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columna del lector

Los amigos del alcalde Polo

Ximena Gutiérrez, lectora caleña de SEMANA.COM, cree que la crisis política en su ciudad es tan fuerte, que el alcalde Apolinar Salcedo puede comenzar a lamentar su muerte política.

Ximena Gutiérrez
12 de febrero de 2006

Si "La Monja", el personaje de humor político del noticiero de Radio Súper, en el Valle, sugiere que la renuncia de Polo -el bondadoso- al Partido de Noemí Sanin (Sí Colombia) es el anticipo de su renuncia a la Alcaldía de Cali (que sucedería antes de enero), puedo asegurar que algo grave está pasando en mi pueblo. Al escándalo por el desvío de fondos de la educación, se suma la compra irregular que hizo el Dagma de algunos lotes, dizque destinados a la reforestación de cuencas. Y para rematar, muchos se preguntan a qué se debe la salida intempestiva hacia España del Secretario de Bienestar Social, Samir Jalil. A veces pienso que hubiera sido mejor alargarle el período a John Maro, el anterior alcalde cuestionado hasta el final de su mandato. El ex gobernador del Valle, Gustavo Álvarez Gardeazábal, dice que la crisis de la Alcaldía de Cali obedece a la condición de ex concejal que ostenta Polo. Que él ha sido muy confiado con sus amigos del Concejo. Mientras la columnista Gloria H. Sigue calificándolo de "irresponsable" por ser candidato, "sabiendo que su invidencia es una limitación". Pero pocos han pensado en que a Polo no lo está matando la excesiva confianza en los políticos, sino la precaria credibilidad en sus verdaderos amigos. ¿De qué otra forma se explica que muchos de ellos sigan haciendo cola para aspirar a un cargo de importancia en el CAM? Recuerdo cuando Polo creó junto a su hermana, Esther Julia, la Gran Empresa Social. Y con esa ONG ofrecía ayuda a los más necesitados. Impuso el nombre de "Manos Cívicas" para su grupo político, pese a que jamás tuvo Personería. El aval siempre fue de otro movimiento. Eran los días en que la prensa creía ciegamente en él, hasta el punto de confundir "Manos Cívicas" con "Manos Limpias". En un abrir y cerrar de ojos, la esencia de ese trabajo se desvirtuó y muchos de sus amigos quedaron relegados. Otros, como María Grace Figueroa, siguen esperando una oportunidad, ahora que ya Polo hizo renunciar a todos sus colaboradores, con el anuncio de que el próximo dos de noviembre hay nuevo gabinete. En fin, con la muerte -el 19 de diciembre pasado- de Elix Molina, "El Guajiro", Polo se despidió quizá de uno de sus más leales servidores. Después, nada fue igual. Y hasta debió quitar la alfombra de su oficina para que sus enemigos, atrincherados en el mismísimo CAM, hicieran ruido al entrar. Hoy, el capital social de Polo se extingue y con él la posibilidad de jugar políticamente hacia el futuro. El Presidente Uribe, que lo tenía para acompañar la reelección, vuelve sus ojos hacia El País, al tiempo que muchos creen que todo se resuelve en enero. Mejor dicho, yo le aconsejaría a "Kiko" Lloreda que espere antes de posesionarse como director de ese diario. vozcomun@yahoo.com.