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NARCOTRÁFICO

¿Fracasó la guerra antidrogas?

Al cumplirse los primeros cien años de la fiscalización de los estupefacientes en el mundo, el balance no parecería ser muy alentador.

Alianza BBC
11 de marzo de 2009

En 1909, cuando se firmó el primer tratado contra el opio, había 870.000 adictos a esa sustancia en Asia y Europa occidental. Hoy, los adictos a todos los estupefacientes son al menos 50 millones de personas en todo el mundo, le informa a BBC Mundo el experto Camilo Uribe.

La Organización de Naciones Unidas, ONU, calcula que un 4% de la población mundial consume algún tipo de estupefaciente.

Uribe es uno de los 13 miembros de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el organismo de la ONU que vela por el cumplimiento de los tratados contra las drogas ilícitas y que este jueves presentó su informe anual.

¿Acaso las cifras indican que la guerra contra las drogas fracasó? Uribe apela a la diplomacia y responde: "No se puede decir que la ganamos, pero tampoco que la perdimos".

El balance de la JIFE llama la atención sobre el aumento de cultivos de coca en Bolivia, Colombia y Perú, pero también sobre el papel que Venezuela está jugando como puerto de embarque de las drogas producidas en los países andinos.

El informe sostiene que Colombia sigue siendo el primer productor mundial de cocaína, aunque redujo levemente su capacidad: de 610 toneladas en 2007, a 600 en 2008.

Críticas a Bolivia

La JIFE también critica que el gobierno de Bolivia haya firmado un acuerdo con los cocaleros de la región de Yunga, que les permite "cultivar arbusto de coca en mayores extensiones que las permitidas en la región del Chapare".

Uribe le insiste a BBC Mundo que el gobierno de Bolivia tiene que cumplir lo que dicen tres tratados firmados desde 1961, porque esa coca termina convertida en pasta básica que ingresa a Brasil y Argentina, donde ya existen "cristalizaderos" (laboratorios) para la producción de clorhidrato de cocaína".

El informe de la JIFE, además, subraya el rol que están jugando México y varios países africanos como lugares de tránsito de las drogas que salen de Sudamérica hacia Estados Unidos y Europa.

"La violencia cada vez mayor entre los carteles de la droga y entre los narcotraficantes y la policía es un grave problema en América del Norte. El gobierno de México se enfrenta a la violenta oposición de los carteles (...) en su esfuerzos por combatir la delincuencia organizada y el narcotráfico", indica la JIFE.

En su conversación con BBC Mundo, Uribe compara lo que está sucediendo en algunas regiones de México con lo que ocurrió en Colombia en las décadas de los '80 y '90 con los carteles de las drogas.

A la JIFE también le preocupa que en otras zonas del mundo, como Afganistán, no obstante la reducción de las áreas cultivadas con amapola, que es la materia prima de la heroína, estén siendo sustituidas por otros cultivos ilícitos como la marihuana.

Uribe anota que en Afganistán se combinan fenómenos como la corrupción, el terrorismo y el narcotráfico, lo cual dificulta la solución del problema. Y señala que el consumo de heroína está resurgiendo en algunas áreas de Europa Occidental.

Las nuevas amenazas

Pero, sobre todo, al organismo que fiscaliza las drogas le preocupan nuevas amenazas, como el abuso con medicamentos que requieren fórmula médica.

Un caso ilustrativo es el de Estados Unidos.

En ese país, según la JIFE, "el número de personas que abusan de medicamentos de venta con receta, superado solamente por el del consumo de cannabis, es mayor ahora que el número total de personas que abusan de cocaína, heroína, alucinógenos, éxtasis y sustancias inhalantes".

Por esa razón, Uribe insiste en la necesidad de ser más estrictos en los controles de las ventas por internet de medicamentos a través de farmacias ilegales.

Cien años después del primer tratado contra el opio, la guerra contra las drogas sigue vigente y, por ahora, no parecería estar cerca de su fin.

El director de la policía antinarcóticos de Colombia, general Armando Caro, señala que el problema existirá mientras exista la humanidad.

Pero Uribe cree que la fórmula del éxito radica en equilibrar la reducción de la oferta de drogas con la disminución de la demanda.

Claro que ambos objetivos son difíciles de lograr, especialmente cuando hay en juego tantos intereses y visiones del problema.

BBC Mundo le preguntó a Uribe si acaso no llegó la hora de cambiar los paradigmas de la lucha contra las drogas, como lo propusieron la semana anterior los ex presidentes latinoamericanos Fernando Enrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo.

Uribe responde que él está de acuerdo con trabajar más en la prevención y tener en cuenta que las drogas son un "grave problema de salud pública", pero sin dejar de lado los instrumentos penales para perseguirlas.