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Caos en Buenos Aires

El paro de trenes en la capital argentina afectó a más de un millón de pasajeros.

Alianza BBC
24 de septiembre de 2008

Por Rosario Gabino
BBC Mundo, Buenos Aires


La capital argentina se transformó este miércoles en un verdadero infierno a raíz de un paro de todas las líneas de trenes metropolitanos que afectó a más de un millón de bonaerenses.

Las ocho líneas de ferrocarriles que conectan la ciudad con los alrededores quedaron paralizadas desde la medianoche.

Como resultado, desde el amanecer, las calles y avenidas porteñas -de por sí habitualmente transitadas y ruidosas- se transformaron en un escenario de caos y malhumor.

La protesta fue realizada por el gremio de los maquinistas de trenes, que demandan más presencia policial en las estaciones y vagones y una mejora en la calidad del servicio.

Este pedido se da en respuesta a varios disturbios registrados en las últimas semanas protagonizados por pasajeros furiosos por lo mal que funcionan los trenes.

El lunes pasado, un grupo de jóvenes incendió un vagón, enfurecidos por las demoras del servicio. Semanas atrás, cientos de usuarios prendieron fuego por el mismo motivo los vagones de dos estaciones y agredieron a empleados de las empresas de trenes.

Paz provisoria

El colapso de este miércoles duró hasta el mediodía y culminó con una reunión entre el sindicato de maquinistas y el gobierno en la que se puso fin a la huelga, que inicialmente iba a durar 24 horas.

El ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, prometió intensificar la presencia policial en las estaciones. Sin embargo, los maquinistas advirtieron que seguirán con las huelgas si la situación no mejora.

Los que se vieron en mayores problemas este miércoles fueron cientos de miles de estudiantes y trabajadores que llegaban esta mañana a la ciudad desde el área suburbana.

Los accesos a la capital se vieron colapsados, con largas colas y enormes embotellamientos.

Más de un millón de pasajeros tuvieron que optar por medios de transporte alternativos para llegar a la ciudad. Los colectivos, subterráneos y taxis no dieron abasto.

Se calcula que este miércoles entraron a la ciudad 300.000 automóviles más de los habituales.

Cambio en monedas

Para colmo, al caos vehicular se le sumó la escasez de monedas, necesarias para pagar el viaje en los autobuses.

Los porteños de a pie suelen verse en problemas todos los días a la hora de conseguir las preciadas monedas para pagar el viaje, ya que las máquinas expendedoras de pasajes no aceptan billetes.

Se calcula que hubo 300.000 automóviles más de los habituales, en la capital argentina.
Pero a raíz de la inusual demanda de este miércoles, surgió un improvisado "mercado negro" de monedas, a cargo de personas que cambian billetes a cambio de una "comisión".

El metro también se vio desbordado, y los coches circulaban a paso de hombre en las principales avenidas de acceso a la ciudad. Viajar en auto esta mañana por la famosa avenida 9 de Julio - la más ancha del mundo - resultaba una verdadera odisea.

Para mitigar el desorden, el gobierno porteño autorizó el libre estacionamiento en las principales avenidas de la ciudad.

Problema estructural

La situación de los trenes en Argentina ha sido tema de debate en las últimas semanas.
 
Los disturbios registrados en diversas estaciones pusieron a la luz el gran descontento de los pasajeros.

Los usuarios, además de diversas organizaciones y sindicatos, acusan a las empresas prestadoras del servicio -de capitales privados pero subsidiadas por el Estado argentino- de no invertir en nuevas formaciones y mejor infraestructura.

Las empresas, por su parte, argumentan que la demanda es demasiado grande y que no dan abasto para satisfacerla.

Además de las demoras e interrupciones sorpresivas del servicio, lo que más preocupa a los ciudadanos es la gran cantidad de actos delictivos como robos, asaltos y violaciones, que ya son moneda corriente tanto a bordo de los trenes como en las estaciones y vías.