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Gobierno y AUC sentaron las bases de las negociaciones en la instalación de la mesa de negociación

Jueves 1, 13:00 horas. Mientras que el Ejecutivo resaltó que sus condiciones son el cese hostilidades y el rompimiento con el narcotráfico, las Auc propusieron una agenda de cinco puntos que contempla la redefinición del cese de hostilidades y los cultivos ilícitos, entre otros aspectos.

27 de junio de 2004

Cada una de las dos partes sentó su posición durante la instalación de las mesas de diálogo realizada esta mañana en Santa Fe de Ralito, Córdoba.

Por un lado, el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, reiteró que uno de los principios básicos para el Gobierno es el respeto por el cese de hostilidades, una de las condiciones ofrecidas por las Auc, pero que no se ha cumplido cabalmente.

"El cumplimiento del cese de hostilidades se mantiene como un tema fundamental y precondición para continuar con las conversaciones (...) El compromiso del cese de hostilidades debe ser reafirmado y renovado cada día, entendiéndose como un absoluto respeto por la vida y libertad de todos los ciudadanos y el abandono total de las actividades de narcotráfico o relacionadas con el negocio de la droga", afirmó Restrepo durante el acto.

También señaló que como parte de los acuerdos "existe el compromiso de las autodefensas de abstenerse de realizar actividades ilícitas, de reclutar personas, de ejercer presión o amenazas sobre los pobladores o visitantes, de desarrollar entrenamiento armado y de ordenar y coordinar acciones ilegales desde la zona".

Por otra parte, Salvatore Mancuso, jefe del estado mayor de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), presentó una agenda de cinco puntos que establece: primero, derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y redefinición y verificación del cese de hostilidades. Segundo, implementación y aplicación de políticas integrales de la tesis de seguridad democrática en las regiones de influencia de las Autodefensas Campesinas, tanto en el campo militar de la seguridad como en el campo social de la inversión. Tercero, definición, ubicación y reglamentación de las zonas de concentración. Cuarto, erradicación y sustitución de cultivos ilícitos en las zonas de influencia de las Autodefensas Campesinas. Y quinto, seguridad jurídica, derechos civiles políticos y garantías de reincorporación a la vida civil.

Mancuso resaltó que el objetivo final del proceso de paz y de la agenda, es la creación de un movimiento político. "Nosotros, como autodefensas campesinos, avanzaremos, no hacia la desaparición como organización, sino hacia la transformación de un movimiento político de masas a través del cual la retaguardia social de las autodefensas pueda constituirse en una alternativa democrática que defienda, custodie y proteja los interesas derechos y demandas de nuestras comunidades ante los poderes del Estado", dijo.

Los pronunciamientos se registraron durante la ceremonia de apertura de la negociación que comenzó a las 11.50 horas, con cincuenta minutos de retraso por cuenta del clima.

Por el lado del Gobierno estuvieron el alto comisionado para la Paz, el ministro del Interior y Justicia, Sabas Pretelt de la Vega; el viceministro de Relaciones Exteriores, Camilo Reyes y el alcalde de Tierralta, Córdoba, Humberto Santos. Ellos estuvieron sentados en la mesa de negociación, en compañía de los representantes de las Auc. Ellos fueron Salvatore Mancuso, 'Botalón', Ramón Izasa, 'H.H' y 'Adolfo Paz'.

Las negociaciones se llevan en un enclave de 368 kilómetros cuadrados del departamento de Córdoba, llamado "zona de ubicación", donde están concentrados diez jefes paramilitares, más unos 400 hombres para su defensa. En esta zona, los paramilitares están a autorizados a llevar sus armas.

El proceso prevé la desmovilización de cerca de 20.000 hombres que supuestamente hacen parte de grupo.