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Firmado acuerdo para interconexión de gasoductos

Jueves 15, 8:00 horas. Ese fue el resultado del encuentro que sostuvieron ayer los presidentes de Colombia y Venezuela. Ambos, además, se esforzaron por dejar claro que sus relaciones diplomáticas pasan por un buen momento.

11 de diciembre de 1980

El encuentro de ayer entre el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez y el venezolano, Hugo Chávez, se desarrollo en medio de elogios y declaraciones de paz.

El viaje del presidente Uribe a Maracaibo, ciudad del estado de Zulia, en la frontera con Colombia, fue programado para la firma del acuerdo para la creación de un gasoducto entre La Guajira y Maracaibo.

Su construcción estará a cargo de las empresas estatales de petróleo, Ecopetrol y Pdvsa, tendrá una longitud de 205 kilómetros desde Ballenas, en la Alta Guajira, hasta Maracaibo, capital del Zulia. Su vida útil será de siete años y costará cerca de 98 millones de dólares. Su principal función será llevar gas desde Colombia. Pero luego Venezuela podrá usarlo para vender combustible en Centroamérica.

En un futuro cercano, el gasoducto podrá extenderse por Centroamérica y llegar incluso a México. Entre los planes también está que abastezca de gas a países de Asia.

Durante el encuentro, los mandatarios también hablaron sobre el plan de contingencia para enfrentar los derrames de hidrocarburos, la construcción de un nuevo puente internacional entre Puerto Santander (Norte de Santander) y Boca de Grita (estado Táchira), el comercio de combustibles, el contrabando de gasolina de Venezuela hacia Colombia y el problema de los desplazados.

Encuentro de alta diplomacia

Los elogios y declaraciones de paz estuvieron a la orden del día durante la reunión. En la declaración conjunta que hicieron los mandatarios tras el encuentro, Uribe le pidió al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que por favor le cambie los tanques de guerra que están en proceso de compra por algún otro elemento más eficiente "para terminar con el conflicto armado". A lo que Chávez respondió que él estaría dispuesto a manejar uno de los tanques en cuanto lleguen a Colombia.

La declaración, además de amable, es significativa, pues la compra de los tanques a España generó malestar en las relaciones binacionales entre Colombia y Venezuela, pues en ese momento se dijo que servirían para proteger la frontera colombiana con ese país y para estar preparados para la guerra.

"Regreso muy contento a Colombia. No nos pongan a pelear que eso no les importa a nuestros pueblos, que requieren bienestar", dijo Uribe al final del encuentro, cuando se disponía a regresar a Colombia.