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Columna del lector

Colombia no está preparada para un TLC

Martes 01. La educación y el empleo serán los grandes afectados en un eventual TLC con Estados Unidos, escribe Wilson Bejarano, lector de SEMANA.COM.

Wilson H. Bejarano C.
30 de enero de 2005

En Cartagena, entre el 7 y el 11 de febrero se realizará la séptima y penúltima ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre Colombia, Ecuador y Perú con Estados Unidos. Son variados los sectores involucrados y los efectos que producirá una vez éste entre en vigencia, especialmente aquellos que atañen muy directamente a la sociedad como el sector de la educación y el sector laboral.

La internacionalización de la educación y el ajuste de lo laboral a parámetros internacionales es una realidad en el mundo como consecuencia de la globalización, y que sectores nacionales similares deberán afrontar a raíz del TLC.

Respecto a la educación, el TLC podría traer beneficios tales como un mayor grado de innovación gracias al intercambio , mayor acceso a los estudiantes, menores costos (especialmente en la oferta virtual ), convenios con instituciones extranjeras que apoyen la formación de alto nivel y aumento de la calidad.

Sin embargo, también se plantean riesgos y retos: los primeros involucran incremento de la fuga de cerebros, la llegada de inversión extranjera al sector educativo e investigativo podría abrir una puerta falsa por donde se pudiese perder mucho en materia de propiedad intelectual y estimular la llegada de centros educativos estadounidenses de mala calidad ( que también los hay allá), abandono de la educación superior como bien público, falta de investigación orientada a los intereses nacionales; mientras los segundos abarcan incentivar aventuras conjuntas y convenios entre centros educativos nacionales e internacionales, generar mayor equidad y pertenencia en la cobertura de la educación superior, garantizar la calidad y proteger a los estudiantes frente a la llegada de centros educativos estadounidenses, exportar servicios de educación, defender los grupos investigativos nacionales en la negociación de derechos de propiedad intelectual, reconocimiento de títulos mediante sistemas de acreditación, promover la movilidad internacional de estudiantes y docentes.

Es frecuente escuchar que tenemos la mejor educación y abundante recurso humano talentoso e idóneo, pero la realidad muestra otra cosa, la educación es deficiente e igual sus efectos (número de patentes registradas, grado de desarrollo, madurez política, etc), la densidad de individuos talentosos es bajísima y gran parte en áreas que contribuyen poco al desarrollo del país ; hay demasiada gente que carece de conocimiento y no sabe hacer nada productivo, y demasiada que sabe mucho pero sirven poco o nadaal pais.

Adicionalmente, ninguna de las 277 instituciones y universidades oficialmente aprobadas por Ministerio de Educación encontró puesto en el escalafón de las 500 primeras universidades del mundo, de un estudio entre 2000 instituciones de educación superior del mundo realizado recientemente en Shangai (China ).

Es preocupante que Colombia sin haber encontrado una solución drástica para mejorar sus índices de cobertura, calidad, financiación y acceso en materia de educación para mejorar las condiciones de vida, haya decidido negociar un TLC; los cuales acrecentan la mercantilización de la educación (y otros servicios sociales como la salud ) y deprimen su sentido como un bien público y derecho humano.

A nivel laboral, el TLC profundizará cambios en las estructuras de trabajo como consecuencia de una mayor flexibilización, abriendo paso a formas atípicas de empleo, en muchas ocasiones asociadas a una baja calidad de empleo como son el trabajo a tiempo parcial, el trabajo temporal, la subcontratación caracterizadas por inestabilidad e insuficiencia de ingresos.

Se perderán empleos generados por las Pymes, la agricultura tradicional y empresas orientadas al mercado interno que deberán competir con productos más baratos importados, a pesar de que el TLC tenga cláusulas que representen oportunidades de comercio exterior para éstas, por problemas de competitividad (tecnología, modernización, certificación, etc ) como esta sucediendo en algunos países latinoamericanos con TLCs en vigencia.

En todos una constante ha sido la precarización del nivel de ingresos, pues para lograr inversión extranjera se usa el atractivo de la mano de obra barata, que ha ayudado a empeorar la situación del desempleo en el área rural , como se evidencia en México, donde a raíz del proceso de integración con USA y Canadá, el desempleo en el campo aumentó y la migración de campesinos a la ciudad se incrementó; los salarios reales para la población en general son menores que lo planeado, la marginalidad y la desigualdad son mayores a los observados antes del Nafta.

En países de Centroamérica con TLC vigentes, en lo laboral se han presentado maltrato, violación a la libertad sindical, mala seguridad e higiene ocupacional, pago irregular de horas extras, jornadas laborales intensivas y extensivas especialmente en la empresa maquiladora; adicionalmente la promoción del comercio no tradicional ha favorecido que algunos sectores (exportaciones de flores, frutas y ornamentales, informática y computadores ) capten y exploten la mano de obra barata poco calificada, incrementado por añadidura el trabajo infantil (situación mas evidente en Chile según la OIT y Unicef).

Por todo lo anterior, en el ámbito laboral la OIT, organizaciones sindicales, ONGs, analistas manifiestan que existen riesgos derivados de los TLC para Latinoamérica, como: disminución progresiva del empleo, mayor precarización del trabajo, imposición de formas de subcontratación y tercerización del trabajo, aumento progresivo del subempleo y la informalidad, violación sistemática de los acuerdos internacionales del trabajo ( organización, contratación, colectiva y huelga ), aumento del trabajo infantil, reducción del Estado con privatizaciones en áreas estratégicas y servicios públicos con consecuente desempleo.

Lastimosamente, los países latinoamericanos para lograr su desarrollo han decidido recoger los lineamientos señalados por occidente y no los mostrados con creces por los países asiáticos; los cuales primero crearon un fuerte sector productivo, mejoraron la educación y el desempeño gubernamental, desarrollaron mejores estrategias gerenciales y un recurso humano en capacitación continua, tecnología propia, aprovecharon las ventajas del comercio exterior y en última fase el libre mercado.

Muchos de estos países han demostrado con sus economías que no es el nivel de los salarios el que determina la competitividad de un país, sino la productividad de su población, así sí la productividad del trabajo es baja, la fuerza laboral será menos competitiva sin importar que tan bajo sea el nivel los salarios. Para estos productividad es eficiencia a base de talento y calificación del recurso humano, en este contexto, la educación y el entrenamiento continuo de la población desarrollando una fuerza laboral que responda a las necesidades de cualquier industria a nivel mundial, han sido los pilares básicos de su éxito.