"De lejos esos crímenes contra niños son de lesa humanidad, por lo que Colombia entera y la comunidad internacional debemos visibilizar y repudiar", opina la concejal de Bogotá Gilma Jiménez. | Foto: Foto: Michael von Bergen, cortesía Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic)

OPINIÓN

Cobardes asesinos de niños

En menos de 24 horas, ocho niños colombianos fueron asesinados brutalmente. Por Gilma Jiménez.

Gilma Jiménez Gómez, Concejal de Bogotá y Vocera del Comité Promotor del Referendo de Prisión Perpetua
1 de septiembre de 2009

De nuevo quedó comprobado que no existe en Colombia un grupo poblacional al que se le violen más sus derechos, que a los niños. Cuando no los asesinan sus “padres”, vecinos o padrastros, los matan terroristas o encapuchados.
 
Con una bomba colocada por cobardes terroristas en San Vicente del Caguan, murieron Cindy de 14 años y Elver de 8 años, y un niño de 4 años se encuentra en grave estado. Y en Tumaco en la comunidad awá, fueron golpeados y acribillados por hampones encapuchados Luís de 13 años, David de 12 años, Alexander de 6 años, Nancy y Jaime de 5 años y Yeison un bebé de 6 meses a quien le dispararon 4 tiros de fusil en la cabeza; otro niño de 12 años se encuentra herido. Todos estos niños tenían una vida, un rostro y sueños. Además murieron Roberto un adolescente de 17 años y 7 adultos en ambos hechos, y quedaron heridas otras 17 personas.

De lejos esos crímenes son de lesa humanidad, por lo que Colombia entera y la comunidad internacional debemos visibilizar y repudiar. En estos casos, especialmente por los niños víctimas. Debemos identificar a los asesinos para castigarlos severamente y sin vacilaciones. Porque además de ser actos de barbarie terrorista, dirigidos a hacer daño y generar pánico indiscriminado, en ambos hechos, como en muchos otros, cobraron la vida de niños indefensos. El capital humano y social más importante de un País que pretenda ser viable y sostenible, y de una sociedad que se precie de ser justa y civilizada.

En memoria de los ocho niños asesinados en esos hechos terroristas, necesitamos hoy más que nunca de la acción rápida y efectiva de nuestras autoridades y nuestra justicia, y del apoyo respetuoso e incondicional de la comunidad internacional, para identificar plenamente y de manera inmediata a los autores intelectuales y materiales de esos asesinatos.

Necesitamos romper el silencio, la impunidad y la indolencia que rodea la violencia contra los niños. Necesitamos lograr ante todo, que nuestros niños no sigan siendo victimas anónimas del terrorismo, del narcotráfico, de la venganza, de la violencia sexual, del maltrato, del secuestro y el asesinato, que han sembrado esos hampones en nuestro país, y que se ha ensañado contra millones y cobrado la vida de miles de niños Colombianos.

¿Que pensaran y mejor que sentirán con estas atrocidades, aquellos que critican la campaña que estamos adelantando millones de Colombianos para castigar con prisión perpetua a los asesinos de niños? ¿Que pensaran y sentirán los defensores de los derechos humanos, pero de los derechos de los adultos y de los agresores de los niños? ¿Que pensaran y sentirán los miembros de esos gobiernos y organizaciones internacionales que apoyan, protegen y reciben terroristas y asesinos de niño? Esperamos las respuestas. Mejor, los niños esperan sus respuestas.