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columna del lector

Huir para no morir

Con motivo de la celebración del día de Refugiado el próximo lunes, Erika Antequera, lectora de SEMANA.COM, hace una radiografía de la dramática situación que viven los colombianos obligados a salir del país.

Erika Antequera
19 de junio de 2005

Desde el año 2000 las Naciones Unidas señalaron el 20 de junio como el Día Mundial del Refugiado. Es una fecha muy significativa si se tiene en cuenta que más de cuarenta millones de personas en el mundo son perseguidas por motivos políticos, de raza o religión o por pertenecer a un grupo social determinado y que no pueden acogerse a la protección de su país, bien porque éste no puede o no quiere brindársela, según la Convención de Ginebra.

De esos cuarenta millones de personas, 29.400 son colombianos en busca de protección internacional en todo el mundo, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur. En 2004, 648 colombianos solicitaron asilo en España, de los cuales fueron admitidos a trámite 540, convirtiéndose así en el primer colectivo de extranjeros demandantes de asilo en la Madre Patria, según el Informe Anual de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Cear.

El exilio masivo de los colombianos responde a la compleja situación económica y social de los últimos años y a la dramática realidad en materia de derechos humanos que vive el país, fruto de la degradación de una guerra civil encubierta. De la misma manera, Colombia se ha convertido en el primer colectivo nacional de desplazados internos con 1.244.000 personas bajo la protección del ACNUR.

La situación es dramática para quienes tienen que huir y deben dejar atrás a su familia, sus amigos, su trabajo y todos sus proyectos personales. El miedo, la desesperación y el riesgo constante que corre su vida es el único equipaje de un viaje que muchas veces no tiene retorno. Las consecuencias psicológicas son gravísimas si se tiene en cuenta que el refugiado está forzado a enfrentarse a otra cultura y a un entorno que él no ha elegido para rehacer su vida, retrasando su integración que depende directamente del tiempo de espera de la resolución de su solicitud.

En España, los colombianos constituyen el 11.99 por ciento del total de las solicitudes de asilo y el límite entre quien es inmigrante y decide cruzar las fronteras por motivos económicos y el refugiado, se ha quebrado en muchos casos, ya que para que una persona reciba el estatuto de refugiado debe tener "temores fundados" de ser perseguido y en muchos casos, la Oficina de Asilo y Refugio, OAR, en España no concede el estatuto porque deduce que la persecución debe proceder del Estado.

Gracias a los múltiples informes de organizaciones de derechos humanos, quedó en evidencia la dependencia de los grupos paramilitares del Estado colombiano lo cual ha permitido que a muchas víctimas de los grupos de autodefensa se les conceda el asilo solicitado.

Sin embargo, los casos de aquellos que son víctimas de la extorsión económica por parte de la guerrilla y las autodefensas, generan polémica porque este sabotaje no está contemplado dentro de la normativa internacional de asilo.

Pero una vez más Colombia constituye un paradigma en este sentido, ya que según un informe elaborado por el Acnur en 2002, recomienda que este punto en particular se tenga en cuenta de cara a los demandantes de asilo colombianos, porque es evidente que la extorsión económica en el contexto colombiano tiene matices políticos.

La Convención de Ginebra, que es la máxima herramienta jurídica en la que se basan las resoluciones de asilo, fue adoptada en 1951 y desde entonces la situación política, económica y social del mundo ha cambiado aceleradamente y el "perfil" del Refugiado también. "El colectivo colombiano hoy por hoy es el que más asilo pide en España. La situación es evidentemente grave y nosotros consideramos que la petición de visado dificulta la posibilidad de escapar de una persecución. Cuando se impuso el visado a Colombia Cear aseguró que la medida casi violaba las normas de asilo, teniendo en cuenta que es el país numero uno en cuanto a solicitudes de asilo en España" asegura Estrella Pérez Galán, coordinadora territorial de Cear en Madrid.

A pesar de que el gobierno español ha demostrado una pequeña apertura en materia de asilo, lo cierto es que la normativa debería interpretarse de una manera más abierta: "Nosotros consideramos que la Convención de Ginebra si necesita una revisión y lo que hay que hacer es una interpretación adaptada a las nuevas realidades. Que se haga una interpretación solidaria, dado que la propia Convención contempla la posibilidad de conceder el estatuto de refugiado a las personas de un "grupo social determinado" explica Pérez Galán.

Es importante resaltar este punto donde los organismos que trabajan por los derechos de los refugiados hacen especial hincapié. En el apartado "grupo social determinado" que contempla el estatuto de refugiado, pueden estar miles de mujeres, indígenas, activistas de los derechos humanos, sindicalistas, maestros y homosexuales, a quienes muchas veces les es denegada su solicitud de asilo por su propia condición.

Si se efectuara una interpretación más apropiada de este último apartado, los colombianos serían una vez más quienes encabezaran la lista de solicitantes de asilo ya que la actual política de Seguridad Democrática que viola las garantías de los derechos constitucionales, el marco legal de la negociación con los paramilitares que solo garantiza impunidad y la ausencia de una verdadera ley de justicia y reparación serán el detonante de un auténtico éxodo de colombianos sin distinción de género e ideología.