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El vestido robot

Se estima que para el 2015 uno de cada cuatro japoneses será mayor de 65 años. Por eso los japoneses están inventando fórmulas para hacer la vejez más llevadera. El HAL, un vestido robótico que obedece a impulsos nerviosos, es una de ellas. Sara Guevara, una periodista colombiana radicada en Tokio escribe sobre el invento.

Sara Guevara
18 de septiembre de 2005

A finales del año pasado se lanzó en Japón un vestido robótico que ayuda a los ancianos o a los minusválidos para caminar o levantar objetos pesados. La tecnología esta vez llega de la mano de la necesidad japonesa de enfrentar la necesidad más apremiante del país: enfrentar el rápido envejecimiento de la población. Se estima que para el 2015 uno de cada cuatro japoneses será mayor de 65 anos.

Denominado como HAL, o miembro híbrido asistido, será comercializado, de acuerdo al Ingeniero Yoshiyuki Sankai, su inventor, a finales de 2005. El robot es el resultado de 10 de años de esfuerzo de este investigador de la Universidad de Tsukuba en Japón, integra mecánica, electrónica, biónica y robótica, en un nuevo campo conocido como la cibérnica. El prototipo más desarrollado, el HAL 3, es un exo-esqueleto de metal, parecido a una armadura, que se ajusta a las piernas para asistir a su movimiento. Un artefacto parecido a una mochila lleva un computador con una conexión inalámbrica, que es accionado desde un cinturón con baterías.

Este par de sistemas se conjugan para que el usuario pueda caminar y subir las escaleras, por ejemplo. Un sistema "biocibérnico" utiliza sensores bioeléctricos adheridos a la piel de los miembros que recoge las señales eléctricas nerviosas enviadas por el cerebro hacia los músculos. Esas señales posteriormente son enviadas al computador que las convierte en impulsos propios que son transmitidos a los motores que del exo-esqueleto. La respuesta de movimiento es inmediata, incluso a veces más rápida que la del cerebro humano.

Mientras el sistema biocibérnico mueve las partes del nuevo esqueleto, por llamarlo de alguna forma, otro sistema controla la coordinación robótica para facilitar cualquier tipo de movimiento. La primera vez que se acciona, recoge los datos y los almacena como un patrón que pueda ser utilizado posteriormente. Entonces, cuando los sensores alertan al computador, este reconoce el patrón de movimiento y provee la ayuda necesaria al movimiento.

Los nuevos prototipos van mucho mas allá: eliminan la mochila de la espalda, disminuyen el tamaño de los motores y permiten aumentar la fuerza para que una persona que en condiciones normales levanta 40 kilos pueda alzar 80.

El Ingeniero Sankai ha recibido numerosos pedidos, especialmente de personas que han sufrido traumas severos en la columna vertebral. El primer vestido de este tipo podría costar entre los 14 y los 19 mil dólares.

Lo importante, según los gurús en robótica, es la capacidad de este tipo de inteligencia artificial para detectar los impulsos del usuario para realizar determinada acción. Actualmente se trabaja en el prototipo de una robot de 1,65 metros de altura y 100 kilos de peso, que puede ejecutar 5 tipos de pasos de diferentes bailes y empatar perfectamente con los movimientos de su pareja humana, para ser utilizada en salones de baile y discotecas.

El próximo paso nadie lo sabe. Las posibilidades son infinitas.