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columna del lector

A mi mamá sí la quiero

Ricardo Vallejo, lector de SEMANA.COM, cuestiona los extremos a los que está llegando el feminismo en el mundo.

Ricardo Adolfo Vallejo Vieira
24 de julio de 2005

Yo, a mi mamá si la quiero. Y pienso que la gran mayoría de los congresistas también quieren a sus madres. El problema, al parecer, es que no saben demostrárselo. Con la ratificación en la Cámara de Representantes del Protocolo facultativo sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (Cedaw) es muy posible que en los próximos años ni siquiera podamos celebrar el día de la Madre, porque al comité de expertas de la ONU les parece que festejarles a las madres su día es apoyar los estereotipos de los roles tradicionales de la mujer. Parece un chiste, pero es muy serio. Al ratificar este protocolo, Colombia se ve abocada a aceptar, de manera obligatoria, las recomendaciones del comité. Recomendaciones que son elaboradas por un panel de expertas a partir de una interpretación muy libre que le dan a los puntos del Tratado original que firmaron los países. En su Informe sobre Bielorusia, el comité de la CEDAW informó que está muy preocupado por símbolos como el día de la madre. Esta celebración, aseguran, fomenta los roles tradicionales de la mujer y cuestionan si se están aplicando medidas para contrarrestar estos estereotipos. ¿Qué tiene que ver esto con la discriminación a la mujer? El comité interpreta que ser madre es un modelo de mujer que no debe ser promovido. Que locura, ahora la ONU pretenderá que las mujeres no sean madres y que el estado asuma esa responsabilidad. Cuando Colombia presente el próximo informe (obligatorio) sobre el estado de la mujer en el país, espero que no nos recomienden crear una línea gratuita para reemplazar a la madre. Sonaría así: "Bienvenido(a) a su línea materna, marque 0 para comenzar" y, el menú siguiente sería algo como esto: "Marque 1 para recibir caricias, marque 2 para un consejo, marque 3 para enviarle un abrazo. Si no encuentra la opción deseada espere y su llamada será atendida por una de nuestras expertas en Nueva York". La línea se mantendría ocupadísima y sobre todo, las llamadas tendrían que ser siempre atendidas por las expertas porque no hay ningún menú de opciones que reemplace lo que hace una madre. Suena exagerado, ¿cierto?, pero es que someterse a las interpretaciones de un comité es, efectivamente, exagerado. Otro ejemplo de la locura de este sometimiento es una recomendación que le hace el comité a la China. En el análisis del informe de la situación en China, el comité recomienda que la prostitución sea declarada como legal. Esta recomendación, sin considerar si es moral o no, va en contravía del mismo Tratado que en el artículo 6 pide que se detenga el tráfico de mujeres. ¿Cómo se elimina el tráfico de la mujer aprobando la prostitución? En las recomendaciones que hace el comité a los diferentes países se encuentran muchas más interpretaciones absurdas del tratado original, las cuales, al ratificar el protocolo facultativo, podrían obligar a Colombia a cumplirlas. Esto no es cuento, sólo hay que entrar a Internet a la página oficial del CEDAW (www.un.org/womenwatch/daw/cedaw) y empezar a mirar las recomendaciones que el comité hace a los países sobre el informe presentado. Existen unas buenas recomendaciones. Pero hay otras que parecen sacadas de un mundo de ciencia ficción que no tienen nada que ver con la discriminación hacia la mujer. Desafortunadamente, la mayoría de nuestros congresistas no se tomaron el trabajo de mirar más a fondo lo que aprobaron. A pesar de que se les envió la información sobre el tema, no quisieron analizar sobre el lío en que nos metieron sino que sólo se limitaron a leer el título, y así ratificaron el protocolo facultativo, pues ¿quién no quiere que se acabe la discriminación contra la mujer? Ahora sólo queda esperar que el señor Presidente objete esta ley y no la firme, si no, la soberanía de Colombia quedará a merced de lo que piensen 23 señoras sentadas en unas cómodas oficinas de la ONU. Espero que algo aún se pueda hacer para defender nuestra soberanía y no tengamos que oír en un futuro, cuando nos exijan cosas tan absurdas como retirar el día de la madre, una típica frase de mamá: "mijo, yo se lo advertí pero usted no me hizo caso".