OMS recomienda estar pendientes de ataques terroristas a través de los alimentos.

"La contaminación maliciosa de comida con objetivos terroristas es una amenaza real y recurrente", aseguró Jorgen Schlundt, experto de la organización. Además la contaminación deliberada de alimentos o bebidas destinadas al consumo humano con agentes químicos, biológicos o radio nucleares pueden tener como objetivo tanto causar enfermedades o muertes entre las personas como provocar inestabilidad social, económica y social.

Basta con recordar cuando en 1978 se exportaron desde Israel limones contaminados con mercurio y destinados a varios países europeos, con la intención de perjudicar la economía del país. En 1989, informaciones que alertaban de la presencia de cianuro en uvas chilenas, tuvieron efectos muy negativos en las exportaciones de este país hacia Estados Unidos. Schlund también recordó un caso de 1984 en Estados Unidos cuando una secta provocó una infección de salmonelosis que afectó a 751 personas, mientras que en 1996 el empleado de un laboratorio envenenó los alimentos de 12 de sus colegas.

Por ello, la organización recomienda a los Gobiernos que integren los riesgos de actos terroristas en las medidas de prevención y de vigilancia del sector agroalimentario.