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columna del lector

Escenario político sin reelección

El académico Alejo Vargas predice el futuro de la próxima campaña presidencial si la Corte tumba el proyecto de reelección. El panorama es agitado e interesante.

Alejo Vargas Velásquez*
10 de julio de 2005

El pronunciamiento del Procurador General de la Nación, actuando en nombre de la sociedad en el proceso de control de constitucionalidad de la reforma que aprueba la reelección inmediata, es una opinión jurídica de mucho peso y debería estimular a los colombianos y especialmente a los dirigentes políticos acerca de la necesidad de tomarse en serio el escenario electoral sin la reelección inmediata en el 2006.

Es decir, todos los actores políticos deberían comenzar a poner a punto el 'Plan B', si la reelección no es aprobada, como es una posibilidad por lo menos del 50%.

Hagamos un ejercicio analítico de cuáles podrían ser los comportamientos y eventuales candidatos de los diversos actores políticos:

El llamado 'uribismo', que a pesar de lo diverso que es tiene algunos elementos en común, tendría que tomarse en serio la idea de un candidato presidencial que continúe representando las ideas y políticas del actual Presidente. Por ejemplo, el senador Germán Vargas Lleras, un curtido dirigente político, con una buena trayectoria parlamentaria y quien siempre ha defendido ideas que tradicionalmente se consideran como de derecha o por lo menos de centro-derecha. Sin duda que sería un aguerrido candidato y seguramente un buen presidente, dentro de su concepción del Estado y las políticas públicas.

Quizá hay otros eventuales candidatos que deberían comenzar a preparar maletas, como la Embajadora Noemí Sanín. O a preparar sus equipos de campaña como el senador Luis Alfredo Ramos. Este sector político es el que tiene mayor necesidad de plantearse con realismo el escenario de la elección sin Uribe, por cuanto sería el más afectado.

Es probable que los sectores del Partido Conservador que no apoyan la posición actual de no presentar candidato presidencial, logren modificar la correlación de fuerzas y termine este partido presentando su propio candidato. Allí no son claros los nombres que jugarían. Aunque con personajes como Juan Camilo Restrepo los conservadores cuentan con una reserva estratégica.

Seguramente en este escenario no se dará una alianza electoral entre el Partido Liberal y la coalición de izquierda formada por el Polo Democrático Independiente y Alternativa Democrática. Los últimos apostarán a ir solos, a quedar en la segunda vuelta y aún a tener una posibilidad de victoria, ya sea con Antonio Navarro o Carlos Gaviria como opciones presidenciales.

El Partido Liberal, forzado por razones prácticas a adelantar su consulta interna en el presente año, seguramente verá alejarse a Enrique Peñalosa que en este escenario esperaría poder encarnar el uribismo sin Uribe y quien a todas luces se encuentra incomodo en una formación partidista en la cual no comparte sus decisiones políticas -especialmente la oposición al actual gobierno-. Horacio Serpa es el probable ganador de esa consulta interna aunque no se deben descartar los demás nombres, especialmente Rafael Pardo que puede ser el contendor más duro y Rodrigo Rivera que tiene ya un buen trecho de trabajo como pre-candidato. Pero igualmente Andrés González y Cecilia López son dirigentes políticos con opción. El Partido Liberal, esperaría contar con posibilidad de triunfo al contar con una organización nacional, una dirección única y un nivel de cohesión, sin que ello signifique que no existan tendencias a su interior.

Antanas Mockus igualmente tendría una expectativa importante de disputarle a Peñalosa el electorado que quisiera una continuidad de las políticas de Uribe, ofreciendo una opción de autoridad con la variante pedagógica que ha caracterizado su política. El interrogante es si ese electorado, sin duda más moderno, logra tener mayorías como para imponer el triunfo.

Lo que sí es seguro es que todos los candidatos van a plantear una continuidad en la política de fortalecimiento del Estado y considerar la seguridad como una política pública prioritaria.

* Profesor Universidad Nacional