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Para que al presidente le vaya bien en Europa

Jorge Rojas*
2 de febrero de 2004

Las organizaciones sociales que en Colombia hacen seguimiento a la Declaración de Londres y que integran La Alianza , hemos sido invitadas por diversos gobiernos y parlamentos de países europeos, así como por organismos comunitarios para conocer su opinión sobre la situación de derechos humanos, la crisis humanitaria y la búsqueda de la paz, pocos días antes de la visita del presidente Álvaro Uribe Vélez.

El conjunto de la sociedad colombiana desea que esta visita sea fructífera para el país, que permita reafirmar confianzas y fortalecer las relaciones con el viejo continente, lo cual es posible si el gobierno cumple los compromisos políticos y las recomendaciones que la comunidad internacional ha hecho sobre Colombia en el marco de los tratados internacionales que nos comprometen como nación ante el mundo.

En esa dirección, la Alianza comparte las observaciones sobre derechos humanos y solución política negociada del conflicto armado contenidas en el Consejo sobre Colombia del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

De hecho, esta declaración, sumada a las recomendaciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Declaración de Londres, constituyen un marco político de apoyo a Colombia y una hoja de ruta para superar el conflicto armado, reafirmar el Estado Social de Derecho, observar el derecho internacional humanitario, fortalecer la democracia y garantizar la verdad, la justicia y la reparación en los procesos de reconciliación

La vista del presidente Uribe debería servir para reafirmar voluntades y compromisos en el campo de los derechos humanos y los tratados internacionales y para contribuir a preservar un marco de garantías y libertades para todas las organizaciones y comunidades que en Colombia se resisten a la guerra y su degradación. Esta gira sirve para aclarar las múltiples y preocupantes manifestaciones por hechos arbitrarios que podrían confundir la autoridad del estado con un estado autoritario. Justamente una idea democrática es que no se trata de impedir que el presidente hable en Europa sino de garantizar que el presidente escuche las preocupaciones de Europa.

Después de esta gira presidencial debe considerarse la propuesta de una Mesa de Donantes en Bogotá como espacio político de apoyo a los esfuerzos internos por soluciones políticas y negociadas a la prolongada confrontación armada. Una Mesa concertada que sea el resultado de avances gubernamentales ciertos frente a las reiteradas recomendaciones para superar la grave crisis de derechos humanos.

Ahora bien, en la gira de las organizaciones sociales se ha sentido en Europa la voz de la sociedad civil para exigir a las guerrillas y a los grupos paramilitares que detengan sus acciones deliberadas y sistemáticas contra la población civil y que acaten las recomendaciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas en el marco del derecho internacional humanitario.

Y, por último una actitud propositiva. Las organizaciones de derechos humanos han propuesto en Europa la realización de una Conferencia Internacional Humanitaria, que procure soluciones concertadas a esta crisis en Colombia y en los países vecinos, como un paso importante para aunar esfuerzos que permitan proteger a la gente mientras continua la guerra.

* Director de CODHES