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columna del lector

¿Reforma constitucional por necesidad o por conveniencia individual?

Martes 16. William Herrera, lector de SEMANA.COM, cuestiona las razones por las que se está debatiendo la reelección presidencial.

William Herrera
14 de noviembre de 2004

Durante los últimos días, los colombianos hemos sido testigos de una puja política en torno a la reelección presidencial, que ha ido desgastando al gobierno, al congreso y a la opinión pública en general; este debate tiene como elemento fundamental y decisorio una pregunta que de ser resuelta nos mostrará el verdadero trasfondo del Proyecto de Acto Legislativo que en la actualidad cursa en el congreso de la república, esa pregunta es: reelección presidencial: ¿reforma constitucional por necesidad o por conveniencia individual?

Y es que a la luz de la historia, este es quizás el momento en el que más se ha polemizado y enfatizado en los pro y los contra de esta figura, en donde los críticos muestran la ausencia casi total de la reelección durante el siglo XX, así como los resultados poco gratos de los mandatarios que como Simón Bolívar, Tomás Cipriano de Mosquera, el General Obando y Alfonso López Pumarejo han sido reelectos, pero que en general no pudieron finalizar con éxito sus segundos mandatos. Esta generalidad sobre los presidentes reelectos se produjo fundamentalmente por reelecciones basadas más en la euforia momentánea de sus seguidores, que por verdadera trascendencia a las ideas políticas de los mandatarios.

Sin embargo, por el hecho de que en el pasado la reelección no haya sido favorable, no podemos afirmar que nunca se debería acoger de nuevo, ya que eso significaría que siempre debemos asumir el pasado bajo una mentalidad pesimista, lo cual estancaría el progreso y desarrollo de cualquier nación. Considero que más allá del análisis de la historia o de la comparación con otros países del mundo que han tenido experiencia reciente con el tema, debemos enfrentar de manera objetiva nuestra realidad política y tratar de identificar la conveniencia o no del proyecto. Para ello, citaré algunos puntos fundamentales sobre los cuales partidarios y contradictores del proyecto basan sus razones, para que todos nosotros ahondemos en los temas y podamos formarnos una idea crítica con relación a una reforma, que de ser aprobada marcará muy seguramente el progreso o estancamiento de nuestro país tanto a nivel político como a nivel económico y social.

Uno de esos argumentos favorables a la reelección, es el que exponen, los honorables congresistas Claudia Blum, Mario Uribe y Ciro Ramírez, los cuales citan la posibilidad de que los ciudadanos evalúen a sus gobernantes y decidan excluir del poder a quienes han defraudado sus expectativas o han tenido malos resultados en su gestión; o por el contrario, decidan mantener a quienes han cumplido con eficacia el compromiso adquirido.

Este argumento sin lugar a duda es significativo en aras del fortalecimiento de la mentalidad crítica de los electores, pero a la vez, me pregunto si en un país que goza de tan mala memoria política y acostumbra elegir a sus representantes basado en el favorecimiento de sus intereses personales, esta preparado para afrontar esta responsabilidad. Bajo qué criterio objetivo puede evaluar el elector los resultados de la gestión de un presidente, cuando en nuestro país más del 50% del electorado, es un electorado rural o peor aún se elige un mandatario sin haber leído siquiera su proyecto de gobierno. Es muy posible entonces, que se reelija a un mandatario por su popularidad más no por su gestión, encontrándonos de esta manera no en campañas políticas basadas en ideas, si no por el contrario en campañas basadas en estrategias de marketing, imagen y publicidad.

Por otra parte, se habla que con la reelección se alcanzará un fortalecimiento de los partidos políticos, y se dará continuidad a las ideas y a los planes de gobierno. Creo que estas premisas deben ser el ideal de un sistema de democracia participativa como el nuestro, sin embargo, hablamos de fortalecimiento de los partidos políticos y encontramos un grupo de congresistas de diferentes colectividades, fervientes seguidores del presidente Uribe, que muestran ante la opinión pública el ánimo de su reelección, no fundamentada en que sea una opción para sacar adelante a nuestro país, sino que por el contrario, como congresistas personalizan el proyecto entorno a la reelección del actual presidente. Así mismo, encontramos un partido Liberal que promulga la libertad de pensamiento, pero que hoy amenaza con expulsar del partido a los liberales que apoyen la reelección, lo que deja en entredicho esa libertad de opinión y a la vez nos cuestiona acerca de la aplicación de la reforma política aprobada e implementada en el 2003. Encontramos a la vez a un partido Conservador, carente de candidatos presidenciales y cuyos líderes además de desconocer públicamente a sus antiguos jefes políticos, adoptan candidaturas de otras convicciones con frases de cajón, como la del doctor Luis Humberto Gómez Gallo hoy presidente del senado de la República, quien manifestó que "Uribe es el Liberal más Conservador de este país". Finalmente, vemos al Polo Democrático oponerse al proyecto de reelección, quizás por que ve diluirse la opción más cercana de llegar a la presidencia de la republica, en parte por que en este partido aún no se vislumbran lideres que den continuidad a las ideologías de los actuales representantes de este movimiento. De igual manera, encontramos un sinnúmero de grupos disidentes de los partidos políticos tradicionales que a la menor contravía en sus opiniones, han saltado de sus grupos de origen y han formado según ellos movimientos suprapartidistas como lo decía hace algunos días el Doctor Luis Alfredo Ramos; si bien es cierto que las disidencias oxigenan los escenarios políticos y le hacen bien a las democracias, me pregunto si en nuestro país estos grupos disidentes tiene origen en verdaderas diferencias de ideales y principios o simplemente se forman para aprovechar coyunturas políticas y sacar provechos individuales.

