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Piloto del avión en el que falleció Juan Luis Londoño cometió seis errores fatales

Martes 23, 8:30 horas. Así lo indicó la investigación de la Aerocivil revelada ayer. Por el afán del ministro, el piloto tomó atajos y voló en pésimas condiciones climáticas.

21 de diciembre de 2003

El entonces ministro de protección social debía estar en Popayán a las 3 de la tarde y hubo ciertos inconvenientes que lo demoraron, por lo que el piloto tomó algunas decisiones que desencadenaron el accidente y posterior muerte de la tripulación.

Desde que decoló del aeropuerto Guaymaral en Bogotá, siempre trató de buscar atajos para compensar el retardo que llevaba el Ministro.

El primer error, según la Aerocivil, se presentó al salir de la Sabana de Bogotá, donde sin autorización tomó una vía más corta para llegar al aeropuerto de Flandes, donde debía abastecerse de combustible.

Antes de llegar, el capitán Germán Vanegas Sierra pidió cambio de ruta y permiso para demorar solo 10 minutos en Flandes, donde él mismo ayudó al suministro de la gasolina. Al final, el avión no demoró 10 minutos sino 33, lo que aumentó la impaciencia del capitán y el ministro.

Tanqueada la aeronave, el piloto quería decolar de la mitad de la pista a lo cual la controladora de vuelo se opuso ordenándole dirigirse a la cabecera. Si el avión hubiera despegado del sitio inicial se habría estrellado a pocos metros del aeropuerto, explicó el director de la Aerocivil, Juan Carlos Vélez.

Luego en el aire, el capitán decidió nuevamente cambiar de rumbo buscando un camino más corto para llegar a Popayán. Entonces llegando a Ibagué se desvió, pasó por una zona que se recomienda no tomar porque presenta problemas de orden público y por que siempre está bajo malas condiciones atmosféricas. En ese momento, perdió contacto con la torre de control.

Este es el principal problema del vuelo, pues el piloto en estas condiciones atmosféricas debía volar por instrumentos que aunque demora más, es más seguro, pero lo hizo por visual con lo cual se ahorraba unos 15 minutos, explicó Vélez.

Cuando tenía que pasar por la Línea, el capitán se volvió a desviar sin autorización y chocó contra el cerro San Isidro. Los cinco tripulantes murieron.

La Aerocivil le atribuyó el siniestro a esos errores y descartó mal mantenimiento del avión o un atentado terrorista.