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columna del lector

Palabras ajenas

¿Será que los funcionarios del Estado no pueden pensar por sí mismos?, se pregunta Hugo Bruzón, lector de SEMANA.COM.

Hugo Bruzón
17 de julio de 2005

Hay que algo que siempre me ha sorprendido. Pero mas que sorprenderme (ya hemos perdido la capacidad de asombro) no lo he podido entender. Pero viéndolo mejor, si lo entiendo, al fin de cuentas no es tan complicado comprenderlo. Mejor digamos, que no lo acepto, si, no lo acepto. Y es el hecho de que muchos, tal vez todos los funcionarios públicos de menor orden, es decir los de rango subordinado, no tienen la capacidad, o el valor, de decir las cosas a nombre propio cuando de dar declaraciones en prensa, radio o televisión se trata.

Escuchamos entonces a un ministro decir: "es voluntad del señor presidente.", "es el deseo del señor presidente.", "esto forma parte del plan del señor presidente.". También escuchamos decir a un secretario de despacho: "el señor gobernador dentro de sus planes." son políticas del señor Alcalde."

A todo esto me asaltan las siguientes dudas: ¿será que el Presidente es el único que piensa?, ¿todas las ideas se le ocurren solamente al señor presidente?, ¿el plan de gobierno lo concibe solo el Gobernador, o el Alcalde?, ¿los deseos de hacer algo solo lo tienen los jefes máximos?, ¿el crédito de algo bien hecho lo merecen solo ellos?

Dan la impresión de que son simples escuderos, figuras decorativas, defensores de cualquier cosa que digan o hagan los jefes. Así lo que digan o hagan esté malhecho, aparecen como sosos acompañantes sin criterios propios, muñecos que solo expresan lo que el ventrílocuo quiere.

O ¿será la otra cara de la moneda? ¿Será que el señor Presidente, Gobernador o Alcalde no permiten que sus subalternos hablen por ellos mismos? ¿Qué expliquen lo que hacen? ¿Sus verdaderas opiniones? ¿No permiten estos mandatarios que sus subordinados tengan cierta autonomía?

Ninguna de estas dos razones se justifica. Ni los funcionarios medrosos incapaces de hablar por si mismos, con palabras propias, ni los gobernantes dominantes y absolutistas. Por algo deben ser un equipo de trabajo.