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Un saludo para los secuestrados

Daniel Sarmiento quiso recordarle al país entero que miles de secuestrados pasarán esta Navidad en un cautiverio. Un conmovedor saludo para ellos.

Daniel Fernando Sarmiento
12 de febrero de 2006

Espero que nadie no se moleste. Hoy mi saludo navideño no es para usted ni su familia. No es necesario. Sé que tendrá una feliz navidad en compañía de sus seres queridos y al calor de un hogar, un whisky, una cerveza o un aguardiente y mínimo un plato de comida sobre su mesa. Mi saludo de navidad y año nuevo es para aquellos hombres y mujeres y niños que ese día, 24 de diciembre a las 12 de la noche, mientras usted brinda, ríe y cena, se encontrarán aún encadenados a un árbol, una cama, una puerta, durmiendo en una litera, un foso o sobre la tierra desnuda por que se encuentran sometidos al flagelo de secuestro en alguna parte del territorio nacional.

" (...)a ustedes, mi familia, los llevo en el alma, son mi fuerza. Pero quiero también saludar otra familia, la familia de todos aquellos que han estado pensando en mí, que no me han olvidado, que se han movilizado por mí, que han luchado, por mí y por todos los que estamos en esta situación, aquellos que han tomado la decisión de no olvidarnos, en Colombia y fuera de Colombia(...)"

Estas palabras fueron pronunciadas desde cautiverio por Ingrid Betancourt en el video que Noticias Uno dio a conocer luego de conocerse la muerte en la operación de rescate fallido del gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria y el ex ministro Gilberto Echeverri a manos de las Farc quienes los asesinaron junto a 8 militares más, mediante fusilamiento con tiro de gracia en la cabeza.

No alcanzo a imaginar mayor desesperanza que aquella que viven los militares secuestrados de Las Delicias desde agosto 30 de 1996. No puedo ni siquiera asomarme al sentimiento de terror que viven hoy los casi 260 niños, de todas las edades, privados de la libertad, a quienes el amor familiar, los besos y abrazos de papá y mamá les fue arrebatado y cambiado por el yugo del acero en sus tobillos. Tampoco imagino siquiera el dolor inmenso que viven día a día las madres, padres, hermanos y demás familiares de aquellos a quienes abrigan las estrellas y a quienes arropa el follaje por que han perdido la fortuna de descansar en un colchón y cubrir su frío con cobijas como lo hacemos usted y yo.

Tampoco imagino el desespero y la angustia de la madre o el padre que deben salir presurosos a regalar sus patrimonio para reunir el dinero de años de esfuerzo requerido para poder volver a ver, si al menos esa posibilidad le dan los captores, el cadáver de su hijo, y no quiero siquiera sentir en mi ser la congoja y el pesar profundo de aquel a quien la desgracia le obligó a conducir el féretro de su hijo secuestrado hacia el sueño eterno de los justos.

De acuerdo con las cifras proyectadas del DANE, Colombia cuenta hoy con 40.214.723 habitantes. De ellos el 41.5%, es decir, 16.722.708 son menores de 18 años, 6.500.000 viven en pobreza, entre ellos 17.5%, es decir, 1.137.500 niños y niñas viven en situación de miseria, 1.700.000 niños y niñas entre 12 y 17 años, y 800.000 entre 6 y 11 años, son trabajadores y 6.000 niños y niñas hacen parte de las filas de combatientes del conflicto armado por que fueron reclutados por medio del secuestro a lo largo de los años.

5426 personas sin contar los niños en guerrilla y paras, se encuentran padeciendo el flagelo del secuestro a lo largo y ancho de este bello país, a ellas y todos los que sufren desde sus casas los rigores de la angustia y el dolor de la ausencia, va mi saludo de cordialidad, paz, amor y solidaridad.

No puedo decirles que todo mejorará, solo puedo decirles que hagan un alto en su desesperanza y sientan que no se encuentran solos y mucho menos que nos hemos olvidado de ellos, quiero infundirles ánimo, valor y coraje, el mismo que da la fuerza necesaria para superar la impotencia, ese valor que infunde la imagen mental de nuestros seres queridos y ese ánimo que desde aquí tenemos quienes no sufrimos ese mal pero lo sentimos como propio.

No les conozco, tal vez nunca les conoceré, tal vez nunca tenga el privilegio de sostener una conversación con alguno de ellos pero a todos les admiro y a muchos, los militares y policías, les estoy agradecido, mientras yo descansaba plácido en mi cama, ellos patrullaban las fronteras, las selvas, los caminos, soportando frío, hambre, sed, y siempre dispuestos a dar la vida en batalla para que yo pueda ir tranquilo de Bogotá a donde me dé la gana ir a dormir al calor del clima caliente, por defender un país desagradecido con ellos y por mantener viva una democracia inoperante a la luz de la lucha por su libertad.

A todos ellos, madres, padres, mujeres, niños, soldados, tenientes, coroneles, diputados, a Ingrid betacourt y su madre Yolanda Pulecio, Juan Carlos Narváez, Fabiola Perdomo, Fabiola Monsalve, Helena Chacueza, Coronel Luis Herlindo Mendieta, Capitán Enrique Murillo, Capitán Edgar duarte, Teniente Juan Carlos Bermeo,  Subteniente Raimundo Malagón, Agente Carlos Pedroza, Patrullero Gustavo Hurtado, Subteniente Gonzalo Tellez, Patrullero Eduard Bejarano, Dragoneante José Hipólito Núñez, Patrullero Edgar Chávez, Cabo primero José Forero, Pastrullero Mario Bustamante, Patrullero Abedaly Barrera, patrullero Alberto Henao, Cabo Jose miguel Arteaga, Cabo segundo William Humberto Perez, Sargento Segundo Erasmo Romero, Sargento viceprimero Pedro José guarnido, Ramiro Echeverri, Alberto quintero, Ramiro Echeverri, Juan Carlos Giraldo, Édison Pérez, Gloria Esperanza Acosta, Clara Rojas, Jorge Eduardo Gechen, Consuelo González, Orlando Beltrán, Gloria Polanco Fernando, Alvaro Arcos, Alirio José Ardila, Hermes Arellano, Luis Alberto Arenas, Luis Delio Arenas y miles más......, mi saludo de fraternidad.

Sé que quedaron muchos por fuera, pero a todos los llevamos en nuestras mentes y corazones. No puedo orar, ya no cuento con la fe de mi niñez, pero puedo enviarles toda mi energía y esperanza en un futuro mejor al lado de los seres que tanto aman y que los esperan con los brazos abiertos para decirles en un abrazo de amor, papi, mami, hijo, hija, mi amor, cielo...!!!FELIZ NAVIDAD!!! Y qué bueno que estas de vuelta.