Invito a que reflexionemos, ¿si con este panorama político vamos a encontrar partidos de oposición fundamentados y con lineamientos concretos que no sean transables por favores políticos?. A propósito de esta reflexión, quiero evidenciar dos hechos reprochables en nuestra clase política, por una parte la facilidad de cambio en las posiciones políticas de nuestros dirigentes, quienes como el senador Liberal José Renán Trujillo que el 28 de septiembre de 1999 presentó una moción de archivo al proyecto de acto legislativo número 03, que en ese momento proponía la reelección presidencial, hoy es uno de los que lideran el proyecto y sin lugar a duda, votará a favor de ella; y por otro lado lo sucedido el jueves pasado en la comisión primera de la Cámara de Representantes, en donde 6 representantes que habían votado negativamente el proyecto de reelección en las sesiones pasadas, dieron paso a sus suplentes y estos votaron a favor del proyecto de reelección presidencial, ¿será posible que cuando un candidato, conforma su lista para aspirar a una curul de cualquier entidad legislativa, incluya en ella personas de pensamientos totalmente opuestos a los suyos?

Con hechos como estos, qué seriedad y seguridad, puede ofrecer el congreso de la república al pueblo Colombiano, de que esta reforma esta cimentada sobre el beneficio general y no el de unos pocos que quizás quieren extender por unos años más su poder; difícil creerlo, más aún, cuando encontramos congresistas que como Yidis Medina, cambian su posición política de la noche a la mañana o peor aún que como el Doctor Teolindo desaparecen cuando tienen que tomar una decisión tan trascendental como esta, estos dos eventos ocurridos cuando se aprobó en primera vuelta el proyecto de reelección, dejan como referente, de que en nuestro congreso, son igual de validos los votos de presencia como los votos de ausencia.

Por otra parte me pregunto, si sería necesaria la reelección para dar continuidad a las ideas y programas políticos, como dicen los reeleccionistas, si tuviéramos unos partidos sólidos, fortalecidos, con ambientes de renovación, en los cuales primaran las convicciones generales y en donde se votara por las ideas y no por las personas. Además, contrario a este argumento de dar continuidad a las ideas políticas, encontramos que no se incluye en el proyecto, la reelección de los alcaldes y gobernadores, ojalá Doctor Roberto Camacho, usted que ha sido desde hace ya bastante tiempo, un gran defensor de la reelección de alcaldes y gobernadores nos comente en su intervención por que se omitió esta posibilidad.

Hoy quiero dejar en este auditorio varias inquietudes que muy seguramente ayudarán a fijar una posición individual acerca del tema, y sobre las cuales por principios de objetividad de este evento me es imposible referirme, pero que muy seguramente nuestros invitados harán referencia: ¿Existen garantías electorales en nuestro país, para que con la reelección haya igualdad entre los candidatos?, será que ¿Cuenta nuestro país con los controles necesarios para que el presidente que aspire a ser reelegido no utilice el presupuesto nacional a favor de su candidatura?, ¿Será que nuestros organismos de vigilancia y control, esta éticamente habilitados para ejercer esos controles? ¿Cómo asegurar que la reelección de un mandatario por vía democrática no se convierta en un gobierno autoritarista o dictatorial? ¿Cómo prevenir que las empresas públicas se conviertan nuevamente en los antiguos fortines políticos?, pero quizás, la pregunta más importante es ¿En donde están esos lideres carismáticos de los partidos Conservador, Liberal, Polo Democrático y demás partidos, que se enfrentarán al presidente-candidato Álvaro Uribe?. Les recuerdo que la campaña electoral para el 2006 inició hace algunos meses, y en el ambiente popular está la sensación de que ¿Si no es Uribe, entonces, Uribe?.

Antes de terminar, quiero referirme a un hecho político sucedido hace ya 13 años, símbolo de verdadera pluralidad política, llamado Asamblea Nacional Constituyente, en donde en mi concepto, se logró reunir en gran mayoría a los pensadores y políticos más ilustres de nuestro país, y a la vez me pregunto, por que este "concejo de sabios" no valido la opción de la reelección presidencial, ¿Seria que no era viable?, ¿Seria que no era el momento adecuado?, o ¿Seria que ellos si se encontraban pensando únicamente, en efectuar reformas en las que primara el beneficio general y no el particular?.

Para terminar, quiero invitar a todos los presentes a que hagamos análisis objetivos de nuestra realidad nacional, ya que de aprobarse la reelección presidencial como indican las mayorías en el congreso, seremos nosotros en el 2006 quienes con nuestros votos daremos legitimidad al gobierno actual o por el contrario buscaremos un nuevo camino para nuestro país.

La anterior es una ponencia de William Herrera, estudiante de administración de empresas de la Universidad de La Salle, en el Foro sobre la Reelección, realizados a finales del mes de octubre. Asistieron, entre otros, Jose Obdulio Gaviria y José Joaquín Vives.