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Reestatización argentina aplaca temor por deuda, aleja inversores

MAYRA PERTOSSI
23 de octubre de 2008

BUENOS AIRES (AP)  La sorpresiva reestatización del sistema de pensiones argentino ayudará a despejar las dudas sobre la capacidad de pago de la deuda en el corto plazo, pero ahuyentará las futuras inversiones, coincidieron el miércoles los analistas.

La caída en el precio de las materias primas, una de las principales fuentes de ingreso del fisco, sumada a la crisis financiera global --que dificulta el acceso a los mercados de crédito-- empujaron al gobierno a buscar nuevos fondos entre los ahorros de sus futuros jubilados, añadieron.

La reestatización del régimen de pensiones le permitirá al Estado controlar unos 30.100 millones de dólares en poder de las aseguradoras, además de los 4.600 millones de dólares que aportan anualmente los afiliados al sistema privado.

Pese a que el gobierno asegura que la medida busca proteger a los futuros jubilados de la caída en la rentabilidad que han sufrido los fondos privados --compuestos en casi un 70% por bonos y acciones--, para los analistas la intención es asegurarse el financiamiento de sus vencimientos de deuda para los próximos tres años, que suman unos 28.000 millones de dólares.

"Evidentemente en el corto plazo mejora la posición de la Argentina frente a la posibilidad de 'default' (cese de pagos de la deuda). En el largo plazo, hay mucha incertidumbre, aún en los Estados Unidos, así que es muy difícil decir cuál va a ser el impacto", dijo a la AP Ramiro Castiñeira, economista de la consultora Econométrica.

Gabriel Torres, analista de Moody's Investor Services en Nueva York, advirtió que en el largo plazo el Estado deberá pagar las futuras jubilaciones y existen dudas sobre su capacidad para financiarlas.

El proyecto de ley enviado al Congreso para ser aprobado antes de fin de año, establece la eliminación del sistema privado de pensiones y la creación de un único Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

Los fondos del SIPA --9,5 millones de afiliados del sistema privado más los 3,5 millones que permanecieron en el régimen estatal-- serán administrados por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS), a su vez estará controlada por una comisión legislativa de seis senadores y seis diputados.

El anuncio fue bien recibida entre los principales sindicatos, en su mayoría aliados al gobierno y de extracción peronista como la mandataria, y una gélida recepción en el mercado: el índice Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se desplomó hasta tocar su mínimo en cuatro años y el índice EMBI+ que elabora el banco JP Morgan --que refleja el nivel de sobretasa que pagan los bonos argentinos frente a sus similares de Estados Unidos-- superó los 1.900 puntos básicos.

"Si se cambian las reglas de juego, se estatizan empresas, sí o sí se afecta la inversión. El que pensaba invertir en Argentina va a buscar otro destino y que el que ya está en el país va a recortar sus inversiones", dijo a la AP Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres y Asociados.

Con el recuerdo de la confiscación de los ahorros bancarios --el "corralito"-- de 2001, muchos argentinos temen que sus fondos de pensión se diluyan cuando los administre el Estado. "Con mi plata (dinero) quiero hacer lo que yo quiera y no que el gobierno me diga lo que tengo que hacer", dijo Luis López, jubilado en el sistema privado. "El Estado me robó muchas veces, la AFJP (Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones privada) no me robó nunca", agregó.

Los analistas ven en la acción una "medida desesperada" por hacerse de fondos frescos.

En julio, el gobierno sufrió el primer traspié cuando el Congreso rechazó un aumento en el impuesto a la exportación de granos que le permitiría aumentar su recaudación.

Impedida de financiarse en los mercados de capitales desde 2005, Argentina recurrió al presidente venezolano Hugo Chávez con la emisión directa de bonos por un total de 7.000 millones de dólares.

La última emisión fue en agosto, cuando el gobierno acordó pagar una alta tasa de interés del 15% por un título en dólares con vencimiento en 2015.}

Para Spotorno se apeló a los fondos de pensión como último recurso."Es una medida desesperada por hacer caja (obtener dinero)", añadió Rogelio Frigerio, director de la consultora Economía y Regiones.

Tras declarar en 2001 el mayor cese de pagos de la historia, Argentina reestructuró en 2005 su deuda privada de 102.000 millones de dólares y al año siguiente canceló su pasivo de 9.500 millones de dólares con el FMI. Actualmente analiza una oferta de tres bancos extranjeros para regularizar la situación de los acreedores privados.