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Brasil, socio estratégico en la búsqueda de la paz

Miércoles 17, 8:20 horas. El primer mandatario brasileño, Luis Inácio Lula da Silva reiteró ayer durante el encuentro en Cartagena, su interés en colaborar con un proceso de paz en Colombia.

15 de septiembre de 2003

El primer paso, señaló Lula da Silva, es que la ciudad brasileña de Manaos sea el punto de encuentro entre las Farc y la ONU.

Frente a ello, el presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez mostró su "plena confianza" por la disposición y la "buena voluntad" del Gobierno brasileño.

El tema de la eventual reunión ha acaparado la atención durante el evento de Cartagena, donde los dos mandatarios se encontraron ayer y presidieron, junto al jefe del Estado de Honduras, Ricardo Maduro, la sesión inaugural del consejo de la Organización Internacional del Café (OIC), el primero que se efectúa en 40 años fuera de Londres, su sede permanente.

Por los mismos rumores generados por la prensa frente a la participación de Brasil, ayer la ONU anunció que hasta el momento no ha habido avances en las gestiones con esa guerrilla. Además pidió total confidencialidad en el asunto.

Durante la cumbre de ayer, el presidente colombiano le agradeció a Lula durante una rueda de prensa su ayuda en la lucha que mantiene Colombia contra "el narcotráfico, el terrorismo y el contrabando de armas".

Por su parte, el presidente brasileño recordó que "la cuestión de la paz en América del Sur interesa a todos los países" de América Latina y se comprometió a "hacer todo lo que sea necesario para conseguir la tranquilidad y el fortalecimiento de la democracia en la región".

Sin embargo, los dos presidentes no quisieron tratar a fondo el tema y se centraron en la "gravísima crisis" por la que atraviesan los productores de café.

También se refirieron a las posibilidades de integración en una zona de libre comercio de América del Sur y Lula se mostró confiado en que para diciembre de este año puedan darse las bases para construir un "bloque fuerte" entre Mercosur y la Comunidad Andina. Uribe también se mostró optimista, pero más cauteloso por el avance de estas conversaciones al recordar que al ser diferentes las economías de los distintos países unas avanzarán en ese camino con mayor rapidez que otras.