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Carta enviada por el Presidente Álvaro Uribe Vélez, al gobernador encargado de Antioquia, Eugenio Prieto Soto. (21 de abril de 2003)

20 de abril de 2003

"Doctor Eugenio Prieto Soto

Gobernador de Antioquia (e)

Medellín

Apreciado Señor Gobernador:

Quiero saludar a Usted y a todos los coterráneos al cumplirse un año del secuestro del Gobernador Guillermo Gaviria Correa y del ex ministro Gilberto Echeverri Mejía.

El doctor Gilberto Echeverri ha dedicado su vida a servir a la comunidad y con especial devoción al propósito de la paz, y en ese camino el Gobernador Guillermo Gaviria ha seguido los mismos pasos. El secuestro de ambos demuestra que el terrorismo es ingrato con los gestos de bondad, y los aprovecha como debilidades institucionales que le permiten avanzar en sus designios destructores.

Como candidato a la Presidencia y durante las primeras semanas de Gobierno expresé que el acuerdo humanitario debería acompañarse de un cese de hostilidades y de la iniciación de un serio proceso de paz. Las conversaciones con el Secretario General de las Naciones Unidas, con el Presidente Chirac y su Canciller, y con familiares de los secuestrados me llevaron a aceptar la posibilidad de un acuerdo humanitario separado del proceso de paz y basado en la liberación de todos los secuestrados y en la garantía de que aquellos presos que salgan de las cárceles no regresen a delinquir. Esto último debería asegurarse con la participación de un país amigo, que pudiera ser Francia, que acoja a los excarcelados y ejerza sobre ellos una tutoría para que no incursionen nuevamente en actividades violentas.

Tanto para un proceso de paz como para el acuerdo humanitario el Gobierno ha demandado buenos oficios, con alcance determinante, de Naciones Unidas.

El terrorismo se ha burlado de todos los actos generosos de los diferentes gobiernos, utilizó la buena fe de la Administración Pastrana para consolidar su imperio de narcóticos y explosivos, y mientras engañaba al Gobierno para intentar la prórroga de la zona de despeje, destruía 190 municipios y secuestraba aviones con los más sofisticados procedimientos criminales. Por eso creo que se requiere un interlocutor como Naciones Unidas, cuya presencia ayude a que un eventual proceso de paz sea sincero e irreversible.

Hemos autorizado personalidades de la vida nacional, gobiernos extranjeros para que con sus buenos oficios colaboren en el acuerdo humanitario que debe formalizarse a través de Naciones Unidas. Se ha procedido con la discrecionalidad convenida con los autorizados, a quienes se les ha respetado su total independencia frente al Gobierno.

Uno de los autorizados es la comisión integrada por monseñor Luis Augusto Castro, Arzobispo de Tunja, el padre Darío Echeverri y el ex ministro Angelino Garzón. En enero, a instancias de los integrantes, se hizo pública. La comisión ha trabajado con dedicación y prudencia, sin imposiciones ni limitaciones gubernamentales, hasta hoy sin resultados prácticos.

El Gobierno ha tenido contacto escrito con un sector de las FARC, e insistirá en el tema.

La búsqueda del acuerdo humanitario tiene que poner el buen cuidado de no desmotivar la política de orden público que es esencial en esta hora de la Patria.

A propósito del orden público, el Gobierno tiene solamente dos decisiones: o un acuerdo de paz serio y estable o avanzar en el ejercicio eficaz de la autoridad hasta desintegrar las organizaciones terroristas. En esto último el País advierte progresos y el Gobierno reconoce que aún hace falta un trecho largo y difícil. No puede haber marcha atrás, ni claudicación, ni actitudes endebles que al costo de desproteger la ciudadanía fertilizan la criminalidad.

Comprendo el dolor de los familiares de todos los secuestrados, razón por la cual se aceptó explorar el acuerdo humanitario. También comprendo el extenso vía crucis de la Patria, sufrimiento que me obliga a mantener los cinco sentidos en el objetivo de derrotar el terrorismo.

He hecho portavoz de esta misiva al Señor Vicepresidente de la República, quien en compañía del Consejero de la Presidencia, estarán con Usted esta tarde.

Ruego por su conducto, Señor Gobernador, hacer llegar mi saludo, lleno de afecto, a todos los coterráneos y en especial a las familias de los caros amigos que hoy sufren el tormento del secuestro.

Su compatriota,

Álvaro Uribe Vélez,

Presidente de la República".