo lo que ofrecen los vendedores.

28 de agosto de 2008

Cuando un colombiano quiere invertir en un bien, suele tener entre sus prioridades la compra de un vehículo. El anhelo de ‘hacerse a un carrito’ es ya generalizado y, no en vano, se ha reflejado en las cifras del parque automotor del país.

Según el Ministerio de Transporte, entre 2007 y 2008 el número de automóviles rodando por las calles pasó de 101.299 a 142.890 y el de motocicletas, de 356.871 a 401.642 en igual periodo. A lo largo de los años, el número tiende siempre a subir.

Pese a que muchos deciden invertir su patrimonio o endeudarse para adquirir vehículos, se refleja poco conocimiento de cómo hacer la compra. Eso se evidencia en el alto número de quejas que se registran.

Sólo en los primeros seis meses de este año, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) tramitó 398 quejas sobre el sector automotriz y 51 por reparación de vehículos. Y hay que tener en cuenta que no todas llegan hasta la SIC, sino que se resuelven entre vendedor y comprador o muchos desisten de quejarse.

Las insatisfacciones en este tipo de compras son difíciles de corregir. Para el afectado, muchas veces implica enredarse en una extensa cadena de trámites. Y algunos sienten que las soluciones no llegan, como lo comentaron varios usuarios de Semana.com en el artículo ‘Si le va mal de compras, ¡quéjese!’, de la sección Línea ciudadana.

Lo mejor que puede hacer un consumidor es armarse de conocimientos antes de aventurarse a adquirir un vehículo, cualquiera que sea. No hay que dejarse engatusar por la astucia de los vendedores que algunas veces ofrecen el cielo y la tierra. Pero en ocasiones no dejan nada por escrito o no explican qué hay detrás de la oferta. Y el consumidor tampoco se interesa mucho por conocer más.

Esa situación la refleja bien un usuario de Semana.com que escribió a lineaciudadana@semana.com contando que le ofrecieron un vehículo por una cuota inicial de seis millones de pesos y le dijeron que se lo entregaban el mismo día que llevara al concesionario aquella baja suma. Emocionado, sin pensarlo dos veces, se consiguió el dinero prestado y lo entregó el 24 de junio.

Según dijo, además de dar el dinero, firmó 36 letras, cada una de 1,7 millones de pesos, y un pagaré por 40 millones, pero no le dieron el carro ese mismo día. Ni al siguiente. Y aún no lo ha recibido. Está a la espera de que le devuelvan el dinero.

Semana.com consultó con la empresa y dijeron que después de que el cliente les entregó el dinero, se debían confirmar sus ingresos y esperar que se aprobara el crédito. Explicaron que es común la demora en la entrega del carro, pero que el señor no esperó el trámite normal del negocio.

Él dice que tampoco conocía el procedimiento porque la promesa era que saldría con el carro el mismo día que dio la plata. Creyó ciegamente y ahora debe esperar un buen rato para que le reembolsen, de acuerdo con la explicación de la empresa. Y si deciden iniciar un trámite jurídico, se irá para largo.

El caso da cuenta de que, definitivamente, hay que pensar con cabeza fría antes de hacer una inversión como la que implica un vehículo y saber bien qué tener en cuenta en el negocio. Existe una guía recién editada por la SIC donde aclara los temas que generan las mayores quejas de los compradores de coche o moto.

Lo primero que hay que conocer es que el comprador tiene derechos y deberes. Sus derechos, groso modo, son tener información real y suficiente sobre el producto y la manera como se negociará.

Aunque suene extraño mencionarlo, hay un derecho elemental, como es que los fabricantes, ensambladores y comercializadores de vehículos, partes, accesorios y repuestos, obren de buena fe. Eso implica que cumplan con lo prometido, den garantías sobre el producto y atención ágil de quejas o reclamos. (Ver decálogo de derechos)

Pero el comprador de vehículos también tiene deberes. Uno muy importante: informarse. ¿Sobre qué? Sobre con quién va a negociar y cómo, sobre las características, especificaciones y precios de los bienes, sobre las garantías que tienen, sobre el servicio técnico y sobre las recomendaciones para el uso del producto. Además, tiene el deber de asistir a la revisión periódica y la asistencia a talleres autorizados por el vendedor, por ejemplo. (Ver deberes).

Conocer los derechos y los deberes le da al comprador del vehículo herramientas para hacer un negocio. Pero no son suficientes. Hay un alto número de quejas por incumplimiento de garantías después de adquirir un carro o una moto. A este respecto, hay mucho por aprender.

Hay que tener en cuenta que, según las normas, tanto el vendedor, el fabricante o el importador del vehículo, deben atender los reclamos y cumplir las garantías. El consumidor puede dirigirse donde cualquiera de ellos si el automotor presenta fallas de fabricación y deben cubrir, sin costo alguno, asistencia técnica, traslado y repuestos siempre y cuando el reclamo se haga dentro del término de la garantía.

Todos los vehículos nuevos deben tener garantía. En cambio, para los usados no es obligatorio, pero se puede dar si el vendedor quiere ofrecerla. Y si así lo decide, debe cumplirla. Las reparaciones y los repuestos también tienen garantía. Sin embargo, las normas dicen que puede haber casos en que no la tengan, pero el comprador debe saberlo de antemano.

Son muchas cosas las que hay que tener en cuenta antes de comprar un carro o una moto. Sobre todo cuando adquirirlo es realizar un sueño, como lo ven muchos colombianos.


 
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