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Presidente peruano enfrenta la peor crisis de su mandato

Lunes 2, 8:10 horas. El escándalo de corrupción en el que está involucrado, las promesas de campaña que no ha cumplido y su casi invisible lucha contra la corrupción ponen sobre la mesa la posibilidad de renunciar.

2 de febrero de 2004

El último episodio en el que el presidente peruano Alejandro Toledo se vio involucrado, rebosó la copa de la opinión pública.

En los últimos días, se comprobó que César Almeyda, amigo íntimo del mandatario, nombrado recientemente por él como jefe del Consejo Nacional de Inteligencia (CNI) tenía negocios con el general Óscar Villanueva, el reconocido cajero de Vladimiro Montesinos.

Los vínculos fueron comprobados gracias a una cinta de audio grabada en el 2001, en la que Almeyda le dice a Villanueva que podía presionar a algunos magistrados de la Corte Superior de Lima para conseguirle beneficios judiciales. También, que estaba haciendo lo posible por librar a Montesinos del cargo de narcotráfico, uno de los más graves que pesan sobre el ex asesor de inteligencia del ex mandatario Alberto Fujimori.

Al ser interrogado al respecto, Almeyda aseguró que el presidente Toledo estaba al tanto de las conversaciones. Poco después se retractó, pero el daño ya estaba hecho.

En cuanto se supo el incidente, los peruanos -que hasta ahora se recuperaban del incidente Fujimori y revivían el episodio en el juicio a Montesinos- pusieron en el suelo la credibilidad y gobernabilidad del mandatario, que comenzó con altos índices de favorabilidad, pero que ahora pasaba por uno de sus peores momentos.

Por ello, algunos analistas sostienen que la única salida que le queda al mandatario es la renuncia o, en el mejor de los casos, convocar una constituyente para reducir su período.

Mientras tanto, la defensa de Toledo no ha sido suficiente. La medianoche del sábado, se dirigió ante la nación y aseguró que las actuaciones de Almeyda habían sido a sus espaldas. Pero nadie quedo convencido de ello.

Pero sus supuestos vínculos con la corrupción no están solos en el grupo de inconformidades que el mandatario ha reunido en sus 30 meses de gobierno. Desde hace algún tiempo se habla sobre su falta de liderazgo, el incumplimiento de sus promesas de campaña y su lucha insuficiente contra la corrupción.