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columna del lector

La estrategia equivocada

Está bien que el grupo de apoyo a la recuperación de la libertad de Ingrid Betancourt en Paris haga todo lo posible por lograr su objetivo, pero no a costa de la ya maltratada imagen del país, opina Rolando Alberto Vargas, lector de SEMANA.COM.

Rolando Alberto Vargas
2 de octubre de 2005

Náuseas y repudiación son las sensaciones que me provoca la estrategia utilizada por el grupo de apoyo a la recuperación de la libertad de Ingrid Betancourt en Paris.

Con el objetivo de recolectar firmas, este grupo instaló hace algunas semanas un kiosco en el exitoso Paris-Plage, lugar que reúne en un mes a mas de un millón personas de todas las nacionalidades sobre el borde del rió Sena.

¿Cómo logran el apoyo del público? Simplemente diciendo que en Colombia ocurren el 90 por ciento de los secuestros del mundo (alrededor de 3000 personas privadas de la libertad); que no somos una República Democrática, sino una dictadura disfrazada; que ninguna persona tiene garantizada la seguridad en nuestro país; que el gobierno no hace absolutamente nada por buscar la liberación de los detenidos, pero haciendo entender que él esta directamente involucrado en cada uno de los secuestros; y, lo peor, en todo esto no mencionan ni culpan a la guerrilla, paramilitares u otros grupos delincuentes. Pero sí descargan toda la responsabilidad en el Estado.

La primera reacción de las personas que se acercan a este kiosco es de compasión por esa imagen de país miserable y violento y por supuesto firman. La segunda, es la determinación firme y contundente de jamás ir a esas tierras tropicales donde serán secuestrados en el mismo instante que bajen del avión. En lugar de crear empatía hacia el país y hacia una causa justa, el resultado es exactamente el contrario, la antipatía hacia un pueblo que desconocen y seguramente nunca conocerán por temor.

Yo deseo la liberación de Ingrid y, por supuesto, la de todas las personas que se encuentran en cautiverio. Pero no a costa de una propaganda viciosa que solo le hace daño al país. Aun si fueran ciertas cada una de las afirmaciones de éste grupo de apoyo, al final solo presentan una imagen parcial, distorsionada y malsana de la ya difícil situación de nuestro país.

Me uno a todas las manifestaciones contra el secuestro y a todos los esfuerzos que buscan la liberación de quienes se encuentran retenidos contra su voluntad, pero que utilizan métodos constructivos y van en detrimento de la -ya gastada- imagen del país en el exterior.