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Telecom: una decisión responsable

En la fusión de Telecom se "ha actuado de manera transparente, de cara a la ciudadanía", explica la ministra de comunicaciones, Martha Elena Pinto de De Hart, respondiendo a la columna del senador Jorge Enrique Robledo.

Martha Elena Pinto de De Hart*
18 de septiembre de 2005

Desde mediados del año pasado, el Gobierno Nacional ha "puesto sobre la mesa" la problemática por la que atraviesan los operadores de telefonía fija como Telecom, ETB, EPM, Emcali, entre otras. Preocupa la caída de los ingresos en los negocios tradicionales de estas empresas como la larga distancia nacional e internacional y sus limitaciones para reaccionar frente a las evidentes amenazas que presenta el mercado y que ponen en grave riesgo su supervivencia en el mediano plazo.

Dentro de los ingresos totales de la industria, los de las empresas de larga distancia nacional e internacional (ETB, EPM y Telecom) tuvieron una caída del 13 por ciento en 2004. Por su parte, los ingresos de los operadores de la telefonía móvil repuntan significativamente y se incrementaron en casi 60 por ciento entre 2003 y 2004.

La realidad es evidente: los colombianos hemos invertido, históricamente, sumas astronómicas para construir las redes y la infraestructura de telecomunicaciones del país por medio de las empresas públicas. La única fórmula para conservar el valor de las mismas y garantizar su sostenibilidad futura consiste en hacer grandes inversiones para modernizar e incursionar en más y mejores servicios en beneficio de todos los colombianos, como es el caso del acceso a Internet de alta velocidad con la adaptación de las líneas de teléfono tradicionales, Infortunadamente, nuestras empresas públicas no tienen la suficiente capacidad financiera para hacer estas inversiones.

La masificación de los teléfonos móviles es una realidad e incorporar este servicio dentro del portafolio de las mencionadas empresas es una necesidad para participar de estos ingresos y recuperar la senda del crecimiento. La clave para estas empresas es invertir en la modernización y participar de la movilidad.

En el caso de Colombia Telecomunicaciones, la nueva Telecom, el reto es aún mayor. Con la liquidación en 2003 de la antigua empresa, el Estado logró revertir la tendencia que la estaba llevando a su total quiebra y con ello amenazando la prestación del servicio en las más de 6.000 localidades en cerca de 997 municipios donde tiene presencia.

En ese momento nadie hubiera previsto con precisión el ritmo al que crecería la telefonía móvil, la aparición de nuevas tecnologías, como por ejemplo aquellas para acceder sin necesidad de cables a Internet, y la llegada a Colombia de los grandes jugadores del mercado de las telecomunicaciones en Hispanoamérica.

Estas nuevas variables exigen una alta capacidad de respuesta, así como nuevas proyecciones y preocupaciones para Telecom. El análisis que se realice sobre la conveniencia de cualquier negocio y sobre el valor de los aportes de la eventual alianza con Telmex o con otro operador dispuesto a proporcionarle nuevas herramientas para competir y generar nuevos ingresos, debe contemplar el dinamismo propio de esta industria y un horizonte de largo plazo para no volver a la encrucijada de antes del 2003.

La sostenibilidad de Telecom conlleva la responsabilidad de pensar en la Empresa como un activo importante para la Nación sin perder de vista que se mueve en un mercado en competencia que requiere de enfoque empresarial y de negocio por parte de los órganos de dirección. Aportes como la telefonía móvil representan para Telecom un valor que no se refleja directamente en el monto de la operación sino en los ingresos futuros que recibirá por este concepto.

Telecom requiere "reencaucharse" e incorporar nuevos negocios a su portafolio sin duplicar infraestructuras con los operadores que tienen presencia en Colombia y en la Región. La Empresa necesita un aliado con capacidad para aportarle la movilidad, que le ayude a mejorar sus prácticas en el mercado, le beneficie de su capacidad de compra para conseguir mejores precios y, desde luego, le aporte recursos para la modernización de la red de manera que pueda enfrentarse exitosamente a la competencia.

En este esfuerzo Colombia Telecomunicaciones ha tocado todas las puertas y de no prosperar la propuesta del aliado estratégico, aprovechando el especial interés por la Empresa, ya no tendremos Telecom, si no una Teletón entre todos los contribuyentes colombianos, para pagar los más de 6 billones de pesos del pasivo pensional de los 16 mil 300 jubilados de la Empresa liquidada.

Hay que destacar que se ha actuado de manera transparente, de cara a la ciudadanía, y que aun cuando el régimen privado que cobija el proceso de fusión propuesto para incorporar capital privado a la Empresa - no de enajenación de acciones - podría excusarla de publicar los proyectos de acuerdo (que no se han suscrito) con los posibles aliados, el Gobierno quiere escuchar y tener en cuenta todas las observaciones de los organismos de control, del Congreso y de la ciudadanía.

Hasta ahora, el modelo organizacional para Colombia Telecomunicaciones ha dado buenos resultados, pero el futuro es incierto y la necesidad de actuar es inmediata. En todo caso, no hacer nada con la Empresa es el peor de todos los escenarios.

* Ministra de comunicaciones