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Un nuevo comienzo para Irak

Martes 15. SEMANA.COM reproduce una columna escrita por Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, sobre los retos de la organización en el país árabe después de las elecciones.

Kofi A. Annan*
14 de febrero de 2005

El éxito de las elecciones realizadas en Irak la semana pasada ha creado una oportunidad muy excitante. Es de gran importancia que la transición en Irak sea exitosa. Por ello, estoy decidido a que las Naciones Unidas desempeñen totalmente el rol que les corresponde para ayudar al pueblo de Irak a alcanzar este propósito. Pero también es importante que un mundo que ha estado furiosamente dividido sobre el tema de Irak reconozca que ahora todos compartimos una agenda común: impulsar a Irak más allá de este punto inicial, logrado con las elecciones, hasta alcanzar un futuro pacífico, próspero y democrático.

Incluso las cicatrices que dejaron las diferencias del pasado pueden ser convertidas en oportunidades. Es precisamente porque las Naciones Unidas no estuvieron de acuerdo con algunas de las acciones iniciales que se emprendieron en Irak, que hoy la Organización cuenta con la credibilidad necesaria y el acceso a grupos en Irak cuya participación es indispensable para que prevalezca la paz en el nuevo proceso político. Ahora es el momento de utilizar ese capital.

Quiero aprovechar este momento y animar a la comunidad internacional a unirse en torno a Irak, por medio de las Naciones Unidas.

Nadie fue ajeno a la emoción de ver el valor demostrado por los iraquíes al acudir a las urnas. Las Naciones Unidas están orgullosas de la asistencia que pudieron brindarles, tanto en el desarrollo de las bases políticas necesarias para las elecciones como en los preparativos técnicos. Ayudamos a redactar el proyecto de legislación electoral y a establecer la Comisión Electoral Independiente, la cual dirigió las elecciones. Esta Comisión, contó con el apoyo de un equipo electoral de la ONU compuesto por más de 50 funcionarios desplegados en Bagdad, Amman y Nueva York. La ONU capacitó a los miembros de la comisión y a cientos de funcionarios electorales, quienes a su vez entrenaron a miles más. A todos ellos hemos asesorado y apoyado durante todo el proceso.

Creo que también podemos ayudar en la siguiente fase, durante la delicada tarea de construir una constitución. Ahí también, nuestro apoyo debe ser político y técnico. En lo político, mi representante especial Ashraf Qazi ya está realizando esfuerzos para alcanzar a aquellos grupos, especialmente los Árabes sunitas, que por alguna razón se alejaron de las elecciones pero que están dispuestos a alcanzar sus metas mediante el diálogo y la negociación pacífica.

El éxito de este esfuerzo es crucial. Algunos grupos están resentidos por la ocupación, y sienten que han sido excluidos del proceso político. Se deben realizar todos los esfuerzos necesarios para atraerlos al proceso. Mientras más grande sea el espectro de iraquíes que participe, mayores posibilidades habrá de alcanzar el éxito.

La nueva constitución será, por supuesto, una constitución iraquí y es el pueblo de Irak el que decidirá su forma. No se trata de imponer una idea externa o un modelo con el que no estén de acuerdo. Pero si solicitan consejo, y creo que lo harán, tenemos conocimientos y experiencia considerables para ofrecer nuestra ayuda.

En octubre se realizará un referéndum, una vez que el proyecto de constitución sea acordado, para darle a todos los iraquíes la oportunidad de pronunciarse sobre él. Esperamos poder apoyar a la comisión electoral en la organización de este referéndum y en la realización de las subsecuentes elecciones parlamentarias, de la misma manera en la que trabajamos con ellos para preparar las elecciones de la semana pasada y en la que continuamos trabajando para tabular y verificar los resultados.

También podemos ofrecer nuestra asistencia técnica a los nuevos ministros. Muchas personas parecen creer, por el hecho de que sólo contamos con 200 funcionarios internacionales en Irak (de los cuales tres cuartas partes son guardias), que la ONU no tiene presencia ni actividad ahí. Esto es muy equivocado. Primero, porque la ONU tiene un gran personal iraquí y en segundo lugar porque nuestro trabajo (capacitación, asesoría, coordinación, procuración de fondos) puede ser realizado desde fuera del país.

De hecho, 23 agencias, fondos y programas de las Naciones Unidas están trabajando en conjunto para coordinar la asistencia internacional y ayudar a reconstruir el país. Hasta la fecha se han aprobado y financiado cuarenta y seis proyectos por un monto total de $494 millones de dólares.

En Basrah, por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo está proporcionando el equivalente de $15 millones de dólares en refacciones para rehabilitar la planta eléctrica de Hartha. Se planean proyectos similares para estaciones eléctricas en otras ciudades iraquíes, a la vez que ingenieros del ministerio de electricidad están siendo capacitados en Japón en un programa conjunto financiado por este país y Bélgica. Mientras tanto, en Fallujah, un grupo dirigido por el UNICEF ha distribuido cerca de 7 millones de litros de agua potable a más de 70 mil personas desplazadas de sus hogares durante los combates recientes.

Estas actividades son financiadas por el Fondo Internacional para la Reconstrucción, establecido por las Naciones Unidas y el Banco Mundial. Hasta ahora, 24 donantes han prometido una suma de casi mil millones de dólares. Tenemos que asegurarnos que estos compromisos se cumplan y que el dinero sea utilizado adecuadamente. Esto puede ayudar a que los iraquíes mejoren sus vidas diarias de maneras muy tangibles.

No pretendamos que la tarea será fácil. Irak se localiza en una región complicada del mundo y tiene un pasado reciente tortuoso. También tiene una sociedad muy diversa, y algunos grupos decididos a evitar la democracia a toda costa. Pero creo que, con la ayuda internacional, esa sociedad puede usar a las instituciones democráticas para construirse un futuro estable y próspero. Esa esperanza, y esa visión, nos ofrecen a quienes estamos en el mundo exterior una oportunidad para arrancar de nuevo, juntos, y apoyar al pueblo de Irak en esta gran empresa.

Tenemos un mandato del Consejo de Seguridad para encabezar la unión de estos esfuerzos y vamos a hacerlo.

* Secretario General de las Naciones Unidas.