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Desde que empezó el programa en 1997, los bogotanos han entregado 5.682 armas de fuego. | Foto: Guillermo Torres

BOGOTÁ

Un mercado a cambio de un revólver

Viudas, ex militares, campesinos y pandilleros han entregado cientos de pistolas, fusiles y hasta granadas a cambio de mercados. Sin hacer preguntas, el padre Alirio López las recibe y las convierte en monumentos.

Lorenzo Morales, editor de Semana.com
18 de diciembre de 2008

Desde el lunes y hasta el próximo viernes las iglesias de La Veracruz en el centro de Bogotá y Lourdes en Chapinero se han convertido en una armería improvisada donde cientos de bogotanos han ido a entregar voluntariamente sus armas de fuego.

A cambio de cada arma, el padre Alirio López, quien ha encabezado está iniciativa del distrito desde 1997, regala un apretón de manos que se siente como una bendición y un bono de 300.000 pesos para cambiar por comida en cualquier supermercado Cafam de la ciudad. A veces puede ser menos, si es solo munición o un cartucho, por ejemplo.

“Eso es para que se lo gaste en comida, nada de trago” le dice el padre a un sargento retirado del ejército que llegó hasta La Veracruz para entregar una pistola automática. El militar le explicó a Semana.com que a su edad no tiene sentido tener algo así. “Es un peligro para mi familia”, dijo.

Hasta el miércoles en la mañana el padre Alirio había recibido en la Parroquia de La Veracruz casi 90 armas de fuego, entre pistolas automáticas, rifles, revólveres, ‘changones’ y otras armas hechizas. También munición de todos los calibres. En Lourdes su gente recibió otras 67 armas de fuego.

En su oficina, a un lado cuelga un cristo y del otro tiene un baúl de madera repleto de fusiles de todos los calibres y varias pistolas ensartadas en un alambre, que parecen un rosario de arrepentimientos.

“Aquí recibimos a todo el mundo”, dice el padre Alirio. “Desde muchachos que llegan muy nerviosos y uno sabe que han hecho cosas malas con esa arma hasta mujeres viudas que quieren deshacerse de armas que han dejado sus esposos”.

Dentro del primer grupo está Antonio*, un joven pandillero del barrio La Cruces que se acercó para entregar una pistola automática 765.

--“¿Si entrego arma me piden nombre o algo?”, preguntó Antonio desde la rejilla que separa el corredor de la parroquia del escritorio donde un funcionario del programa de desarme registra las armas con una calcomanía y un número. No hay preguntas. 

El  joven  llegó acompañado de su madre y dijo estar cansado de la violencia en su barrio. “Estoy aburrido de andar armado y con ganas de empezar otra vida”, dijo a Semana.com Antonio que tiene dos hijos y hace parte de una pandilla de 22 muchachos. Según él, sus compañeros no le creían que fuera a deshacerse de su arma. “Espero que este sea el empuje para que ellos hagan lo mismo”.

Pero no todas las armas que llegan han servido para agredir a otros. En la mañana, antes de Antonio, el padre Alirio recibió a una señora que traía un revolver negro y gastado. La señora le contó que necesitaba deshacerse de él, que estaba agobiada. Hace dos semanas su esposo se había suicidado con esa arma. “La gente, cuando entrega un arma, me dice que se quita un peso de encima”, comenta el padre.
 
"Hace poco llegué a la casa y vi a los niños que iban a ponerse a jugar con esta pistola. La envolví en papel periódico y la escondí pero tenía el temor que volviera a pasar", dijo una mujer que vino desde el barrio Kennedy a entregar un revolver calibre .38. Dijo que el arma era de su esposo de quien se separó hace nueve años.

El programa de recolección de armas se hace cada año por esta temporada desde 1997, inaugurado por el entonces alcalde Antanas Mockus. Desde entonces la Alcaldía ha logrado sacar de circulación 5.682 armas de fuego, 59.561 municiones y 621 explosivos, según el registro oficial del programa.

“De las cosas sorprendentes que hemos recibido este año está por ejemplo cable detonante y estopines para explosivos”, dijo una de las personas encargadas de evaluar el material que trae la gente. “También nos han traído granadas, morteros y hasta seis tubos de lanzacohetes”.

El año pasado, la gente entregó 864 armas, una cifra significativa si se tiene en cuenta que es casi la mitad de lo que ha incautado la policía por porte ilegal desde enero hasta septiembre de este año que suman 1.864. En la ciudad, según cifras de Medicina Legal, el 64 por ciento de los homicidios se cometen con armas de fuego.

Todas las armas recibidas hasta 2007 han sido fundidas y con ese hierro se hizo una escultura que será inaugurada el próximo 23 de diciembre a las 3pm en el Parque Tercer Mileno de Bogotá.

“Hay un cambio cultural importante”, explica el padre Alirio sobre le programa para el cual el distrito destinó este año 119 millones de pesos. “Si en 1994 la gente sentía que un arma le daba poder en la ciudad, hoy siente al contrario que es una fuente de inseguridad” .

El padre Alirio cree que si todos los alcaldes del país hicieran campañas similares habría una reducción notables del homicidios y la violencia.

*nombre cambiado

¿Dónde y cuando se pueden entregar las armas?

Iglesia de Lourdes, carrera 13 No. 63-27
Iglesia de La Veracruz, Calle 16 No. 7-19

Ambas parroquias atienden hasta el próximo viernes 19 de diciembre de 9:00 a.m. a 4:00 p.m.