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General Oscar González Peña, comandante del Ejército. (Fotos: Juan Carlos Sierra- SEMANA)

ENTREVISTA

Nuestra razón de ser es proteger a la gente: comandante del Ejército

En una franca conversación exclusiva con Semana.com, el general Óscar González habló de todo: desde la persecución a Jojoy hasta la moral de la tropa y los falsos positivos. Además respondió muchas de las preguntas que le enviaron los lectores a través de esta página.

7 de agosto de 2009

El general Oscar Enrique González Peña llegó en el momento más difícil del Ejército, justo cuando el escándalo de los "falsos positivos" apenas se estaba conociendo y cuando por orden del presidente Álvaro Uribe, fueron destituidos 30 militares, entre ellos tres generales de la República.

El potro no es fácil de domar. A este hombre de Florián (Santander), que lleva 39 años de carrera militar, le tocó asumir el mando para dirigir 243.000 militares que están en la búsqueda de la consolidación de la guerra.

El comandante del Ejército, no sólo respondió las preguntas de Semana.com, sino las mejores preguntas que enviaron los lectores por convocatoria de esta revista. Estas fueron sus respuestas:

En los últimos meses han arreciado las operaciones contra el ‘Mono Jojoy’, en el Meta y Caquetá. ¿Ahora sí, el Ejército está cerca?
Aquí hay operaciones contra todos los miembros de las Farc. Hay épocas en las que las dinámicas se inclinan hacia determinado sector del país y no sólo es contra ‘Jojoy’, contra ‘Alfonso Cano’, o contra ‘Joaquín Gómez’. Es contra todos. Aunque, desde luego, nosotros siempre vamos por el premio mayor.

¿En cifras, cómo están hoy las Farc?
De 2002 a hoy los hemos reducido de 20 mil a 8 mil. Cada día se entregan entre 5 y 12 guerrilleros y además el reclutamiento se les ha ido complicando. La sociedad entendió que las Farc, las Bacrim, no son viables y la gente no está yendo a engrosar las filas de manera colectiva como antes.

¿Cómo saben que esas son las cifras?
Por las desmovilizaciones, las capturas y las bajas en combate. Todos los años evaluamos dos veces el conteo del enemigo, en el que nos ayuda inteligencia.

Pero hay zonas como en Putumayo, donde la gente dice que se les están llevando a sus hijos. Si la gente la están reclutando, ¿qué tiene que hacer?
Si eso está pasando fuertemente en una zona, de inmediato deben ponerse en contacto con la Policía, con el Ejército, con la unidad militar más cercana, con cualquier autoridad.

A propósito del tema, una lectora de Semana.com, Paola Rodríguez, una demógrafa que reside en Italia, pregunta: ¿Cómo piensa actuar respecto al reclutamiento de campesinos (según la OPI) que está haciendo el grupo ilegal Los Rastrojos en el Magdalena Medio, en el municipio de Convención?
 
Impedir el reclutamiento de campesinos y niños es una tarea que atañe más a las entidades del orden social que a los militares. No obstante, es posible que se requieran campañas sicológicas de disuasión que hagan ver ese peligro para que los jóvenes y sus familias lo rechacen tajantemente, en los casos en los cuales la incorporación a esas organizaciones es voluntaria. El Ejército, con programas de acción integral, podría colaborar con estas campañas, pero sólo lo puede hacer en áreas en las cuales tenga tropas acantonadas.

Otro lector de Semana.com, que prefirió no identificarse, pregunta: señor general, ¿cuándo harán algo por la seguridad en la Costa Pacífica, Tumaco, Satinga, Salahonda, Sanjuán, que se ha llenado de paramilitares, Águilas, Rastrojos y guerrilla?
Esa zona nos tiene bastante preocupados. Es difícil reforzar las tropas ubicadas allí sin debilitar otras regiones. Estamos estudiando la mejor forma de hacerlo. De todas maneras, pronto haremos algo al respecto.

Clara Elvira Lozano, lectora de Semana.com, pregunta: ¿qué hacer para que las Farc no sigan sembrando minas que terminan matando madres jóvenes y niños, como en el Cauca?
Es imposible lograr que las Farc no sigan sembrando minas ya que ese es su principal mecanismo de defensa. Esta práctica la han venido incrementando a raíz de los golpes militares que han recibido. Creo que la forma más eficaz para evitar la expansión de terrenos minados es que la población civil nos dé información sobre estos criminales, para actuar sobre ellos contundentemente y evitar que empleen este recurso.
 
