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columna del lector

El plan B

Martes 21. En lugar de quedarse esperando una pensión que seguramente se demorará, Álvaro Ocaña Jurado, lector de SEMANA.COM, prefiere dedicarse a una actividad sin ánimo de lucro que quiere someter al escarnio público.

Álvaro Ocaña Jurado
19 de junio de 2005

Yo quería jubilarme en vida. Pero el novedoso régimen de pensiones obra, en principio, del benemérito primer ministro de la protección social (hoy en el cielo), a instancias del solícito genuflecto del fondo monetario internacional (hoy en el solio), truncaron mi sueño.

A estas calendas, la reforma pensional todavía sigue su tortuoso camino en el Congreso. Pero que se aprueba, se aprueba. Porque por culpa de la corrupción, el despilfarro y la falta de previsión, el asunto de las pensiones es, como dicen los expertos, una bomba de tiempo.

Pertenezco, por desventura, al amplio grupo de los cincuentones a quienes nos faltan 12 años para "disfrutar" de la pensión, la cual no pertenece al selecto grupo de las privilegiadas, que curiosamente abarca solamente un 5% de iluminados, suertudos y abusivos y se engulle cerca del 50 por ciento de su valor total.

Así las cosas, ¿qué hacer entonces, hasta que lleguen, al tiempo, la muerte y la lánguida pensión?

Fácil: Dedicarme a la poesía sin ánimo de lucro.

Como los poetas somos santos, por lo tanto, pocos, y por eso, estamos salvados, me pregunto en un arranque de solidaridad: ¿que pasará con la ingente cantidad de gente cincuentona que deberá esperar mínimo 12 años para alcanzar su edad de jubilación?

Fácil también: Les quedan 6 artes por explotar en buses y semáforos, ya que a nuestra edad no somos reclutables por guerrillas, paras y demás fuerzas armadas.

Esta pequeña semilla de guerra, que es la reforma pensional, me hace pensar que las poquísimas personas que cumplan la hazaña de llegar a la edad de jubilación la disfrutarán tan poco tiempo que no afectarán en nada a los voraces administradores de pensiones, a la larga sus únicos y reales beneficiarios.

En estas circunstancias, como le tocó al coronel, hay que sentarse a esperar la pensión como a la carta que nunca llegó, distrayéndose. Él se distrajo con el gallo de los "huevos de oro". Y yo, con la esperanza de ver publicados mis primeros poemas.

Pongo, pues, al escarnio público mis poemas arbitrarios en fondo y forma, que hablan sobre la guerra solapada y eterna de Colombia, en un mini curso poético de historia, desde 1946.

Mariano y Laureano: dos tristes gatos
Haciendo honor a las tres últimas letras de sus respectivos nombres
abundaron de sangre un mar de sangre
para abundar y mantener sus arcas.

Estuvieron en todo
menos en las honras fúnebres de Gaitán.

En nombre de Dios y de Franco
detuvieron a medias a Marx en Corea,
con 4.000 colombianos...

Bueno, lo único que realmente detuvieron para siempre,
fue la paz de Colombia.

Dictadura única (1953 - 1957)
Primero sin querer
Después queriendo
Un militar con presente
Detuvo por 4 años,
la democracia mas vieja e imperfecta de América.

Enriquecerse, hacer el ridículo, ir bravo a la fiesta brava;
Evitar a balazos que los estudiantes pequen y que los ricos lloren.
Eso fue todo.

Los amos se cansaron y cayó como un coco,
Un coco que los asustó, sobre todo una vez,
Cuando les ganó en su propia ley...

Le hicieron pistola.

Con el tiempo por él y sin él
habrían de surgir
los paras paranoicos
los emes mediocres.

Poco a poco se iban consolidando
Unas fuerzas armadas regulares muy irregulares
Unas fuerzas armadas irregulares muy regulares.

De dientes para afuera (1958 - 1962)
Un magnifico roedor de libros y de letras
Un flaco favor a la democracia.

Jugando a ser un algodón entre dos vidrios
Logró el descenso del azul intenso.

Poco después,
fue contratado para llevar nuevamente
a la primera división al equipo celeste
para turnarse la copa:
ahora yo
ahora vos
ahora yo
ahora vos.

Las tribunas populares y de gorriones
siguieron poniendo los muertos.

¡Qué camello! (1962 - 1966)
Un lánguido hidalgo
De la lánguida e hidalga Popayán,
Desgobernó a Colombia
En pleno fragor de la violencia.
Y en pleno fragor del alinderamiento del poder y la riqueza.

Rindió culto inocente a Baco o a Dionisio,
A Diana o Artemisa
Y, tal vez, a Onan.

De pronto ni siquiera supo de que país era presidente.
¡Que viva España!

Vamos a la cama (1966-1970)
Por ser pequeño y juguetón
Fue mejor que todos los grandes dormilones.

Estadista en un país sin estadistas.

Honrado en un país desproporcionadamente de ladrones.

Peros tuvo.

El peor zarparle el botín a Rojas.

Lo que hizo con la mano de su inteligencia
Lo borró con el codo de sus intereses elitistas.

El descansa en paz.

Colombia no se cansará de su recuerdo
Pero sí de sus descendientes.

Alias (1948 hasta nuestros días)
No dan la cara para poder sacar el culo.

Sus posiciones intelectuales y sociales
Las cambiaron, al albur del dinero,
Por posiciones sexuales o imposiciones.

Después de tantos muertos
Solo lograron socializar el miedo.

Colombia es así
Antes del Frente Nacional
En el Frente Nacional
Después del frente nacional
Los frentes de las FARC.

Para qué
(No se sabe cuando empezaron ni cuando acaben... con el país)
Formados para defender a las vacas gordas
Se convirtieron en la séptima plaga de Colombia.

El faraón, su autor intelectual, les tiende otra vez la mano.

Desde la clandestinidad ayudaron a elegirlo.
Desde la legalidad, por arte de mafia, ¿nos volveremos todos buenos?

Uribe, Uribe, Uribe
(Empezó el 7 de agosto del 2002 no se sabe cuando termine)
El ubérrimo.

Esa vocecita, esa figurita,
Como lo describe perversamente Fernando Vallejo.

El único a quien se le aceptó solo tener presente,
Y se le acepta, a sus sesgadas instancias, todo.

Cada fracaso, cada improvisación, cada pifia,
es un punto más en las encuestas.
Por eso tiene tantos puntos.

Con "el tiempo", ya sabemos para quien iba a
Trabajar, trabajar y trabajar:
Para los paras
Para la USA
Para el FMI.

Los colombianos tenemos que dejar "el gustico" de un buen gobierno para después,
Y, si lo reeligen sus obnubilados seguidores,
Para muchísimo después.