Home

Noticias

Artículo

columna del lector

Es mejor prevenir...

Si San Malaquías estaba en lo cierto y sólo quedan dos Papas antes del fin del mundo, es mejor elegir uno que dure bastante. ¿Por qué querrán escoger uno de transición? Columna de Gustavo Estrada, lector de SEMANA.COM.

Gustavo Estrada
17 de abril de 2005

Comienzo diciendo que no creo en la astrología -ni en la adivinación, ni en la telepatía, ni en el reiki-. No obstante, para darle alguna solemnidad al asunto, el horóscopo que sigue a continuación es adaptado de un libro de Carl Sagan, el famoso astrónomo norteamericano, muy serio por cierto. Léalo, por favor, e intente adivinar a qué signo de zodíaco corresponde. ¿Podría la personalidad descrita corresponder a la suya?

Dice así: "A veces eres extrovertido y sociable; otras veces eres introvertido y reservado. ¿Te has dado cuenta de que tiene riesgos revelarte a los demás tal como eres? Aparentas ser seguro pero en el fondo tiendes a ser indeciso. Sabes que tienes puntos débiles pero también conoces cómo compensarlos porque tienes muchas habilidades desaprovechadas. Eres autocrítico y experimentas necesidad de gustar a los demás". Bueno, ya, sin pensarlo mucho, de uno a diez (uno, ¡para nada!; diez, ¡ni pintado!), ¿es éste tu signo de zodíaco? ¿el de tu pareja?

El texto anterior no corresponde a ningún signo. Utilizando frases similares, he hecho el ensayo con varios grupos y el promedio de quienes han participado siempre ha estado en los alrededores de siete, con algunos diciendo "ese soy yo", otros cuantos "más o menos" y unos pocos "por ahí no ando". Carl Sagan sostuvo en "El Mundo y sus Demonios" que todos los videntes son unos verdaderos artistas de las vaguedades y que sus descripciones, como un anillo grande, entran casi siempre en cualquier dedo.

¿Y por qué esta introducción sobre augurios? Pues porque con el fallecimiento de cada Papa salen a colación las profecías de San Malaquías, un monje irlandés de la Edad Media. Supuestamente San Malaquías, íntimo amigo de San Bernardo -no tiene ninguna relación con el tema pero este dato si es verídico-, pronosticó que a partir de Celestino II, elegido en 1130, habría 112 Papas, el último de los cuales sería Pedro II y en su reinado se acabaría el mundo. Cada Pontífice es descrito en la lista secuencial con una breve frase en latín que caracteriza, con la misma precisión que el horóscopo del comienzo de esta nota, al jerarca correspondiente, o a su administración, o a un pueblo donde pasó tres días, o a su color favorito. Pablo VI, por ejemplo, fue "Flor de las flores" -su escudo, por supuesto, tenía una flor de lis-; a Juan Pablo II le correspondió "De la fatiga del sol" -y nadie duda que trabajó hasta el cansancio-; el próximo es "La gloria del olivo" -¿quién será Gloria? ¿cuál olivo?- y el último será "Petrus Romanus". Ése es el que me tiene preocupado.

Las profecías de San Malaquías han sido defendidas y atacadas. Un jesuita del siglo XVII presentó la hipótesis de que las profecías salieron "coincidencialmente" a la luz pública cuatro siglos después de la muerte de su hipotético autor con el único propósito de influenciar la elección de Gregorio XIV en el cónclave de 1590. Alguien construyó, de acuerdo con el jesuita, unos pronósticos en reversa y sacó el lema "Ciudad antigua" para el Vicario del momento que coincidía a la letra con el nombre italiano de la ciudad natal de su candidato de turno (Orvieto o urbe vieja). Me huele que en ese cónclave, con semejante mico, tuvo que haber estado presente la reencarnación previa de algún político colombiano. ¡Qué imaginación!

El problema radica pues en que supuestamente nos quedan sólo dos pontífices y que a los benditos cardenales les ha dado ahora por escoger dizque a un Papa de transición, léase a un prelado de unos 75 años, que durará digamos cinco o siete más y, cuando venga su sucesor, ahí sí literalmente sanseacabó.

Con todo lo incrédulo que soy, eso me parece grave. Porque ¿qué tal que el equivocado sea yo, y que San Malaquías esté correcto, y que sus profecías sean verdaderas, y que no nos queden ya sino dos Papas? Vamos, señores cardenales. Pónganle seriedad al asunto. Nada de Papa en transición. Busquen uno de prekinder o de montessori o, mejor, que ni siquiera haya entrado a la escuela.

Mi candidato al pontificado, sin pensarlo dos veces es el sardino de Tegucigalpa, de tan sólo 62 años, Monseñor Andrés Rodríguez Madariaga. Pidámosle al Presidente Uribe que inicie una campaña en el cónclave parecida a la que hizo en el congreso para la aprobación de su reelección. Y a los otros políticos colombianos que saquen a relucir también sus mejores argucias, las que utilizan durante las elecciones en sus fortines electorales. Demando el apoyo de todos los habitantes del planeta para elegir a Monseñor Rodríguez. Digamos que en Honduras hay muchos olivos y que su tatarabuela se llamaba Gloria. ¡Bienvenido al trono de San Pedro y que Dios le dé muchos años! Porque yo no quiero ser testigo del fin del mundo. Con el fin mío -con optimismo y sin don de profecía, será alrededor del 2018- tendré más que suficiente.