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columna del lector

Vivir del cuento

Mario Morales, lector de SEMANA.COM, explica por qué el deporte nacional es "inflar botellas".

Mario Morales
25 de junio de 2005

Y todavía dicen que el deporte nacional no es inflar botellas, vivir del cuento.

Como vivieron del cuento quienes, con agujas, cosméticos o micrófonos en la mano, coronaron por anticipado a la señorita Colombia en Miss Universo para viaticar en Tailandia, para llenar el espacio en el noticiero, para darse autobombo.

Viven del cuento los que todavía le apuestan a la clasificación de Colombia al Mundial y tienen engrumpido al país todas las semanas, mientras sacan tajada en cuñas, cupos, contratos, pases, viajes y vanidad personal al extremo.

Viven del cuento los que preparan sin éxito un homenaje (¿por qué?, ¿qué hizo esta vez?) a Serpa haciéndole creer al pobre (si es que no está viviendo del cuento) que aún tiene alguna opción presidencial.

Viven del cuento los que hablan de desmovilización paramilitar, los que les alcanza la imaginación hasta el setenta por ciento cuando hablan de Uribe. Los que, como la lechera hacen cuentas con el Plan Patriota.

Vivieron y vivirán del cuento los que predican la seguridad vial en los festivos y en vacaciones. Claro, si no viven cerca de Toribío, San Vicente, Ralito o Puerto Rico, Caquetá.

Viven del cuento los que refritan melodramones, los que dicen liderar la opinión, los que aburren hasta el desespero en las telemañanas, los que en farándula se autodenominan sin sonrojo, periodistas.

Por primera vez en su azarosa historia, el Dane tiene razón cuando habla de disminución del desempleo en Colombia. En eso dos puntos están representados los que impunemente, y en medio de la fama, viven del cuento.