Chevyplan no es un crédito, sino una modalidad de adquirir un vehículo ahorrando y participando en sorteos.

LÍNEA CIUDADANA

Las quejas con el Chevyplan

Semana.com averiguó sobre las quejas más frecuentes de usuarios de este tipo de planes para comprar carro. Alguno no leen bien las condiciones del contrato, pero otros planes no dan lo que ofrecen.

13 de marzo de 2009

Al correo lineaciudadana@semana.com han escrito varios usuarios contando su descontento con la administradora de planes de autofinanciamiento comercial Chevyplan.

Las quejas reflejaban indudablemente situaciones muy decepcionantes para los clientes. En resumen, se sentían engañados por la publicidad, les dieron el vehículo que no querían, las cuotas se incrementaron exageradamente y es muy difícil que les devuelvan el dinero si se quieren retirar.

Semana.com averiguó por cada queja y encontró que algunas son producto de situaciones anunciadas desde antes de firmar el contrato y otras que, definitivamente, no tienen justificación satisfactoria para los clientes.

Malestares parecidos pueden estar presentando los usuarios de otros planes como Cofinauto, Autofinanciera y Electroplan, que funcionan en forma similar. Pero al correo de lineaciudadana@semana.com sólo han llegado quejas de Chevyplan. Esta sociedad es la que presenta mayor número de quejas ante la Superintendencia de Sociedades por ser la que más bienes y servicios vende anualmente bajo esta modalidad.

O sea que hablar de Chevyplan no es referirse a un negocio pequeño. En 14 años que lleva de existencia, han sido 102.808 colombianos los han encontrado en este plan la manera del alcanzar el sueño de ‘hacerse a un carrito’.

Tal vez muchos o todos ellos llegaron atraídos por la publicidad que dice “estrene Chevrolet sin cuota inicial”. Pero cuando quieren hacer el contrato, les cobran una inscripción que equivale al 3 por ciento del valor del vehículo que desean. Entonces surge la primera queja, la del posible uso de la publicidad engañosa.

Según le dijo a Semana.com Alberto Callamand, gerente comercial de Chevyplan, esta inscripción no debe entenderse como una cuota inicial. La razón es que esta empresa no funciona como los bancos, que entregan créditos y los van cobrando mensualmente, después de pedir el pago de una suma de entre el 10 y el 40 por ciento del valor del auto.
 
El modo de operación de compañías como Chevyplan es algo así como un ahorro que van haciendo varias personas para adquirir bienes que luego rifan entre ellos mismos. Por eso no hay engaño cuando se dice que no hay cuota inicial.

Ante las quejas por publicidad engañosa, la Superintendencia de Sociedades ordenó en 2005 que una fiduciaria independiente a las empresas que administran los planes se encargue de recibir los dineros de los clientes y de manejarlos. La idea es que esa fiduciaria proteja la plata y cumpla con la entrega a tiempo de los carros. Así, se cumple con el objetivo del negocio y nadie sale engañado.

El negocio

Es necesario entender bien el funcionamiento de los planes de autofinanciamiento comercial para saber qué reclamar y qué aceptar.

En palabras simples, estos planes están conformados por grupos de personas que se vinculan por medio de un contrato y dan aportes periódicos por determinado tiempo. Por ejemplo, durante 60, 72, 78 u 84 meses. Esas cuotas son inferiores al valor de la inscripción y no son por el pago de un crédito, como los de los bancos, sino que se trata de reunir dinero entre varios a manera de ahorro para adquirir los vehículos.

Desde el pago de la primera cuota, los clientes pueden asistir a unas asambleas donde se sortea un vehículo. Cualquier usuario, así haya pagado una, diez o veinte cuotas se lo puede ganar y sale de una vez con el carro. Obviamente, debe seguir pagando sus cuotas. Los demás, deben seguir esperando que la suerte los premie en un sorteo futuro o dar una buena cantidad de dinero que les permita reclamar su carro.

