| Foto: Foto: Juan Esteban Mejía

Desgarradora pero exitosa misión

Ocho cuerpos fueron recuperados por el grupo de indígenas que se internó en las selvas de Nariño en busca se sus compañeros masacrados por las Farc en febrero pasado. Aún no se recuperan otros cuatro cuerpos.

31 de marzo de 2009

La misión indígena que ingresó a la espesa selva nariñense para buscar los cuerpos de ocho awá muertos por las Farc el pasado 4 de febrero tuvo éxito en su desgarradora y peligrosa misión.

Unas 470 personas partieron el martes 24 de marzo desde el corregimiento Buenavista del municipio de Barbacoas, para caminar durante tres días por una húmeda, pantanosa y minada selva para llegar al resguardo Tortugaña-Telembí, donde fue la masacre. Durante el camino, se sumaron cerca de 300 personas más. Semana.com estuvo presente en la preparación de la minga y conoció la situación de los desplazados.

Durante ese recorrido, que duró cuatro días, no hubo percances, por fortuna, y al llegar al lugar de destino, iniciaron la búsqueda de los cuerpos. El sábado 28 de marzo encontraron tres cadáveres, pero no eran de la masacre de febrero, sino de otra ocurrida en septiembre de 2008.

Siguieron buscando y, al día siguiente, hallaron otra fosa con cuatro cuerpos que sí pertenecían a la masacre de febrero en la que las Farc reconocieron su autoría. Y el pasado lunes 30 de marzo, hallaron otro más, con lo que dieron por terminada la búsqueda, pues según testimonios de la comunidad, algunos de los cuerpos fueron arrojados al río Bravo. Ahora, los caminantes están regresando al sitio de partida.

Sólo dos cuerpos pudieron ser sacados hasta Tumaco por la Procuraduría. Los demás, quedaron en las fosas "y ya dejando la ubicación de los cadáveres, le dejamos la tarea al gobierno para que los retire", explicó Luis Evelis Andrade, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic).
 
Andrade aclaró que la misión quedó así porque ya los integrantes de la minga estaban cansados después de ocho días en el terreno y algunos estaban presentando algunas enfermedades.
 
Esta minga indígena ha sido calificada como la más riesgosa que se recuerde en los últimos tiempos en el país porque se realizó a lo largo de una selva muy minada y un terreno muy difícil de caminar por la humedad.

Pese a que se conocían bien esos riesgos, se inició con mucha debilidad logística, pues no se habían tenido en cuenta detalles importantes como la disponibilidad de una ambulancia o un helicóptero en caso de evacuar heridos y la falta de un teléfono satelital dejó a los caminantes incomunicados por largos ratos, a merced de pasar por sitios donde hubiera señal de celular. Y entraron a la selva apenas con algunas recomendaciones sobre de qué debían estar pendientes para no caer en un accidente con minas antipersonal.

Sin embargo, el pasado fin de semana se tuvo disponible el helicóptero que llegó con alimentos, algunas medicinas y a comienzos de esta semana, volvió a aterrizar con funcionarios de la Procuraduría, que ayudaron en el levantamiento de los cuerpos.

Ahora, que la misión terminó con el hallazgo de ocho cuerpos, pese a la tragedia, no puede más que calificarse como un rotundo éxito y es un claro mensaje de que los awá conocen su territorio y están dispuestos a estar en él así tengan presencia de actores armados.