De cada 100 desplazados, 12 son indígenas. | Foto: Juan Carlos Sierra

PROBLEMAS SOCIALES

En su día, los indígenas celebran su dignidad, pero el costo ha sido alto

En el Día de los Pueblos Indígenas, que se conmemora este domingo 9 de agosto, Colombia reporta que de 90 de sus pueblos, 34 están en peligro de desaparecer a causa del conflicto.

8 de agosto de 2009

“En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, no deberíamos estar denunciando los hechos de violencia que nos han afectado durante 50 años. Deberíamos estar hablando de los primeros pobladores de América, de esa nación comunitaria que históricamente hemos sido y también de la importancia que para nosotros reviste la protección y los recursos naturales, que es el oxígeno para la población del mundo. Pero lastimosamente no es así”.

Esa es la posición del líder indígena awá Gilman Eder Urgos respecto a aquella conmemoración, que es el próximo 9 de agosto.

Su declaración se debe a que, efectivamente, en el día de los indígenas, decretado por Naciones Unidas en 1994, en Colombia lo que más sobre sale de ellos es la violencia a la que están sometidos.

En el país hay 90 grupos indígenas que, en honor a sus derechos y deberes, han querido organizar sus propios gobierno autónomos para desarrollar la que consideran su misión milenaria y ancestral: cuidar la tierra. Todos esos pueblos indígenas coinciden en que el legado que les han enseñado sus mayores generación tras generación es que ellos deben vivir en armonía con la naturaleza y no explotarla indiscriminadamente sin retribución alguna por todo provecho que se obtenga de ella.

Pero los están matando por haber emprendido esa pacífica y valerosa misión.

En la descripción de un desastroso panorama de violencia coinciden los testimonios de los indígenas, de representantes de la Alta Comisionada de la ONU en Colombia (Acnur) y del mismo Christian Salazar, representante de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.

De acuerdo con informes publicados por la oficina del Acnur en Colombia, “muchos de estos pueblos son vulnerables al conflicto armado y al desplazamiento forzado que éste ha generado”.

Esa oficina de la ONU ha explicado que en territorios indígenas se están dando “confrontaciones armadas, amenazas y masacres, minas antipersonal y reclutamiento forzado de menores y jóvenes. También sufren ocupación de sus lugares sagrados, confinamientos, controles sobre la movilidad de personas y bienes, controles de comportamiento, prostitución forzada, violencia, acoso y abuso sexual.”.

De acuerdo con Salazar, las Farc son las principales victimarias de masacres, asesinatos, amenazas, desplazamientos, siembras de minas antipersonal y reclutamiento de niños.

Pero su oficina “ha recibido información según la cual la Fuerza Pública en varias oportunidades no ha consultado con las autoridades indígenas sobre la entrada a sus resguardos, y en otras ocasiones, ha usado a indígenas para que realicen labores de inteligencia provocando un riesgo de retaliación contra éstos por parte de grupos ilegales”, añade.

Semejantes situaciones están latentes hoy día. La indígena nasa Albenis Tique contó este jueves en rueda de prensa que en el resguardo La Paila Naya, en el Cauca, están viviendo una situación “de muy alto riesgo”. La llegada de hombres armados de grupos ilegales y del mismo Ejército los ha puesto en peligro porque, según dijo, están ocupando viviendas, planteles educativos y lugares sagrados.

“Hasta este momento, los militares siguen ocupando las casas y las escuelas”, dijo esta mujer, que no es de la comunidad, sino que vino en representación de los habitantes de La Paila, que están confinados y no pueden salir. “La comunidad no tiene ningún tipo de comunicación. Estamos pidiéndole a los ministerios del Interior y de Comunicaciones que nos suministren aunque sea un teléfono satelital porque las salidas están restringidas allí en la comunidad. No pudo venir nadie”, explicó.

Ellos están obligados a quedarse en su territorio con temores de lo que pueda pasar en medio del fuego entre quienes se disputan ese estratégico sector para el narcotráfico. Pero es más frecuente que les toque salir corriendo, impulsados también por el miedo.

Salazar, de la ONU, dice estar muy preocupado porque del universo de la población colombiana, los indígenas son una pequeña porción. Apenas el 3 por ciento. Pero en el universo de desplazados, tienen una participación muy alta, puesto que 12 de cada cien personas que tienen que dejar sus viviendas como consecuencia del conflicto son indígenas.

Y más preocupación le ha provocado saber que 70 de cada 100 indígenas desplazados, dejaron abandonaron sus casas en los últimos cinco años. Desde 2004 hasta 2008 se desplazaron 48.318 indígenas.

La oficina del Acnur ha reportado que “en el caso de los indígenas, cuyos sistemas económicos, sociales y culturales se fundamentan completamente en su relación con la tierra, el desplazamiento forzado representa una grave amenaza. Este destruye modos de vida ancestrales, estructuras sociales, lenguas e identidades. En última instancia puede implicar la desaparición de grupos enteros”.

Y, en verdad, se están extinguiendo. La Corte Constitucional ha estimado que ahora hay 34 grupos indígenas con peligro de desaparecer. Por eso, en Colombia la discusión este Día Internacional de los Pueblos Indígenas no es su valor para el planeta, sino la tragedia que viven.