Una vez adentro del plan, hay usuarios que han sentido un incremento exagerado de sus cuotas, y esa es otra queja.

Altas cuotas

Un lector le escribió a Semana.com contando que en 2007, cuando se inscribió, pagaba cuotas por 297.000 pesos mensuales y “la cuota más reciente llegó por 353.267 pesos”, denunció, impresionado por el incremento que no esperaba.

A ese respecto, Callamand explica que el monto de las cuotas varían según el incremento del precio del vehículo. “No es posible determinar anticipadamente cuánto variarán las cuotas, toda vez que se liquidan mes a mes de acuerdo con la variación de los precios de los vehículos nuevos”, aclara.

Según su cuentas, el comportamiento de los precios de los coches cambia bastante. “Durante algunos meses del año 2008 los precios de algunos vehículos bajaron e igualmente bajaron las cuotas de los clientes. Desde el segundo semestre del año pasado con la aceleración de la devaluación, los precios de los vehículos han aumentado”, dice.

La Supersociedades explica exactamente igual las razones del incremento de las cuotas. “Sí se han recibido quejas, mas la causa es el desconocimiento de dicho procedimiento”, según dice en la respuesta a un derecho de petición enviado por Semana.com.

Sin embargo, cuando se presentan quejas, la Supersociedades verifica que el precio del vehículo sí haya subido. “Para verificar este hecho solicita tres cotizaciones de concesionarios legalmente autorizados a la sociedad, y sobre ellas determina si la variación en el valor de la cuota es correcta o no, informando de este resultado al quejoso”, escribe la Superintendencia.

Otro malestar recibido por Semana.com es por la obligación del cliente a cambiar el vehículo porque descontinuaron el que habían escogido.

“Me tocó escoger un carro que no quería”

“Cuando adquirí el plan, solicité que saliera con el vehículo Corsa Evolucion y me prometieron todos los juguetes (vidrios eléctricos, forros, película de seguridad, etc.). Al cabo de unos meses me informaron que dicho vehículo se había descontinuado que debía cambiarlo. Escogí entonces un Aveo Sedan y ya no me garantizaban todos los juguetes”, decía un correo recibido por Semana.com.

Otra usuaria contó que ella y su madre “teníamos un proyecto de ruta escolar porque estábamos sin empleo. Estábamos interesadas en el plan para adquirir una Chevrolet Súper Carry. Al tiempo, me dijeron que la camioneta estaba descontinuada, que por qué no escogía un Aveo”.

Ante la oferta de un carro que no era el que satisfacía sus necesidades, “yo les dije que necesitaba la Chevrolet Súper Carry para trabajar en la ruta escolar, que cómo se les ocurría darme una opción que nada que ver con un vehículo de pasajeros, y me respondieron que si no lo quería entonces esperara la devolución del dinero en el año 2011”.

Es que la idea que vende Chevyplan en su publicidad y su página de Internet es un plan en el que “cada uno elige el vehículo que quiere según sus necesidades”. (Ver imagen). Incluso, en el portal hay un vínculo en que los clientes pueden elegir el carro que quieran. (Ver imagen).

Al respecto, la solución que da Callamand, basándose en el reglamento del plan, se enfoca más al monto de las cuotas que deben seguir pagando los clientes que a su satisfacción.

En su respuesta, el gerente comercial de Chevyplan cita que “si el bien o servicio es descontinuado o su importación se termina, seguirá rigiendo el último valor del bien o servicio descontinuado, con una variable trimestral que será calculada sobre el alza ponderada que haya tenido ese bien o servicio durante el último año. El alza trimestral incidirá en la cuota y en el monto de dinero que deba adjudicarse”.

La Supersociedades, en estos casos, les ha dado la razón a las compañías. “En tal caso la sociedad le informa al cliente que acuda al concesionario para que escoja un automotor de igual o menor valor y de similares características, quedando solucionada la inconformidad presentada”, responde la entidad.

