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Oposición insiste en renuncia del presidente de Bolivia

Viernes 17, 8:30 horas. Así quedó establecido luego de que la oposición rechazara el referendo convocado por el Gobierno y anunciara que los indígenas de ese país optarían por la represión armada de no cesar la represión.

13 de octubre de 2003

Las manifestaciones siguen en las calles del país suramericano. Ayer, cerca de 50 mil indígenas, campesinos y otros ciudadanos de estratos medio y bajo se congregaron en las calles de La Paz para insistir en la renuncia del mandatario, Gonzalo Sánchez de Lozada y para rechazar su convocatoria a referendo sobre el tema de los hidrocarburos y, a largo plazo, la convocatoria de una asamblea constituyente.

En la zona sur de la Paz se formó una 'cadena humana' de alrededor de 20 cuadras. Allí, cientos de padres de familia, acompañados por sus hijos, clamaron por el cese de la violencia y por la renuncia del mandatario como única salida.

En Cochabamba, piquetes de indígenas tenían ayer bloqueadas las vías de acceso a la ciudad, y a 200 kilómetros de allí, los campesinos cocaleros se disputaban con la Policía, a físicas pedradas, una de las principales troncales que atraviesa la región.

A algunos kilómetros de Santa Cruz, el motor productivo de este país, cientos de campesinos e indígenas marchaban hacia la ciudad para exigir la renuncia del Presidente, mientras otros tantos civiles se armaban para "defenderla y no dejar entrar" a los manifestantes.

A los manifestantes se les unieron ayer sectores urbanos de intelectuales que, mediante huelgas de hambre, se constituyeron en otro medio de presión contra Sánchez de Lozada. Políticos, artistas, sacerdotes, e incluso la presidenta de una organización de lesbianas y prostitutas, María Galindo, se sumaron a las huelgas en Cochabamba, Potosí, Tarija y Santa Cruz.

La iniciativa de las huelgas partió de la ex Defensora del Pueblo, Ana María Romero. Ya hay alrededor de 30 grupos de huelguistas de hambre, que reúnen a unas 300 personas.

La consigna escogida por todos los manifestantes fue: "Que se vaya el 'Goni', que renuncie el gringo", refiriéndose a los supuestos vínculos del gobierno de Sánchez de Lozada con Estados Unidos, que presuntamente han trabajado para mantenerlo en el poder.

También gritaban: "Alguien que tiene tantos muertos bajo su conciencia no puede seguir gobernando el país", refiriéndose al casi centenar de muertos que han dejado las protestas en Bolivia, iniciadas desde el pasado 15 de septiembre, cuando el Gobierno anunció que no exportaría gas.

Éstas tuvieron su clímax el domingo pasado, cuando perdieron la vida 39 manifestantes. El lunes fallecieron otras 30.

La Asamblea permanente de Derechos Humanos estableció que se han registrado más de 70 muertos en el último mes. Ellos se concentran en las ciudades de El Alto y la Paz.

La crisis también se ha sentido en otros sectores. La situación de desabastecimiento de alimentos y falta de dinero comenzó a sentirse desde ayer, a causa de los desórdenes.

Tampoco hay transporte público y el comercio está completamente cerrado, así como los bancos y los cajeros automáticos.

Las autoridades impusieron el estado de sitio en algunas zonas del país, incluyendo La Paz. Oficiales bolivianos, en supuesta asociación con estadounidenses han estado realizando detenciones a manifestantes.

Frente a ello, el líder de la oposición, Evo Morales, indicó que si la represión sigue, los campesinos cocaleros se armarán en contra de la fuerza pública.

"Si la represión es la única respuesta a sus reivindicaciones, temo de verdad que se llegue a la lucha armada. Para evitar llegar a estos extremos terribles y para que los indígenas no pierdan la esperanza, hemos decidido jugar la carta de la acción política", aseguró.