El Ejército está en capacidad de desmontar estas minas pero necesitamos conocer, por parte de las comunidades, los sitios en donde la población sabe que hay campos minados o presume que los haya. También es necesario que la población, por medio de sus voceros, denuncie ante organismos internacionales y ante la comunidad internacional estos hechos.

Jorge Mendoza Ruiz, profesor de secundaria en Cali, pregunta: ¿qué piensa usted de los resultados militares?, ¿se han disminuido porque siempre la mirada estaba sobre los muertos en combate?
Los resultados militares no pueden medirse exclusivamente desde lo cuantitativo, como bajas en combate. El Ejército, en 108 operaciones y 5.432 misiones tácticas realizadas este año, ha logrado la desarticulación casi total del Frente Urbano Antonio Nariño que delinquía en límites de los departamentos de Cundinamarca, Tolima y Meta. La institución permanentemente está evaluando la gestión desarrollada por todas las unidades. Para ello se tienen en cuenta: Operaciones de interdicción, incautación de material, destrucción de laboratorios y áreas campamentarias; erradicación manual de cultivos ilícitos; disminución del número de secuestros y extorsiones, etc.

Muchos columnistas dicen que los "falsos positivos" han afectado mucho la moral de la tropa y por eso los golpes recientes.. ¿Cree usted eso?

No. Tenemos una larga tradición que hoy cumple 190 años y bajo ninguna circunstancia podría estar desmoralizado. Este es un  Ejército triunfador, que goza de la aceptación del pueblo colombiano que entiende que si hubo algo malo fue por una conducta individual. 
 
¿Entonces más bien cree usted que su descubrimiento fue positivo para que estos hechos no volvieran a ocurrir en el Ejército?

Aquí existe una política de cero tolerancia con conductas criminales. Y cada vez que hemos detectado que algo está mal, los más interesados en que eso se conozca y se arregle, somos nosotros. Todo proceso que implique renovación, transparencia, que nos dé legitimidad, lo apoyamos totalmente. De ese negro episodio tenemos que aprender. 

Cuando se destituyeron 30 militares en noviembre pasado, cuando se descubrió el caso de los desaparecidos de Soacha,  se dijo que serían investigados para determinar su posible responsabilidad directa en los hechos. Sabemos que no se están investigando a varios, ¿por qué?

No sé exactamente. Lo único que espero es que ellos demuestren en un juicio justo de qué son o no responsables. Si alguien actuó por fuera de la ley, fue porque quiso.

Victoria Eugenia Barona, administradora de empresas en Cali, pregunta: ¿Cuál es la posición de los Derechos humanos frente a las Fuerzas Armadas?, ¿Qué esta haciendo el Ejército para mitigar la corrupción al interior de la institución?
La posición de las Fuerzas Armadas en general y del Ejército en particular, no es otra que el absoluto respeto por los derechos humanos y el DIH. Todos los casos están en investigación y se está al tanto de los resultados que de ellos se deriven. Entre las medidas tomadas están la creación de la Jefatura Militar de DD.HH y de la Escuela de DD.HH en Tolemaida. Eso nos está llevando al punto que queremos: cero violaciones de derechos humanos.

Jorge Armando Orozco, historiador de Cartagena, pregunta: ¿cómo ve las declaraciones de algunos miembros del gobierno que creen que las víctimas del Estado no deben tener los mismos derechos de reparación que la paramilitares y guerrilleros?
Dada mi investidura de Comandante del Ejército no debo incursionar en temas como la reparación, pues no son de mi competencia. Ese es un debate que se debe dar en las instancias correspondientes. Lo que sí le puedo asegurar es que el Ejército, ante los casos presentados, reaccionó apropiadamente: facilitó la acción de la justicia, apoyó los castigos ejemplares, estudió las posibles causas y factores que pudieron inducir a hechos reprobables y tomó las medidas procedentes. Éste esfuerzo permitirá, muy seguramente, una reducción drástica en las denuncias por este tipo de acciones, las cuales deslegitiman el gran esfuerzo que hacen los soldados en todo el país.

Por otro lado, Luis Fernando Luna, economista de Bogotá, pregunta: sobre la compra de 39 vehículos blindados de transporte de personal M-1117 a Estados Unidos, quisiera saber ¿por qué tan pocos, teniendo en cuenta que todas las semanas se publican noticias sobre la voladura de camioncitos en los que se desplazan las tropas?, ¿ qué pasó con la publicitada compra de vehículos rusos BTR-80?, el Presidente salió diciendo que Cotecmar fabricaría estos vehículos para el Ejército y para la Infantería de Marina, y luego nada de nada...

