Medio ambiente
Mi amigo el eucalipto
"Por favor, lo imploro, démosle una ayuda a nuestro amigo el eucalipto persiguiendo sin descanso a todos aquellos mercaderes ignorantes, que a cambio un pan para sus sustento, se están devorando poco a poco nuestro amado planeta", escribe Andrés Villamizar, columnista de SEMANA.COM
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Debo hacer mención que por estos días tuvo resonancia en los medios televisivos el hecho de que la Ministra de Medio Ambiente hiciera mención sobre un proyecto de Ley que le pondría mayor énfasis a la preservación del medio ambiente, de manera especial freno definitivo a la tala indiscriminada de bosques y a la deforestación ocasionada con fines comerciales.
El enfoque directo que hago está relacionado con mi amigo el eucalipto, árbol prodigioso, medicinal y beneficioso, utilizado para innumerables fines farmacéuticos y uno de los grandes responsables de que los cerros bogotanos aún se alcancen a ver hermosos desde la lejanía, que los paisajes sabaneros se engalanen con su presencia y transmitan su esbeltez y a la vez la humildad ante la humillación por la destrucción ocasionada gracias a la pobreza.
Ya es suficiente ver pobreza en las calles bogotanas, un innumerable ejército de gente menesterosa, con atados de eucalipto a su espalda, pregonando la venta de "puchos" de $500 o de $1.000, venta ilegal, venta condenada en el Código Penal donde se reza la prohibición y penalización a la tala y comercialización de especies naturales, y el eucalipto es una de ellas.
Hago énfasis que este tema lo he tratado por distintos medios y no ha tenido la más mínima importancia, tal vez por no ser un tema farandulero, deportivo o político; si nos detenemos a pensar a conciencia que nuestro pobre planeta ya no aguanta más tanto deterioro causado por el hombre, que la magnitud del problema no la vemos ahora los causantes, que nuestros hijos, nietos y quizá bisnietos van a ser los paganos cuando el planeta entre en un colapso definitivo, que la lucha para obtener los recursos naturales será el tema de la futuras guerras entre naciones para conseguir la subsistencia.
Por favor, lo imploro, démosle una ayuda a nuestro amigo el eucalipto persiguiendo sin descanso a todos aquellos mercaderes ignorantes, que a cambio un pan para sus sustento, se están devorando poco a poco nuestro amado planeta.