Y añade que “la Superintendencia informa al cliente este procedimiento, que a la vez está contemplado en el contrato. Simultáneamente requiere a la sociedad para que le escriba al cliente informándole al respecto, y está atenta de dicho resultado”.

Es cierto que si un carro está descontinuado, pues no hay nada más qué hacer. Pero los clientes piensan que al menos deben reconocerles ‘todos los juguetes’ o dar como alternativa un vehículo que satisfaga sus necesidades. No que ocurra todo lo contrario, como en los casos denunciados por los usuarios de Semana.com.

La insatisfacción más grande de estos clientes es que, pese a que no les dan el carro que quieren o necesitan, sí deben aferrarse a lo que dice el reglamento respecto al retiro del plan.

A este respecto, Callamand explica que “cuando una persona está insatisfecha, tratamos de solucionar sus inconvenientes. Chevyplan analiza cada caso en particular y ofrece una solución a las necesidades de su cliente. Pero si el usuario insiste en que se le regrese su dinero, nos vemos en la obligación de cumplir con lo ordenado por la Superintendencia de Sociedades, en el sentido que si el cliente decide dar por terminado el contrato, se efectúa la devolución de las cuotas netas a la finalización del plazo”.

Es decir, si firmó un plan por siete años y al primero le descontinuaron el vehículo, tiene que esperar seis años más para que le devuelvan su dinero, como le dijeron a la usuaria que necesitaba la camioneta para transportar niños.

La otra opción que ofrece Chevyplan es que el cliente ceda su contrato a otra persona que le pague por él. Estas condiciones para lograr la devolución del dinero, hay que decirlo, se las advierten al cliente desde un comienzo.

Y así lo ordena la Superintendencia. Para que el usuario esté enterado de qué ocurre si quiere cancelar el contrato con estas empresas, en el documento debe decir que “una vez firmado el presente contrato y participado en la primera asamblea, son aceptadas expresamente por el suscriptor las cláusulas que lo vinculan al sistema y únicamente hay lugar a la devolución de los dineros que éste haya cancelado por concepto de cuotas netas, dentro del mes siguiente a la finalización del plan”.

Así que quien entra al plan debe someterse a esto. Lo que critican quienes escribieron a Semana.com es que tengan que someterse a esas condiciones por un vehículo que no quieren o no les sirve.

Este tipo de planes para comprar bienes a base de ahorro puede ser muy útil si no hay afán de obtenerlos. Y aunque a veces los clientes no son juiciosos enterándose de las reglas del negocio, sí merecen que, por lo menos, se les respeten sus decisiones y necesidades.






 Si quiere hacer público un problema de la vida cotidiana que lo afecte a usted y a más personas, escriba a lineaciudadana@semana.com. Recuerde incluir un número telefónico para que un periodista pueda contactarlo.



 
Chevyplan aclara que las siguientes personas que han opinado en este artículo no son clientes suyos.
 
GILBERTO ANTONIO SUAREZ FAJARDO
CHRISTIAN ALBERTO RAMIREZ FONSECA
ANDRES DOMINGUEZ ROZO
JOSE MOVILLA
JAIRO ALONSO BONILLA ACEVEDO
BONIFACIO TAPASCO
CARLOS MOISES
MR AG
JHONNY TUNNER
EDGAR RENTERIA PEREZ
GERMAN ENRIQUE ROSERO NORDALM
JOE THE PLUMBER
CARLA ESTRADA
OSCAR ALONSO VELASQUEZ LEMA
GLORIA CARRILLO RIVERA
CESAR ALBEIRO ANAYA SENIOR
FERNANDO HOYOS GARCIA
JORGE GRIMALDOS ABADIA
ABEL TOVAR LOSADA
SEBASTIAN G
HENFO FERNANDEZ DE SOTO
PAOLO FUTRE MARES