Dado los altos costos de este tipo de material blindado, es necesario que estos proyectos se desarrollen por fases teniendo en cuenta obviamente la disponibilidad presupuestal y las prioridades operacionales. En lo que hace referencia al tema de la fabricación de vehículos blindados, para llevar a cabo esta clase de proyectos, es necesario contar con garantías tales como transferencia tecnológica, sostenibilidad, mantenimiento adecuado, disponibilidad de repuestos y capacitación de personal técnico, factores que se están evaluando para definir la conveniencia o no de continuar con el proyecto.

¿Cómo ve usted que el fortalecimiento de la presencia de norteamericana en bases militares colombianas?
Sólo el señor Presidente, el canciller y el Ministro de Defensa pueden hablar sobre esto.

Dos de esas siete bases son netamente del Ejército, ¿cómo funcionan?
Una es Tolemaida, en Cundinamarca, donde está el centro nacional de entrenamiento, la Escuela de Lanceros, de Paracaidismo, la Brigada de Aviación. Allí, con las familias de los soldados, debe haber unas 20 mil personas. Y la de Larandia, en Caquetá, donde está la Brigada contra Narcotráfico, la Fuerza de Tarea Omega y algo de la Brigada 12.

¿Hay presencia de norteamericanos en estas unidades?
Si los hay, son unos pocos, algunos asesores. Pero esto es cotidiano. Esas alianzas militares entre países son lo más común en el mundo. Toda ayuda legal, dentro de la Constitución, es buena.

Expertos dicen que cuando un Ejército es exitoso, se corre el riesgo de que el ocio los corrompa debido a que prácticamente ya no tienen que pelear tanto. ¿Eso podría ocurrir con el Ejército de Colombia?
De ninguna manera. Ni mis oficiales, ni los soldados tienen un minuto para dedicarlo al ocio. Estamos combatiendo más en profundidad, en sitios más alejados a donde nunca habíamos estado. Ya estamos en el punto final, en las áreas bases de los bandidos. Hoy en día, con el Salto Estratégico, hemos tenido el acompañamiento del Estado. Por eso esta fase se llama de Consolidación, donde no es suficiente derrotar a los bandidos, sino recuperar integralmente la población y el territorio.
 
Las bandas criminales, una ligadas al narcotráfico y otras herederas del viejo paramilitarismo, están creciendo. ¿Qué estrategia tienen para enfrentarlas?
 
La lucha es frontal y la obligación es de combatirlas a todas. La información de inteligencia que tengamos se la entregamos a la Policía. Ellos procesan la información y luego se reparten las áreas en los centros de coordinación. Tenemos datos de que hay ocho Bacrim establecidas, integradas por unos 4.000 bandidos que tienen injerencia en 170 municipios. Y la información que tenemos es que estas bandas carecen de ideología. Son grupos irregulares que se han asociado para delinquir y todas se nutren del narcotráfico.
 
¿Cuáles son las zonas más afectadas por estos grupos?
Urabá, parte de Córdoba, el Catatumbo, Nariño.

Para ganar la confianza de la población, que es una de las tareas más difíciles cuando se le gana el pulso a los grupos ilegales en un territorio, ¿qué le aconseja sus soldados?
Los 243 mil soldados del Ejército tenemos que entender que nuestra razón de ser es la protección civil. Lo que pretendo es que cuando vayamos por la calle y nos vean, la gente se sienta representada en nosotros.

¿Usted se ve conduciendo un Ejército para pelear contra Venezuela?
Yo sólo sueño con un Ejército que le permita a la gente volver a pescar de noche, como dijo el doctor Echandía.

Si usted pudiera resolver con una varita mágica algo, ¿qué cambiaría?
Es imposible responder. Hay muchas cosas que me gustaría cambiar, como el sistema de salud de los soldados, sus ingresos, las casas donde viven.

Sobre ese tema, Eduardo Uribe pregunta: ¿cuáles han sido sus acciones para garantizarle a los soldados un sistema de salud eficiente y un retiro digno?

En lo que respecta la Ejército, se han revisado las políticas y programas de bienestar en especial lo relacionado con la salud, cuya cobertura se ha visto afectada por el incremento considerable de efectivos. Estamos construyendo dispensarios, ampliando la capacidad y mejorando las atenciones que suministran los centros de salud en todos los niveles. Por ejemplo en Bogotá se va a construir un dispensario para atender a los usuarios que viven en el sur occidente de la ciudad.

Cuando llegue al cielo, ¿qué quiere que le diga Dios?
Que fui una buena persona. Que fui digna y que fui útil, pero sobre todo que fui una buena persona.