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Crisis con Venezuela

Países latinoamericanos ofrecen su ayuda

Miércoles 19, 10:00 horas. México, Brasil y Perú han ofrecido mediar en el impasse diplomático entre Caracas y Bogotá. El canciller peruano se encuentra en Bogotá y el presidente Uribe se reúne esta tarde en Leticia con su homólogo brasileño. ¿Cúal de las tres ofertas representa la mejor opción?

16 de enero de 2005

La crisis diplomática por la captura en Caracas de Rodrigo Granda, que Venezuela considera un violación de su soberanía y Colombia enmarca dentro de su legitimo derecho de combatir el terrorismo, ha producido reacciones en varios países del continente que han ofrecido su ayuda para buscar una solución.

El canciller peruano Manuel Rodríguez, que adelanta una gestión de buenos oficios motivada por la presidencia peruana de la Comunidad Andina de Naciones, se encuentra reunido esta mañana con la canciller colombiana Carolina Barco para discutir la crisis entre Colombia y Venezuela.

El diplomático peruano viene de reunirse este martes con su homólogo venezolano Alí Rodríguez, aunque aclaró que su labor no podía calificarse como una mediación "sino sencillamente del ejercicio de una actitud dirigida a favorecer una solución".

México, país que integra junto con Colombia y Venezuela el grupo de los tres, también ofreció sus servicios para mediar en la crisis colombo-venezolana ayer martes. "De considerarlo conveniente esos dos gobiernos, socios y amigos, México ofrece sus buenos oficios para contribuir a encontrar fórmulas diplomáticas que favorezcan el restablecimiento de las armoniosas relaciones que tradicionalmente han caracterizado a Colombia y Venezuela", expresó la cancillería mexicana, que enmarcó su ofrecimiento en "el espíritu de amistad y de entendimiento que mantiene con ambas naciones".

El ofrecimiento mexicano se suma al que ya había hecho el gobierno brasileño de Luis Inacio Lula da Silva, que está tarde se reunirá en Leticia con el presidente Álvaro Uribe. La crisis será uno de los temas principales del encuentro presidencial, que inicialmente estaba programado simplemente para revisar asuntos de seguridad, comercio y cooperación técnica entre los dos países.

¿Cuál de los tres países puede ofrecer una mediación más efectiva?

Consultada por SEMANA.COM, Arlene Tickner, analista internacional del departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, explicó que el gobierno de Lula se ha ofrecido en ocasiones anteriores y su cooperación hace parte de una política de gobierno que busca la estabilidad en la región. "no dudo de su buena voluntad", aseguró.

"La condición indispensable es generar confianza en ambas partes", explicó en el mismo sentido Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia. "Las diferencias ideológicas entre Lula y Uribe se compensan con la actitud vertical del gobierno brasileño contra la guerrilla y el narcotráfico, con lo cual cumple con esa condición".

Para Tickner, la gestión de Perú es prácticamente un requisito protocolario como parte de la presidencia de la Comunidad Andina, al tiempo que Rangel asegura que "con sus problemas internos y su debilidad política la opción peruana habría que descartarla."

México, por su parte, tiene una tradición de mediación efectiva en la región, pero de acuerdo con Tickner, dos factores levantan suspicacias sobre su ofrecimiento. En primer lugar, la candidatura del canciller mexicano Luis Ernesto Derbez, a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA). En segundo, el "tira y afloje" que sostiene México con Brasil en ciertos niveles, por lo que su oferta, realizada después de la del gobierno Lula, podría obedecer al impulso de no verse rezagado en el liderazgo regional.

Rangel, por su parte, sostiene que México cumple con el requisito de generar confianza en Colombia gracias a la actitud del gobierno de Vicente Fox contra las Farc, pero que en Venezuela no es tan bien vista esa misma actitud contra la guerrilla colombiana, los roces con el gobierno cubano (muy cercano a Venezuela) y la cercanía ideológica entre Fox y Uribe. Es decir, que sólo genera confianza en una de las partes.