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La desconfianza entre los militares y la población persiste en San Vicente. El gobierno no ha podido evitar tampoco la crisis económica de los productores de leche y queso desde que Nestlé salió de la zona por amenazas de las Farc

SEGURIDAD.

El Caguán en problemas

A pesar de que las Fuerzas Armadas llevan seis años en el corazón del Caguán, la consolidación de la seguridad democrática no está resultando fácil. Informe de Gerson Arias*.

4 de octubre de 2008

El pasado 10 de septiembre, el Ministerio de Defensa presentó en San Vicente del Caguán una campaña para fortalecer el programa de reinserción. La emotiva celebración, que incluyó el lanzamiento de un video con reconocidos cantantes vallenatos, contrastaba con la compleja y poco conocida situación que vive este municipio caqueteño que entre 1998 y 2002 fue epicentro del fallido proceso de paz con las Farc.

A principios del año pasado el país volvió a escuchar de esta zona por los atentados que las Farc realizaron contra la infraestructura de la multinacional Nestlé. El 15 de enero fue dinamitada una estación de enfriamiento de Campohermoso y dos días después la planta de acopio de El Doncello fue destruida. Los atentados continuaron e inclusive en febrero de este año tres cilindros bomba fueron lanzados contra la planta de Nestlé en Florencia.

Los atentados hicieron que la compañía se retirara de la zona norte de Caquetá y buscara suplir en municipios de Huila y Cundinamarca los 150.000 litros diarios de leche que compraba en San Vicente. Esta decisión implicó que la compañía dejara de girar cerca de 1.200 millones de pesos quincenales a los ganaderos de esta zona.

Entre mayo y agosto de 2007, algunos ganaderos intentaron infructuosamente negociar el retorno de Nestlé. Un mes después emergieron las primeras queseras que con capital local y foráneo empezaron a comprar la leche y a producir quesos y quesillos. Un año después, el mercado en la zona parecía salir de la crisis. Diez queseras compraban diariamente 100.000 litros de leche y la mayoría de su producción era vendida fuera del departamento. Para las Fuerzas Militares y varias fuentes consultadas, en la creación de muchas de ellas podría haber influencia de las Farc. Lo cierto es que este nuevo escenario logró llenar un espacio en el que Nestlé había generado estabilidad por más de 30 años.

Hoy, sin embargo, la situación está cambiando. Muchas queseras han cerrado y otras adeudan varios millones de pesos a los ganaderos de la región. Las que subsisten trabajan en su mayoría a pérdida y el circuito comercial se ha visto seriamente afectado. Una mala gestión del negocio y variables externas como el comportamiento del mercado nacional al parecer han sido las razones que explican este declive.

Como si fuera poco, la seguridad se ha venido deteriorando. En palabras del defensor comunitario de San Vicente, Óscar Prieto, hay muchas prevenciones entre el Ejército y la población civil debido a varios casos de empadronamientos -que incluyen fotografías- de los pobladores hechos por la Fuerza Pública.

También se denuncian los frecuentes patrullajes del Ejército con desmovilizados encapuchados como guías o informantes, que han hecho capturar a decenas de personas, en una zona donde casi todo el mundo ha tenido contacto con la guerrilla debido a su presencia histórica en la región.

Contrario a lo que ocurre en otras zonas del país en donde el reclutamiento se ha detenido para prevenir filtraciones, en esta región las Farc han venido presionando sus bases sociales de confianza para que entreguen a sus hijos a las filas. Son comunes las 'evacuaciones preventivas' que hacen las Farc y que han generado un incremento en el desplazamiento forzado. En relación con el secuestro, el último caso ocurrió la semana pasada cuando una reconocida ganadera, Mirta García de Perdomo, fue sacada a la fuerza de su finca en área rural de San Vicente, al parecer por miembros de la columna móvil 'Teófilo Forero' de las Farc.

La consolidación avanza en San Vicente del Caguán, pero también son notables las deudas del Estado con el desarrollo de la región. Ambas cuestiones deberían ir avanzando de manera paralela, es una necesidad que sus habitantes reclaman a gritos.

*Investigador de Ideas para la Paz