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columna del lector

¿Calamidad o catástrofe?

Lunes 21. Antes del tsunami el sudeste asiático ya vivía una tragedia. Columna de Oscar Robledo, lector de SEMANA.COM.

Oscar Robledo Hoyos*
20 de febrero de 2005

El impacto del tsunami del 26 de Diciembre fue de tal magnitud que no salimos aún del estupor y el pánico. Estamos aún bajo el influjo de su fuerza destructora. La humanidad entera se ha conmovido y ha visto en primera página la irracionalidad de los desastres naturales, como el de Armero, como el de Armenia. Los Estados Unidos hicieron el oso (tacañería infinita) con el ofrecimiento inicial de 15 millones de dólares para paliar un poco la orfandad y el desespero. Finalmente, 225.000 víctimas según cálculos de la ONU.

El Centro de Investigación sobre la Epidemiología de Desastres de Lovaina dice que anualmente 255 millones de personas son alcanzada por calamidades de origen natural. Las catástrofes tecnológicas, incendios de fábricas, muertes en las carreteras, bombas contra la población civil, violencia armada de tipo político, muertes de la delincuencia común y el narcotráfico, Waterloo, Solferino, la guerra de los Cien Días, el Pantano de Vargas, etc., son juego de niños en la estadística de la muerte si se las compara con las victimas de los desastres llamados "naturales".

Las preguntas vienen en tumulto. ¿Porqué un mismo fenómeno deja diez victimas en un lugar del planeta y miles en otro?. ¿Cómo se explica que el movimiento telúrico de Bam (Irán) dejó 27.000 victimas en tanto que el de la ciudad de San Simeón (California), cuatro días después y de la misma magnitud, solamente afectó a dos personas?. ¿Porqué el Centro de Alertas de Hawai no informó del temblor registrado a los países que iban a sufrir sus consecuencias?. ¿Porqué una base de la Marina de los Estados Unidos ubicada en la zona que fue advertida no tomó el teléfono para informar a las poblaciones ribereñas, pobres?. ¿Porqué éstos últimos carecen de un propio sistema de información?, etc.

A partir de la conferencia de Yokohama (1994) las catástrofes son consideradas como fenómenos sociales y no simplemente "naturales". El fenómeno natural reviste la categoría de catástrofe por la vulnerabilidad de los sistemas económicos y sociales. En los Estados Unidos y el Japón se dan en número e intensidad las mismas calamidades naturales pero con la diferencia que allí no se hacen catastróficas debido al desarrollo tecnológico (acumulación de medios) y la preparación de sus habitantes (fortaleza desde la cultura). En síntesis, las catástrofes naturales están vinculadas de manera especial a tres factores: a la pobreza, la violencia de la competencia capitalista y la degradación permanente y acumulada del medio ambiente.

Nos impresiona sí y mucho el tsunami del océano índico, pero como dijera un analista poco nos impresiona la infinidad de víctimas del hambre, la desnutrición y el desempleo crónicos del desarrollo del capital en la fase que nos ha tocado vivir. Alguien se ha preguntado, ¿porqué no nos dolemos de las muertes sinnúmero que arroja el tsunami del neoliberalismo económico en el mundo entero?.

"La catástrofe del Océano Indico nos conmueve debido a su gigantismo, su brutalidad y también porque tal cantidad de tragedias humanas se ha producido en un solo día. Pero si observáramos, a lo largo de un año, estos países y sus habitantes con la misma curiosidad que mostramos ahora, asistiríamos -en cámara lenta- a una catástrofe humana de una envergadura todavía más trágica. Basta con saber que, cada año, en los Estados del golfo de Bengala (India, Maldivas, Sri-Lanka, Bangla Desh, Birmania, Tailandia, Malasia e Indonesia) varios millones de personas (principalmente niños) mueren simplemente porque no tienen agua potable y beben agua contaminada". (Ramonet, Enero 2005).

* Sociólogo, profesor universitario.